Como seres humanos transitamos un nuevo desafío. No cabe duda que la realidad en la qué estamos inmersos nos trae aparejados algunos cambios a nuestras vidas.
Hay que comprender que esta pandemia que estamos atravesando es, sin lugar a dudas, algo muy nuevo para muchos, incluidos en ellos los profesionales de la salud, científicos y líderes políticos.
A modo de elucubrar acerca de esta adversidad, es de imperiosa necesidad la forma de permanecer con un pensamiento colectivo, con un propósito en común, salvaguardar nuestra vida y la de nuestro prójimo, de nuestra especie -humanamente hablando-, para lograr alcanzar un bienestar social, despojándonos de creencias políticas, étnicas, religiosas e ideológicas.
Los grandes cambios devienen por una diversidad de formas, la comunicación es una de ellas, para acercarnos los unos con los otros, dada las circunstancias del aislamiento social. Si bien como dijo hace ya algún tiempo el filósofo Aristóteles (384-322, a. de C) “El hombre es un ser social por naturaleza”. Es una frase para constatar que nacemos con la característica social y la vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida.
El proceso de sociabilización es el conjunto de aprendizajes que el hombre necesita para relacionarse con autonomía, autorrealización y autorregulación dentro de una sociedad.
Dada la vertiente de ésta realidad, aprehendemos herramientas para mejorar la capacidad de comunicación y la manera de relacionarnos, desarrollando la flexibilidad y adaptación frente a esta realidad que nos toca vivenciar, es un gran avatar para muchos, la manera de comunicarnos.
Las activas redes sociales con las que disponemos suscitan formas de comunicación, generando espacios de interacción, plataformas de aprendizajes, distracción. Hacen, de cierta manera, que sigamos conectados, interrelacionados. Claro que no es como la presencia física, el cual hoy debemos restringir obligadamente, acatando las disposiciones presidenciales y ministeriales, para contrarrestar la curva de esta pandemia y preservar nuestra salud individual y colectiva.
“El hombre es un ser social y político”
La sociabilización es la naturaleza del hombre, la familia es el primer ente social y necesaria para comenzar a socializar. Sin embargo ésta no es suficiente para satisfacer todas las necesidades del ser humano, por lo que genera naturalmente una sociedad.
Somos tribales, y como ello estamos gestando una especie de aldea global virtual, donde internet, hace que nos acerquemos. Hoy en día es un recurso inexorable para el humano, dada las circunstancias actuales.
Esta no debe suplantar bajo ninguna forma, repito bajo ninguna forma, nuestra interacción física, sólo debe ser utilizada como una fuente existente actual comprendiendo la adversidad presente, que tal vez la manera de conectarnos, quiera quedarse instalada en algunos de nosotros como hábito, y eso es de acuerdo a cada quien, ya qué nuestro cerebro procesa y aprende rápidamente, pero debemos seguir fomentando y estimulando lo natural del ser humano, al finalizar esta etapa de adversidad. Cabe destacar que no estoy incentivando el incumpliendo de la misma.
En estos tiempos que corren, es fundamental y primordial permanecer unidos de manera aliciente, con un único pensamiento colectivo y espíritu colaborativo, manteniendo la serenidad y la calma social. Debemos tener un sentido de pertenencia como Nación y lograr así cuidarnos los unos a los otros.
Debemos más que nunca desarrollar y fomentar las habilidades y capacidades, como lo son: “la creatividad, la empatía, la cooperación, la inteligencia colectiva, el altruismo, la meditación (ésta última, para calmar la mente de la ansiedad y la incertidumbre)”. Esto es lo mejor que tenemos como especie humana, bajo estas instancias quiero ser trillado en esto: es absolutamente favorable el estimular y optimizar todas estas capacidades y habilidades. Como también lo son, de manera implícitas al momento presente, el respeto mutuo y la responsabilidad, llámese a ésta individual y colectiva.
Dejar de lado nuestras diferencias y miserias humanas, como lo son: el ego, el orgullo, la culpa, la venganza. Estos son emociones secundarias, las cuales no nos favorecen en lo más absoluto, por el contrario nos hacen involucionar como especie. Una frase de Mahatma Gandhi: “Las tres cuartas partes de las miserias y malos contenidos en el mundo, terminarían si las personas se pusieran en los zapatos del otro y entendieran su punto de vista”.
Posiblemente muchos de nosotros escuchemos y leamos a profesionales comentando que esto cambia minuto a minuto, que es un virus nuevo y que van aprendiendo de él. Pero nosotros también somos así: somos un devenir constante en la vida humana, nos adaptamos y aprendemos de las circunstancias. Deberemos aplicar la resiliencia, adaptarnos y sobreponernos a esta pandemia. Desde una unión colectiva y responsablemente, podemos darle el brazo a torcer a éste virus que nos aqueja.
“Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse” (Ernesto Sabato).
Mis agradecimientos al lector por detenerse a leer estas líneas, es sólo una exposición de un pensamiento, no la única verdad, dado que no hay una verdad absoluta.
*Coach Ontológico.
