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miércoles, febrero 12, 2025
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César Julián: dentro de un frente, ¿en busca de un perfil propio?

Con orígenes en el Movimiento San Martín, el profesor César Julián es una de las caras nuevas de la política villeguense y como tal fue electo concejal por el Frente de Todos en las últimas elecciones, asumiendo su banca el 10 de diciembre de 2019.

Desde entonces pasaron 8 meses, en los cuales además de ejercer su función comenzó a dar señales de independencia de criterio con respecto al frente que representa y a la línea interna que le permitió integrarlo.

En efecto, desde hace varias semanas recorre los pueblos por sí mismo, actividad de las que da cuenta en sus redes sociales. Visita instituciones, arenga militantes, alienta dirigentes, entrega ayudas económicas. Casi, casi… en campaña.

Desde el Movimiento San Martín aseguran, de manera figurada, que no les atiende el teléfono. Que cuando Susana Brime, histórica líder del espacio, le pidió hablar sobre estos temas Julián la convocó a hacerlo en dependencias del Concejo, lo que cayó mal y fue rechazado. Es decir, atenderla como concejal. Dicen también que en parte desconoce y cuestiona la autoridad de Sol Fernández en el Frente de Todos y pretende que la propia Brime no se siente en la mesa política del sector.

Claramente, Julián ya no es parte del Movimiento San Martín que lo vio nacer. Pero, sigue siéndolo del Frente de Todos. Sí, aunque dentro de éste casi todos lo miren de reojo y recelen de su actitud.

¿Qué cuestiona Julián del Frente de Todos? El liderazgo y supremacía de La Cámpora, cuya referente es Sol Fernández. «Es simple, pero no lo entiende. Así como en algún momento si querías hacer algo dentro de la Cuarta Sección Electoral debías tener el aval de Florencio Randazzo, Julián Domínguez o el mismo Gilberto Alegre ahora la referencia es Pablo Zurro, el intendente de Pehuajó. Pero César no lo quiere ver», dicen desde adentro del frente.

¿Qué cuestiona Julián del Movimiento San Martín? Que se siente a la mesa política creada cuando se consolidó la expresión local del Frente de Todos, integrando a las distintas líneas cercanas al kirchnerismo. Susana Brime lo hace en nombre del movimiento y Julián sostiene que no debe ser así, que no debe alinearse con La Cámpora. Ni siquiera participar del diálogo.

En la mesa chica del Frente de Todos están que trinan con César Julián pero no van a mover un dedo para desplazarlo, si existiera la posibilidad. Quieren conservar la banca y hasta el momento el concejal ha votado en sintonía con el resto de su pares. Eso sí, si blanqueara sus discrepancias y se fuera tampoco lo llorarían.

En su mayoría no le asignan vuelo propio y creen ver detrás de él a algunos «machirulos que no soportan ver a una chica joven, capaz y preparada como Sol Fernández al frente del partido. Son ellos los que lo empujan a hacer estas cosas».

¿Y Verónica Zallocco, que muchas veces acompaña a Julián en sus recorridas? No la ponen en el mismo escalón. Reconocen su capacidad, su trayectoria, su apego a la línea orgánica del partido. «No son lo mismo. Aceptamos que Verónica marca sus diferencias, discute, interpela… es su esencia. Pero también es la esencia del frente. Para eso se creó una mesa política donde discutir las cosas. Pero no, Verónica es otra cosa», los diferencian.

El tesón de Julián seguramente avizora nuevos horizontes. Cosas que el resto no ve. Una referencia territorial, el guiño de algún cacique en cuarteles de invierno, o una eventual interna en 2021, cuando en pocos meses y tras la cuarentena se entre en la recta final a la elección de medio término. Quizás el hombre sepa cosas que el resto no ve. Quizás.