Para que la cuarentena sea pacífica, el gremialista de UDEB y docente pidió a los padres que no atosiguen a sus hijos con las clases virtuales y las tareas. Recomendó que se implementen rutinas de trabajo, pero señaló que las mismas deben ser cortas y dinámicas a los fines de no cansar a los niños, quienes también sufren la cuarentena.
Graciano Córica, del gremio UDEB General Villegas, analizó las declaraciones del ministro de Educación de la Nación Nicolás Trotta, quien días atrás había anticipado que se estaba evaluando un retorno a las clases por región, aunque no sería en el corto plazo.
«Si bien hay un Ministerio Nacional con un Consejo Federal de educación, cada provincia tiene su propio sistema educativo. Hasta ahora hay dos provincias sin casos de coronavirus, que son Catamarca y Formosa. Lo que yo interpreté de los dichos de Trotta es que si más adelante esas provincia siguen sin casos y quieren regularizar su situación de clases lo van a poder hacer. En el caso de provincia de Buenos Aires lo veo muy difícil porque es una provincia muy grande. Es el sistema educativo más grande del país, con más de 4 millones de alumnos y más de 400 mil docentes y hoy por hoy es la provincia que más casos de contagio tiene», comentó Córica.
«Si evaluamos la situación de nuestra región el parámetro de análisis cambia porque en nuestra región solo hay dos distritos con casos, eso puede llegar a cambiar la ecuación. Pero lo cierto es que lo que nos van diciendo nuestras autoridades o lo que se va charlando de manera informal es que hay que seguir así: tratando de sostener la continuidad educativa de los chicos y trabajando para asistir a la familia. El docente está trabajando mucho más y a destajo, porque es muy difícil regular los tiempos cuando se hace teletrabajo. También estamos aprendiendo muchas herramientas que por ahí uno no tiene tiempo de explorar cuando está dando clases», añadió el gremialista.
Por supuesto que, más allá de las múltiples herramientas y facilidades que brindan la tecnología y la conectividad gracias a internet, eso no significa que no haya dificultades. Una de ellas es la evaluación: «Para los alumnos que tenían materias previas se implementó un sistema de trabajos prácticos con actividades de reflexión, que tienen que ver más con el procesamiento de la información que con la información propiamente dicha que se evalúa en una evaluación tradicional», explicó.
Otro gran obstáculo para las clases con modalidad a distancia es el diferente grado de acceso a las tecnologías que tienen los alumnos. «La gran dificultad de muchos pasan por cuestiones materiales: disponer de una buena conexión, de un buen teléfono o de una buena computadora. Eso es lo que dificulta el trabajo. Habría que hacer el relevamiento de qué grado de conexión tienen las familias. Donde hay una necesidad, tiene que nacer un derecho. No puede ser un privilegio tener internet o una computadora. Hemos visto que se van a repartir nuevas netbooks. Todo lo que sea para mejorar la condición de trabajo de docentes y alumnos bienvenido sea», afirmó Córica.
Por último, recomendó a los padres que les armen rutinas a los niños, pero que no los presionen. «Sirve mucho armar rutinas, pero nunca pueden ser de cuatro horas. Tienen que ser más cortas, más dinámicas, adaptándose al humor de los niños. Los padres tienen que estar presentes desde el acompañamiento, no desde la presión de ‘tenes que hacer esto porque sino…’. No vuelvan locos a sus hijos. No hay nada que reemplace las horas diarias de aula. Es imposible igualar cuatro horas de trabajo en el aula. Estamos en una emergencia y hay que ponerse en modo de emergencia: se hace lo que se puede. Es un oportunidad para aprender cosas más profundas, más vinculadas a la existencia que al contenido que les podamos dar», concluyó el gremialista y docente.
