Mónica Mastrangelo es villeguense, pero hace muchos años que se fue de General Villegas y que está radicada en Río Cuarto. Mónica no es simplemente una amante de los animales, sino que es una rescatista animal. Actualmente tiene 32 perros en su casa. Cuando un animal está abandonado, tiene hambre o simplemente necesita ayuda, allí está Mónica. Su mamá, Norma Sienra -hermana de nuestro queridísimo Fernando Sienra, integrante de la familia de Actualidad-, quiere destacar la tarea de su hija y la de muchas personas que anteponen la vida de los animales por sobre la suya. Por ese motivo, realizó una compilación de textos para demostrar de qué está hecho el corazón de los rescatistas de animales.
Las mujeres que corren con perros son un género muy peculiar. Las llamo así, no necesariamente porque las vea como unas amazonas con 5 correas siendo jaladas por una manada de perros corriendo velozmente. Aunque algunas sí lo hacen. Las llamo así, porque corren siempre al lado de los perros. Algunas corren por avenidas deteniendo el tráfico para rescatar a algún perrito que está a punto de ser atropellado. Otras corren a las 3 de la mañana hacia la veterinaria con un perro en brazos colapsado a punto de morir. Hay algunas que corren con sus perritos en el carro llevando y trayendo a sus hijos a la escuela. Otras corren desesperadas para sacar a sus perros en la mañana y que no se orinen o defequen por toda la casa y también corren para alimentar sus pancitas y evitar un concierto de ladridos. Unas más, corren a llevar a sus perritos cuando estos ya están listos para su cita a ciegas. Y esta es una cita de amor, con la ilusión de que finalmente serán adoptados y encontrarán un hogar.
Cualquiera que sea el motivo de su carrera, ésta siempre gira alrededor de los seres que ellas tanto aman y por los que sacrifican su vida misma. Son mujeres que poseen una belleza extremadamente cautivadora; que va más allá del físico. Tienen una mirada intensa y misteriosa; a veces atormentada. Por lo general siempre andan desaliñadas. Con el cabello suelto y libre al igual que sus almas. Siempre encontrarás pelitos en su ropa o algún otro recuerdo de sus hermosos caninos.
Son muy inteligentes. Más sin embargo; la sociedad las ha etiquetado como locas e inestables emocionales. Incluso uno de sus chistes favoritos es el de enviarlas a terapia o al manicomio.
Para sobrevivir en este mundo se necesita ser inteligente. Y si a eso le añades ayudar a sobrevivir a un sinnúmero de perros desafortunados que carecen de lo más indispensable para vivir, rehabilitarlos, amarlos, alimentarlos, encontrarles un buen hogar, velar por ellos y vivir el día a día sin morir en el intento, creo que el término locura es mal empleado pues sería mejor decir que ellas no están locas sino que poseen una inteligencia asombrosa, la cual esta sociedad todavía no ha podido digerir.
A estas mujeres algo las quebró en un momento indeterminado de sus vidas. Cada una tiene su historia personal. Pero llegaron a un punto de no retorno. Se dieron cuenta del dolor tan cruel e intenso que viven los seres más desafortunados. Y cada una, dependiendo de su propia historia, fue definiendo el paso que correría con sus perros. Muchas quisieron quedarse en el camino y evitar esta carrera. Pero cualquier intento fue inútil. El destino siempre las encuentra y a la vuelta de la esquina, basta ver la mirada de un perro necesitado para que ellas sepan cuál es su misión en esta vida.
Son mujeres extremadamente fuertes y resistentes al dolor. Serían las candidatas perfectas para ir a la guerra. Conocen de sobra maniobras de rescate, sobrevivencia, tácticas de resucitación, ataque, contraataque y espionaje del más alto nivel.
Son camaleónicas y han desarrollado una sorprendente capacidad de adaptarse a las nuevas situaciones. Hacen malabares con sus actividades diarias y los sorprendentes cambios de vida que logran con sus animalitos. Son unas heroínas de carne y hueso.
Viven sus vidas entre la vida y la muerte. Y esa experiencia las ha despertado a una realidad cruda, pero al mismo tiempo las ha convertido en unos seres interesantes e intensamente vivos. Desafortunadamente, han tenido muchas pérdidas a lo largo de su carrera a causa de la gran responsabilidad que han adquirido.
La vida se ha encargado de golpearlas una y otra vez. Mas sin embargo, esto no las para. A lo mejor las detiene un poco solo para tomar aire y seguir en su lucha interminable.
Y siguen siendo mujeres. Mujeres sensibles, mujeres que aman y anhelan ser amadas. Mujeres que sueñan con compartir con su pareja sus sueños y esperanzas. Mujeres que reemplazarían una cena romántica con una linda tarde de paseo con la manada. Un ramo de rosas con un gigantesco costal de croquetas, una membresía en un club con una cuenta abierta en una veterinaria.
A lo mejor tú que estás leyendo esto tienes una mujer de estas en casa y ni siquiera lo sabes. A lo mejor es tu hija, tu esposa, tu madre, tu hermana, tu tía, prima, abuela, tu novia. No sé. A lo mejor tú eres uno de esos “graciosos” que dices que en tu casa vive “la loca de los perros” y te mofas de ello. Si es así, te aseguro que tienes a un ángel encubierto en tu hogar con una misión muy especial. Y también te aseguro que esa mujer ha llorado por las noches en silencio y padecido angustia y desesperación. Pero aún estás a tiempo. Valórala, ámala, cuídala, atesórala. Antes de que sea demasiado tarde y siga corriendo con sus perros a un ritmo en el que te sea humanamente imposible alcanzarla. Y solo veas a lo lejos su silueta desvanecerse. Pase lo que pase, ella estará bien. Sus perros la cuidan, la protegen y la aman. El correr con ellos simplemente la han transformado, fortalecido y preparado para las batallas venideras.
Nadie como ellas vibra tan enérgicamente al ritmo de la vida.
Dedicado a quienes rescatan animales
No puedo diferenciarte del resto, pero eres la diferencia entre la vida o la muerte de un ser vivo, eres la diferencia entre la supervivencia en el dolor y miedo o la vida, entre cariño y cuidados.
Hombres y mujeres, jóvenes y adultos, incluso algún niño con genes animalistas heredados, estudiantes, trabajadores, o jubilados, eres invisible como los seres vivos que salvas.
No, no estás loco, o al menos tu locura no es peligrosa; sacrificas muchas cosas por ver a un perro/gato recuperar la confianza perdida, por ver a un cachorro volver a jugar, por descubrir en la mirada de un perro no el miedo, sino la esperanza.
Nuestros gastos son muchos y nuestro pago… nuestro pago no llena el bolsillo pero sí el corazón!!
Soy una rescatista de animales
"Amar a los perros" (y todo ser vivo que necesite ayuda)
Somos personas comunes, con un corazón distinto. Tenemos un corazón tan grande que podemos podemos amar a los animales.