En tiempos de cuarentena y donde la pelota de fútbol ya no rueda por el verde césped, bien vale recordar a los grandes jugadores que alguna vez pisaron nuestras canchas. Tal es el caso de Miguel Ángel Alvaro, aquel segundo marcador central que conjugaba todo lo que tiene que tener un defensor: presencia para marcar, juego aéreo, habilidad y control de pelota para salir jugando por abajo. Alvaro tuvo dos períodos en la Academia, y en ambos se consagró campeón, integrando equipos que quedarán para la historia grande de nuestro fútbol.
Oriundo de Capital Federal (donde aún vive), Alvaro recaló en Atlético en el año 1975 donde tuvo la oportunidad de formar parte de un gran plantel. «El año 75 fue excepcional, se armó un gran equipo. Cada uno cumplía una función en su puesto que no bajaba los 6 o 7 puntos. Eran jugadores sacrificados y con una técnica excepcional. Salimos campeones invictos. Después el equipo se desmembró un poco, pero siguió funcionando bien porque los que vinieron se acoplaron bien. Había suplentes que compensaban perfectamente a los titulares», recordó en diálogo con OVACIÓN.
Mucho tiempo después regresó. El presidente Leiva lo fue a buscar. En su primer partido jugaron con Eclipse y Atlético venció 1 a 0 con un gol de su autoría. «Fue el punto de partida para volver a conseguir el campeonato. Jugaban Mario Bitti, el Toco Luna, Pedraza, Castaños. Eran unos fenómenos», rememoró Alvaro.
A manera de despedida, el ex defensor envió sus saludos a todos los hinchas de Atlético y a toda la gente de Villegas. «Me trataron bien. Por eso siempre los recuerdo y están en mi memoria», concluyó.
