Jorge Bruvera y Telvio Segato formaron parte del brillante Sportivo campeón de 1973. Los flashes de aquella época se lo llevaban los grandes jugadores que ya forman parte de la historia grande del Pulpo -como Rubén Zambianchi, Miguel Datos o el «Manco» Paz-, mientras que Bruvera y Segato eran dos jovencitos que apenas empezaban a alternar en el equipo de primera división. Pero no desentonaban.
«En el 71 y 72 jugábamos en segunda. Íbamos a los pueblos en la parte de atrás de un camión. Salíamos el sábado y el ‘Negro’ Segato no se levantaba al otro día. A las 10 de la mañana salía el camión. Yo llegaba a la casa y la madre me decía ‘Anda a buscarlo vos porque no lo puedo levantar’. Se levantaba, agarraba el bolsito, cortaba un limón y se iba chupando un limón. Salíamos en un camión sin lona y nos llenábamos de tierra. Y en invierno pasábamos un frío bárbaro», recuerda, divertido, Bruvera.
«En el campeón del 73 había grandísimos jugadores. Nosotros éramos suplentes y entrábamos algunos minutos. Ellos no se lesionaban nunca. Entrar y estar a la par de Miguel Datos, Zambianchi, Paz, Garrido, Pipi Paris. ¡Que lujo! Cuando tenías la suerte de entrar un ratito, agarrabas la pelota y tenía a Rubén Zambianchi allá, a Datos acá, a Paz más allá, tres tipos que te pedían la pelota. ¡Lo que jugaban!», rememora.
«Datos te decía: ‘¿Durante la semana en qué andan?’. Cuando le contábamos que andábamos en bicicleta, él nos decía: ‘No, ustedes no tienen que hacer eso porque con la bici se endurecen las piernas. Tienen que salir y correr con peso’. Y el peso que él usaba era un chico de 30 kilos que se ponía al hombro. Entrenaba de esa forma», dice Bruvera, todavía conservando el asombro a pesar del paso del tiempo.
Por su parte, Segato recordó un gol marcado con el taco que hizo enloquecer a la hinchada: «Era un corner, vi que el centro se me pasaba y le mandé el ‘escorpión’. La clavé con el taco. Un golazo», cuenta el «Negro».
Los campeones del 73 tenían mucho fútbol, tanto adentro de la cancha como en el banco.