Al menos tres jóvenes de entre 14 y 16 años denunciaron torturas en dependencias policiales del partido de Lincoln, y según trascendidos las mismas incluirían golpes y abuso sexual por parte de al menos 4 uniformados que ya están identificados.
El escándalo cobró relevancia pública merced al relato del periodista local Omar Carpintero, quien afirmó que participó de una reunión con el intendente Salvador Serenal, el comisario Ernesto Rodríguez y las madres de los tres menores, que realizaron un crudo relato de lo que tocó vivir a sus hijos y que ellas mismas registraron como testigos al acercarse a la comisaría local.
«Una de las madres llorando le dice al intendente que cuando fue a la comisaria, la trataron muy mal y vio como estaben reventando a palos a un chico que estaba detenido», reveló Carpintero en su programa de radio, por lo que en la redes sociales comenzó a calificarse a las dependencias policiales locales como «salas de tortura».
Los uniformados apuntados son cuatro, y fueron identificados con nombre y apellido por las madres de la víctimas, que además remarcaron que tendrían como costumbre golpear a los jóvenes detenidos y abusar de ellos sexualmente, ya que según los trascendidos, las agredidos relataron que la agresión incluyó el contacto genital con los uniformados.
Pero además, vecinos consultados por el sitio platense CódigoBAIRES, afirmaron que la situación de la policía de calle desde hace tiempo esta completamente descontrolada y el problema no es solo las torturas en la comisaria, sino que el sistema de recaudación ilegal instalado en todos los comercios del distrito es evidente, mientras las autoridades miran para otro lado.
Según los dichos del periodista local, durante la reunión con el intendente, el comisario Rodríguez prometió que «esas cosas no iban a volver a pasar», pero advirtió que «si les pido el traslado, le envió el problema a otro lugar» y reconoció que a esos cuatro efectivos «los traje conmigo de Junín», evidenciando cierto nivel de conocimiento de la situación.
A nivel político, los cuestionamientos apuntan al titular de seguridad Oscar Carrizo, que prácticamente no participó de la mencionada reunión y evidentemente debería estar al tanto de lo que ocurre tanto en las dependencias policiales como en los patrullajes y en los comercios de la ciudad, que vienen denunciando aprietes policiales para realizar un «aporte» al mantenimiento del personal. (Infoecos)