El proyecto elevado a los ministerios de Transporte, Salud y Turismo y Deportes cuenta con protocolos generales para todo el país y abarcan capítulos referidos a la prevención en las empresas, en las terminales, en el interior de los micros y a las conductas de los pasajeros.
Los más de 15 mil micros de larga que recorren unos 1.600 destinos turísticos de todo el país contarán en pocos días con protocolos de bioseguridad, que les permitirían estar preparados para cuando puedan volver a la actividad, informó la Cámara Empresaria del Transporte de Larga Distancia (Celadi).
Los protocolos elevados a los ministerios de Transporte, Salud y Turismo y Deportes son generales para todo el país y abarcan cuatro capítulos referidos a la prevención en las empresas, en las terminales, en el interior de los micros y a las conductas de los pasajeros.
También disponen normas de distanciamiento y marcan que no habrá más catering a bordo, mantas, almohadones y auriculares; y que se colocarán recipientes con alcohol en gel en distintas partes del micro.
El presidente de la Celadi, Gustavo Gaona, señaló que «trabajamos en la concreción de un protocolo general para todas las provincias»; y dijo que el objetivo de los mismos «es mostrar un adelanto de cómo será la actividad tras el coronavirus».
Gaona aseguró que los nuevos protocolos «harán que los servicios, además de ser seguros, sean más básicos»; y estimó que por ese motivo «la aprobación de las medidas podría ser rápida para viajes que conecten puntos del interior, donde se necesitan con urgencia».
Subrayó que «habrá una fuerte caída de la demanda cuando vuelva la actividad turística» y sostuvo que a raíz de esa circunstancia «nuestro desafío pasará por ser rentables trabajando con menos servicios».
«Creemos que en el reinicio de las actividades vamos a funcionar con un 20% de los servicios habituales, lo que nos complica pagar la totalidad de los salarios porque las empresas están diseñadas para una demanda mayor», agregó.
El empresario puntualizó que «por ese motivo el regreso de la actividad tiene que ser lento y sobre todo sustentable»; y consideró que para lograr esos objetivos «seguiremos necesitando la ayuda del Estado para pagar los salarios hasta que la actividad sea plena».
Gaona explicó que la caída de la demanda «también complica el precio de los boletos, que lo fija el Estado y que tendrían que ser más caros para que los servicios sean rentables, algo que queremos evitar».
«Recibimos la ayuda del Estado para pagar los salarios y somos escuchados en los ministerios de Transporte, Salud y Turismo, donde también nos ayudan para volver a la actividad, pero de todas formas estamos lejos de lograr que las empresas sean rentables y se puedan sustentar con pasajes a precios accesibles», enfatizó.