Este es un momento clave para la contención exitosa o no del coronavirus. Aún no hay casos confirmados ni circulación del virus (contagios autóctonos) por lo que la medida de confinamiento y aislamiento social es central para que el covid-19 no se propague. Pero hay una actividad que no puede detenerse: la de los supermercados y comercios expendedores de alimentos.
Para cuidar a sus propios empleados al igual que a los clientes, los supermercados de General Villegas han implementado una batería de medidas.
En la Cooperativa Obrera la desinfección de pisos y superficies es constante. Los empleados usan guantes de látex y hay alcohol en gel para las cajeras y el personal. Además, se marcaron líneas en el piso para que los clientes hagan la cola respetando una distancia prudente uno del otro. También se colocó cartelería informativa con las medidas de prevención e higiene recomendadas.
Otra iniciativa fue la de cuidar a la población de riesgo, brindándoles un horario de atención exclusivo: de 8 a 9 horas solo pueden ingresar los mayores de 60 años. La idea es no exponerlos al resto de la población en un espacio confinado.
En La Anónima también se implementaron medidas de seguridad como la distancia de un metro entre cliente y cliente en la cola de espera, limpieza de picaportes y en las manijas de los carros. Hay rociador con sanitizante en todas las cajas y quienes manipulan alimentos sin envasar (como por ejemplo la carne) respetan las medidas de higiene (guantes de látex, barbijos, cofia, todos elementos que son parte del uniforme reglamentario).
Además, el ingreso es restringido con el objeto de impedir las aglomeraciones.
Por último, en los supermercados se solicita a la población que sea solidaria con ciertos productos (específicamente los de higiene, como alcohol líquido, alcohol en gel y desinfectantes) y solamente se permiten dos unidades por cliente. La idea es combatir el desabastecimiento.