En su paso por Atlético Villegas, Roberto «Tito» Paviolo marcó 34 goles (contando desde la creación de la Liga de Fútbol de General Villegas) y es el 10° goleador histórico de la Academia. Nada mal.
Pero el nombre de «Tito» Paviolo está asociado indefectiblemente con Eclipse, con ese equipo de la década del ’60 que dio origen al mote de «La Maquinita».
Eran tiempos de Walter Baragiotta, de Daniel Betanzo, del «Gato» Barcenilla, del «Oso» Millán, del «Gringo» Pedrini, de Galliano, de «Tito» Paviolo, entre otros muchos nombres que hicieron grande a este club.
«El fútbol no era como ahora, a nadie se le ocurría achicar hacia adelante. Nosotros agarrábamos la pelota de tres cuartos de cancha, por eso las goleadas de esa época», reconoce Paviolo en diálogo con OVACIÓN.
Betanzo y Baragiotta eran las usinas de fútbol de aquel ya mítico equipo. Pero para ganar se necesitan goles y ese era el terreno de Paviolo, un auténtico especialista del gol.
Como pasaron más de 50 años y no hay registros estadísticos, fotográficos (hay fotos, pero son escasas), ni mucho menos fílmicos, el recuerdo de aquella época siempre está entremezclado con la ensoñación de los hinchas que lo veían desde la tribuna y con lo que la memoria de algunos protagonistas -los que todavía no se fueron- decide rescatar. Algunos nombres se mezclan y otros se difuminan, cada gol o cada atajada es casi una proeza deportiva cuando se la mira a través de ese lente.
Pero lo cierto es que Eclipse era el equipo del momento y daba gusto verlo jugar. «Todos los chicos que nacían se llamaban Walter o Daniel, por Baragiotta y el ‘Cabezón’ Betanzo. Las nenas eran Daniela», más allá de la broma de Paviolo, ese Eclipse de la década del 60 marcó una época, un antes y un después. Por algo fue «La Maquinita».
Miradas a través de ese lente del recuerdo, las historias y particularidades de sus protagonistas ya rozan la categoría de leyenda urbana. Se sabe, por ejemplo, que Baragiotta jugaba con redecillas para que el pelo transpirado no le tape los ojos, que nadie se quería poner en la barrera cuando Galliano pateaba los tiros libres y que Betanzo jugaba con reloj para ver cuánto faltaba.
Lo que sí ya adquirió la condición de mito es el día que Paviolo hizo 9 goles en un mismo partido. ¿Fue así? ¿Fueron menos? ¿Hubo otro jugador que hizo algún gol y se lo anotaron a Paviolo? El propio «Tito» dio por tierra con las dudas y especulaciones, y le confirmó a OVACIÓN que los 9 goles se los hizo a Santa Rita. ¿El nombre de la víctima? Hugo Halatino. «Creo que atajó ese día y no atajó más», bromea Paviolo y se despide con un abrazo para Halatino.
El fútbol era otro, la pelota era otra, los jugadores eran otros (más técnicos y con menos entrenamiento profesional), pero la pasión sigue siendo la misma. Aquel Eclipse de la década del ’60 quedará para siempre en la memoria de los que aman este deporte.