Horacio «Toco» Luna, un 2 de los que ya no quedan

General Villegas ha sido la cuna de excelentes jugadores que han llegado a la máxima categoría del fútbol argentino. El «Ciruelo» Piaggio y sus recordadísimos tres goles a Boca, el Pato Falcón (que se puso la de Vélez, Racing y Colón entre otros clubes) y ni hablar de Aníbal Matellán, borrando de la cancha a Figo para que Boca le gane al Real Madrid la final de la Copa Intercontinental.

Pero, quizás, uno de los jugadores más excepcionales que alguna vez pisó nuestras canchas fue Horacio «Toco» Luna. Un fenómeno, un crack y una garantía en el fondo como marcador central (jugaba de 2).

Su papá «Tito» jugó en Sportivo y toda su familia era del Pulpo. De chiquito iba a la cancha a ver a Sportivo, pero el destino quería que defienda los colores de Atlético Villegas.

«Atlético tenía atrás la cancha de baby. Con 10 o 12 años empecé a frecuentar la cancha a través de los campeonatos intercolegiales. Jugué campeonatos con Nicolás Pedraza, Mario Bitti, ‘Panza’ Del Valle. Ahí me ve la gente de Atlético, entre ellos Felipe Mendoza que me invita a jugar en el club. Y como yo estaba acostumbrado a jugar en Atlético me gustó la idea», relata el «Toco».

Gisbert, presidente de Sportivo, se enteró de que el hijo de «Tito» Luna -quien trabajaba en Sportivo- iba a jugar en la Academia y lo quiso fichar. «Gisbert iba a mi casa con la ficha y yo me escondía. Mi papá me preguntó qué quería y yo le dije que quería jugar en Atlético, así que le dijo a Gisbert que no», cuenta. Allí nació un amor que duraría toda la vida.

En la década del ’70 empieza a jugar en primera en la Academia. En el año 1971 casi salen campeones, pero Ingeniero les arrebata el título: faltando pocos minutos Cuervo entra a la cancha y empata para los Rojos, forzando un partido desempate que será ganado por el equipo de Banderaló.

Luego vendrá su paso por River. José Damiani estaba en el Millonario y le consiguió una prueba. El «Toco» se quedó dos años en el club de Núñez y regresó a Atlético en el ’74.

En el año 75, 76 y 77 hace historia integrando un plantel plagado de grandes jugadores. Salen campeones los tres años consecutivos y cortan una larga racha de 18 años sin títulos para la Academia.

¿Cómo jugó Gareca?

Otra vez apareció José Damiani en su vida y así fue como Horacio el «Toco» Luna fue a Ferro Carril Oeste de General Pico. En el «Verdolaga» necesitaban un dos y se llevaron un crack.

Fueron campeones invictos, pasaron a jugar el regional y luego la zona patagónica, donde uno a uno fueron eliminando a equipos como Boca de Bariloche, Independiente de Neuquén, Cipolletti de Río Negro, All Boys de Santa Rosa (el clásico) y la final contra Germinal de Rawson.

Así sacaron boleto para jugar el Torneo Nacional de 1984. Los piquenses integraron la Zona A de aquel certamen junto a Talleres de Córdoba,Boca Juniors y Newell’s Od Boys de Rosario.

El 26 de febrero de 1984, en medio de su época más gloriosa, Ferro Carril Oeste de General Pico recibió ni más ni menos que al Club Atlético Boca Juniors en «El Coloso de Barrio Talleres», por la 2ª fecha del Torneo Nacional de aquel año.

Aquella tarde de verano, ante un imponente marco de público que colmó el estadio (entraron 21.000 personas en una cancha con capacidad para 18.000), el encuentro entre el «verde» y los «xeneixes» finalizó sin abrirse el marcador, dejando un recuerdo imborrable en la retina de todos los presentes y amantes del fútbol, que jamás olvidarán el día en el que los de azul y oro no pudieron ante el representante de La Pampa.

Con aquel recordado empate, el Ferro conducido técnicamente por José Aragonés sumó su primer punto en la máxima categoría del fútbol argentino (el otro punto sería un empate frente a la Lepra).

Las formaciones de ambos equipos fueron éstas:

«Fue un año grandioso para mi vida futbolísitica, porque jugué a nivel profesional. Jugué con jugadores como Ribolzi, Peracca, López. Durante mi carrera jugué con grandísimos segundos marcadores centrales, como Miguel Álvaro en Atlético, pero Scamporrino era un seis genial, un marcador terrible», rememora Luna.

Luego jugarían la revancha en la cancha de Vélez, porque la Bombonera estaba suspendida. Fue un triunfo ajustado para Boca por 1 a 0, con un gol del «Potro» Domínguez.

Cuentan que cuando lo fueron a saludar tras el partido, el «Toco» no preguntó qué tal había jugado él, sino que lo que dijo fue: «¿Cómo jugó Gareca?». Y lo cierto es que la actuación de Gareca no había sido buena, porque el «Toco» no lo dejó jugar.

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