El Dr. Nevil Jorge Ricchini es oriundo de Mercedes, pero decidió vivir y trabajar en esta zona. Cuando se recibió se instaló en Piedritas. También ejerció en General Villegas, donde vive en la actualidad. Ya jubilado y con 89 años, dialogó con Edgardo Bonetto para hablar de su pasado, del cariño que le depare la gente y de cómo vivió esta cuarentena.
El médico Nevil Jorge Ricchini es muy recordado por toda la comunidad de Piedritas, pueblo donde vivió y ejerció su profesión durante 12 años (desde 1960 hasta 1972). También es muy querido por la gente de General Villegas, ciudad donde trabajó desde 1972 hasta 1984 y que eligió para vivir. A sus 89 años, ya retirado de la medicina, dialogó con Edgardo Bonetto en su programa «Con Todos», en el marco del día del Médico que fue el pasado jueves 3 de diciembre.
Oriundo de Mercedes, provincia de Buenos Aires, su padre tenía un campo en Bunge y fue allí que nació su amor por esta zona. «Todos los años en invierno veníamos a cazar. Me gustó. Siempre dije que el día que me recibiera iba a tratar de instalarme en la zona. Me recibí y vine a hablar con el médico de Bunge. Él me dijo que el que se iba era el Dr. Márquez, el médico de Piedritas. Por eso el 1° de julio de 1960 me instalé en Piedritas. La gente muy amable, muy atenta. Vine con mi señora y las chicas nacieron acá. También atendía en Santa Eleodora», comenta Ricchini.
En Piedritas es muy querido y recordado. Gracias a su intervención se logró dar un importante paso para la salud del pueblo. «La sala construida se terminó en el 61 o 62, pero no la podían instalar. Yo le propuse a la comisión instalar el material médico y ellos la parte de cama. Eran 60.000 pesos en ese momento y yo no los tenía», recuerda Ricchini, quien debió acudir al Banco Provincia para poder hacerse de ese dinero. Finalmente se pudo concretar el objetivo.
«Es muy grato que la gente te recuerde. Me paran en la calle para saludarme, lo cual me da mucha alegría», dice.
Es hincha de Chevrolet y de Independiente. De hecho fue a casi todos los partidos que el Rojo disputó de local por Copa Libertadores en aquella época gloriosa del club de Avellaneda.
Luego de su etapa en Piedritas se instaló en General Villegas. Aquí trabajó en la Clínica San Marcos y finalmente en la Clínica Villegas (que estaba sobre calle Rivadavia), donde terminó su carrera.
Tras un período de 11 años donde vivió en San Luis -abocado por completo al campo y la ganadería- decidió regresar a General Villegas.
«Vivo en frente de la plaza San Martín y me dedico a cuidar las plantas que la intendencia plantó en la plaza. Las cuidamos con un grupo de vecinos para que no las coman las hormigas y las regamos. Es un entretenimiento. Sigo yendo a Piedritas, aunque con el asunto de la cuarentena ya no nos podemos juntar. El asadito era infaltable, pero ahora con la pandemia se nos cortó. Es una de las cosas que más siento. Tengo un campo en La Pampa al que no voy desde enero», afirma.
Para concluir, el Dr. Ricchini hizo un balance de su vida: «En el debe no tengo nada: si volviera a nacer, haría todo lo que hice. No me arrepiento absolutamente de nada de lo que he hecho».