Carlos Alberto Del Moro, de ahora en adelante «Moti», es recordado por haber jugado en Fútbol Club de Tres Algarrobos, su pueblo, en la Liga del Oeste. También en Atlético, Ingeniero y Sportivo de la de Villegas, en La Pampa, América y Carlos Tejedor.
«Fuí un jugador humilde pero con una suerte impresionante, porque me tocó integrar planteles donde había jugadores de un nivel superior. Nosotros lo que hacíamos era ayudar y aprender», cuenta, con modestia.
Pero la convocatoria de OVACIÓN estaba más centrada en recordar su paso como DT del Sportivo campeón de 1992. «En el 88 el técnico de entonces, Enrique Moruzzi, me llevó como jugador. Hicimos una campaña muy buena, llegando a la final con Bunge, y tuve la suerte de conocer a los jugadores de ese plantel. Había 7 u 8 jugadores de un nivel superlativo. Y en el 92 me llama Oscar Lago, el presidente del club, preguntándome si no me animaba a dirigir a Sportivo. ‘¿Cómo no me voy a animar?’,» le dije.
«Recuerdo que le pedí traer tres jugadores, pero que me los dejara elegir a mí. ‘Tenés toda la libertad del mundo, metele para adelante’, me contestó. Los elegidos fueron Osmar Antonio, Bochita (Emilio) Videla y Juan José Pauletto, que andaba por Guaraní Antonio Franco de Misiones. Así se formó el Sportivo del 92», agregó Moti.
En su memoria quedan muchos futbolistas locales de entonces a los que rescata también «por ser muy buenas personas, como Fabián Latorre, Horacio Ruiz, Daniel Torres, Daniel Moussegne, Miguel Bracciale… jugadores superlativos. quedé amigos con todos ellos, como si hubiéramos ido a la guerra juntos. Fue un año espectacular.»
«Ese año Bunge tenía un equipo descomunal, con Barbera y Pedro Coronel, el que había jugado en San Telmo. Ingeniero y Juventud también… había mucho fútbol en esa época. Salimos campeones de Liga y junto con el segundo, Ingeniero, entramos en el Campeonato de Campeones, en dos zonas. Y mirá cómo sería el fútbol de Villegas que las ganaron los dos de la liga, enfrentando a equipos de América, Ameghino, Lincoln, Tejedor… Y después le ganamos la final a Ingeniero, con una multitud en la cancha. Acá el Bocha Videla, en una pierna, empató luego de ir perdiendo 3 a 1. Allá empatamos 1 a 1 y lo ganamos por penales, ya que Mercado se atajó todo», relata, emocionado, como si fuera hoy.
Después la vida lo llevó por otros caminos. «Tuve que trabajar en otras cosas y es el día de hoy que lamento no haber podido vivir toda la vida del fútbol, que es lo que amé y sigo amando. Es mi vida.» Moti Del Moro, con la emoción en la piel.
