Patricia Bargero le dedicó gran parte de su vida al escritor villeguense Manuel Puig, a leer su obra, a desmenuzarla, a explicarla y llevarla a los colegios, a revalorizarla y volver a ponerla en el mapa en el único lugar del mundo donde Puig no era apreciado como el gigante de la literatura universal que realmente es: General Villegas.
Por ese motivo fue bautizada cariñosamente como «la viuda de Puig» y es la máxima autoridad para reflexionar acerca de lo que significó la demolición de la casa natal del escritor, hecho que ocurrió este fin de semana y que fue un golpe al patrimonio cultural de nuestra comunidad. Tanta relevancia cobró el tema que los medios nacionales como Clarín, La Nación, Página 12 e Infobae se hicieron eco.
«Siempre luchamos por esa casa. En su momento quisimos adquirirla desde la Asociación Civil ‘Te Queremos Tanto’. Después le pedimos al municipio porque el precio era sumamente caro. Creemos que la historia de los lugares es fundamental sostenerla para saber quiénes somos. Sobre todo alrededor de un autor por el que viene tanta gente a Villegas. Acá todos los años viene gente. Hemos recibidos grupos escolares de Santa Rosa, de Pico, de Venado Tuerto. Hace dos años atrás fueron 120 personas. Hay gente que pasa por la zona y se queda en los hoteles de Villegas, se queda todo un día o un fin de semana, hace los circuitos, busca los lugares, intenta hablar sobre Puig. Creo que el pueblo todavía no se ha dado cuenta la importancia que tiene Puig para el turismo local», observó Bargero.
Y agregó: «Puig es un escritor fundamental dentro de la literatura universal, no solamente la Argentina y no solamente la local como creemos. Puig escribió sobre algo que se repite en el universo entero. Es un escritor que ha sido reconocido y ha sido estudiado en todo el mundo. Y esto pasó justo a 30 años de su muerte, justo en el mes donde se hacen los festejos, justo cuando se cumplían dos años de la muerte de Jesús Pascual, que fue alguien que trabajó mucho en los Puig en Acción. Fue un fin de semana doloroso. Fue todo muy rápido. La verdad es que fueron emociones muy fuertes».
La casa demolida fue donde Manuel Puig nació (literalmente) y donde vivió sus primeros meses de vida. Luego la familia se mudó a la calle San Martín -donde actualmente vive Patricia Bargero, quien conservó la vieja fachada- y posteriormente a una casa de la calle Rivadavia -vivienda que estaba al lado del Colegio Nacional, en la que Puig vivió desde los 4 hasta los 16 años y que fue demolida hace muchas décadas atrás-.
«Hay una presencia de Puig porque seguimos siendo pueblo, el modo de vincularnos sigue siendo de gente de pueblo. Esa idiosincrasia sigue presente. Mucho de lo que retrató Puig también sigue presente. Esta destrucción del pasado también tiene que ver con lo que retrató Puig. Como sociedad nos cuesta mantener vínculos sanos, afectivos, de cuidado y eso determina un poco el carácter enajenado al que llegamos. Mientras no nos hagamos cargo del pasado y de generar vínculos más sanos, no vamos a poder cambiar como sociedad. Hay mucha gente que no lo ha descubierto, que no lo ha leído, pero creo que hay un cambio en las nuevas generaciones. A Puig hay que leerlo desde adentro, leerlo como espejo de lo que somos. A veces nos cuesta reconocer esos lados oscuros y es fundamental reconocerlos si queremos transformar algo, sino la sociedad seguirá atravesada por la violencia que tiene actualmente. Puig es un buen espejo para verse y transformarse. Puig es un lugar que nos ayuda a pensar, por eso me parece fundamental que se sigan haciendo talleres y encuentros para seguir pensando su obra», reflexionó Bargero.
Vencer el mito
«Hay un mito muy fuerte que dice que Puig habló mal del pueblo. Es un mito contra el que hemos luchado muchos años. Parece que reconocer que no somos del todo buenos es hablar mal del pueblo. Necesitamos sincerarnos y hacernos cargo de quiénes somos. Villegas se conoce por Puig a nivel internacional. Puig hace que Villegas tenga un valor en el mapa y los lugares que tienen que ver con sus novelas y su vida también tienen importancia. Revaloricemos eso y usémoslo en bien del pueblo. Hay una conciencia que no se ha tomado y que las autoridades la tienen que tomar», concluyó.