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miércoles, diciembre 11, 2024
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La aventura de Eber Gómez en Moldavia: «Vine por un sueño»

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Si uno piensa en el fútbol europeo piensa inmediatamente en España, Italia, Alemania, Inglaterra o Francia, en los grandes equipos y los grandes jugadores que ocupan las primeras planas de los medios internacionales. Pero más allá de esos flashes también hay fútbol. En un pequeño país de Europa del este llamado Moldavia (ubicado entre Rumania y Ucrania, perteneciente a la ex Unión Soviética) hay una ciudad que recibe el nombre de Balti. Allí, en el club FC Balti, juega un piedritense que el año pasado salió campeón con la tercera de Cosmopolita. Se trata de Eber Gómez, un enganche de 19 años que se fue a Moldavia sin saber lo que se iba a encontrar, detrás de un sueño: triunfar en el mundo del fútbol.

A pesar de las distancias geográficas y las seis horas de diferencia, Eber atendió el llamado de OVACIÓN y contó cómo es su experiencia en aquel lejano (y casi desconocido) país.

«Balti es la segunda ciudad más grande de Moldavia. El equipo viene de jugar tres veces la Europa League. Es un club grande que ahora está en el ascenso. Acá, a pesar del coronavirus, se hace una vida normal: la gente sale, se entrena. Por suerte no hubo muchos casos. El campeonato es lo único que todavía no se empezó, pero los entrenamientos son normales. No veo la hora que empiece el campeonato», subraya Eber.

El piedritense llegó a Moldavia en febrero. Allí se encontró con un primer obstáculo: el idioma. «Se habla moldavo, rumano, ruso, ucraniano. Por suerte hay un jugador argentino en el club que se llama Rubén Gómez que me ayuda mucho», comentó.

Pero además, Eber se llevó una sorpresa en cuanto a lo futbolístico: «No esperaba mucho, pero me asombró el ritmo que tienen, son muy físicos, te corren todo el partido. Me sorprendió bastante el fútbol de Moldavia. Son físicos y grandotes a la hora de chocar. Los entrenamientos son muy profesionales», describió.

El piedritense siempre fue enganche, pero en su nuevo club le piden que juegue de extremo derecho y que meta diagonales.

«Se extraña Piedritas. Siempre fui muy familiero. Pero si es por un sueño, al fin y al cabo no me importa irme de Piedritas. Trato de adaptarme rápido. Me da alegría levantarme temprano para ir a entrenar, lo hago por un sueño y por mi familia. Estoy motivado, con ganas y esperando que empiece el campeonato», concluyó Eber.

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