Si bien los especialistas dicen que los casos positivos de coronavirus van a seguir en aumento, no debemos desalentarnos: hay que continuar respetando la cuarentena total sancionada por el Presidente de la Nación Alberto Fernández. Los resultados del «aislamiento social, preventivo y obligatorio» no son inmediatos, sino que se verán a futuro.
Desde que explotó el tema del coronavirus en nuestro país los términos «crecimiento exponencial», «curva epidémica» o «achatamiento de la curva» comenzaron a ganar espacio en la agenda del Presidente, gobernadores e intendentes.
El modelo de crecimiento del coronavirus, sin tomar ningún tipo de medida (como pasó en Italia), es claramente geométrico (o exponencial), dado que cada persona puede infectar a entre 2 y 2,5 personas. O sea que cada dos personas infectadas se contagian 5, y así sucesivamente. El tema es que, mal que nos pese, el ritmo de contagios en la Argentina sostiene, igualmente, una lógica exponencial.
Según Pablo Groisman, matemático e investigador de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA-Conicet, «la foto que vemos no es del presente sino que tiene diez a quince días, según los especialistas en la materia. No estamos viendo los infectados de hoy sino los del pasado». Esto es producto del retraso inevitable que impone el tiempo de incubación del coronavirus. Y por eso, cualquier medida para paliar la situación surtirá efecto dentro de unas semanas.
De acuerdo al investigador, “si todos los días surgiera el mismo número de nuevos infectados, diríamos que el crecimiento es ‘lineal’, no exponencial. Pero en este contexto es posible estimar que en los próximos días va a haber cada vez más casos. La idea es frenar ese ritmo con las medidas de cuarentena que se están adoptando. O sea que aunque en los próximos días se siga viendo un aumento y éste sea cada vez peor, no hay que asustarse porque las medidas son para ir frenando el ritmo”.
En otras palabras, las medidas apuntan a que en lugar de que cada infectado contagie a 2,3 personas (tomando una cifra aceptada entre los expertos), se disminuya esa constante: «Por ejemplo, si fuera 1,1 personas, sería una situación muy distinta; un crecimiento mucho más lento que llevaría a lo que se llama ‘transición de fase’. Y si cada persona contagiara a entre 0 y 1 persona, estaríamos en el camino de extinguir la epidemia. El crecimiento dejaría de ser exponencial y podría hablarse de un amesetamiento”.
“Al final de la historia se enferma la misma cantidad de gente, posiblemente, pero con la curva amesetada quizás tengamos un 0,3% de muertes, mientras que si es exponencial puede oscilar entre 4% y 5%”, explicó Juan Manuel Carballeda, investigador del Conicet en el laboratorio de “Virus emergentes” de la Universidad Nacional de Quilmes.
Por eso es tan fundamental respetar la cuarentena total sancionada por el Presidente, cuyo espíritu es intentar reducir el contacto cercano entre personas para detener o desacelerar los contagios y así contribuir a que el sistema de salud no se vea sobrepasado. En otras palabras, que los que se infecten no lo hagan todos al mismo tiempo como sucedió en Italia y en España, ya que así es imposible (para cualquier país del mundo) brindar la atención médica correspondiente.
Depende de nosotros.