Durante toda su vida como futbolista Adrián Specogna acumuló varios títulos y alegrías con Atlético Villegas, el club cuyos colores siempre defendió y son los que lleva en la piel. Pero quizás uno de los máximos orgullos es ser el máximo artillero en la historia del gran clásico local: Atlético vs Eclipse.
Adrián marcó 16 tantos y encabeza la tabla de goleadores históricos. Lo sigue Fernando Millán, con 13 goles marcados con la camiseta de la Maquinita. El segundo artillero de la Academia en esa lista es Oscar Álvarez, con 9.
«Hacer un gol en un clásico es algo especial. Todos los goles son lindos, pero la forma que vivís un gol en un clásico no lo vivís en un partido común. Yo arranqué en el 81, cuando tenía 16 años. Jugué el campeonato del 82 completo, y en el 83/84 jugué poco porque tuve que hacer el servicio militar. Siempre jugué de delantero. Por derecha, por el medio o por izquierda», comentó Specogna en diálogo con OVACIÓN.
Si bien tiene recuerdos y enseñanzas de todos los técnicos que lo dirigieron, la época de «Pancho» Ferraro quedó marcada a fuego para este gran delantero. «Esos dos años que estuvo Ferraro en Villegas (86/87) era entrenar y jugar a nivel profesional. Entrenábamos con doble turno: entrabas a la cancha y volabas. Había una diferencia física terrible. Llegó este hombre y revolucionó todo», rememoró.
«El 85 fue un buen año, pero terminó con la frustración de que Bunge nos ganó la final para jugar el primer regional que se hacía. Pero fue un año muy bueno. Faltó la frutilla», añadió.
La mayor cantidad de goles que hizo en un clásico fue un 4 a 2 a vaor de la Academia, donde se despachó con un triplete.
Specogna jugó hasta el año 95 y se retiró. Lo curioso es que se retiró sólo y en el medio del campeonato. Lo expulsaron en un partido y nunca más regresó. Lo más raro es que le alcanzó para salir goleador del campeonato de ese año.
«Toda la vida jugué con la misma camiseta. En el 91 Oscar Lago me ofreció 4 veces más de lo que ganaba en Atlético para ir a Sportivo y yo le dije que sí. Al otro día, cuando fui a la casa de mi viejo y le dije que iba a jugar en Sportivo, con la mirada de mi viejo automáticamente me arrepentí», contó entre risas.


