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jueves, noviembre 21, 2024

Testimonio de la Guerra de Malvinas: hablan los héroes villeguenses

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En el marco del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas, Actualidad dialogó con tres ex combatientes y sobrevivientes de aquel triste conflicto bélico: Ricardo Celaye, José Luis Mellana y Rubén Leyton.

A 39 años del desembarco de las tropas argentinas en Malvinas, éstos son los testimonios de nuestros héroes locales:

Ricardo Celaye: «Malvinas es una herida que no cicatriza, una herida que dura para siempre»

«Mentalmente estoy bien, gracias a Dios y al apoyo de mi familia, excepto por una esquirla que me tocó en la guerra. Cuando llegan estas fechas siempre genera tristeza por los que quedaron en Malvinas. Por eso el apoyo de la familia fue fundamental. Muchos compañeros se han suicidado, por no tener apoyo. Algunos quedaron solos. Al llegar esta fecha nosotros nos emocionamos a pesar de que ya estamos grandes. Se olvidan de nosotros, porque se acuerdan cuando llega el 2 de abril. Pero la vida continúa. Nosotros lo de Malvinas lo llevamos muy adentro. A veces nos emocionamos y nos quebramos, y es lógico porque vivimos una guerra y vimos compañeros morir al lado nuestro. Cada vez se nos hace más difícil recordar lo que hemos vivido, pero nosotros siempre le ponemos el pecho a las balas. Malvinas es una herida que nunca cicatriza, una herida que perdura para siempre. Cuando llega esta fecha decimos que tenemos la suerte de estar vivos para recordar a nuestros compañeros que quedaron en Malvinas».

José Luis Mellana: «Es nuestra obligación recordar a nuestros caídos, reivindicarlos y tratar de que esas muertes no hayan sido en vano»

«Han pasado 39 años y tengo la sensación de que la vida es más rápida que el tiempo. Recuerdo esa mezcla de orgullo, miedo y deseo de participar en lo que era para mí la lucha más justa por la que se podía ofrendar la vida: defender nuestra Patria. Máxime cuando nuestros abuelos habían venido de Italia cansados de la miseria y de la guerra. Yo tenía la estúpida sensación de que algo le debía a la historia. Como si la historia me hubiese hecho algún reclamo. Sin embargo, debo reconocer que la vida me ha dado mucho después de Malvinas: tengo una hermosa familia y ya soy abuelo. Mucho más de lo que imaginaba cuando, en las noches de guardia, pensaba en mi futuro. Eran pensamientos que se desdibujaban y atormentaban cuando nos caía una bomba cerca o éramos atacado por los aviones.

Seguramente tenemos mucho que agradecer aquellos que hemos superado el trauma de la guerra: a nuestra familia, especialmente a nuestros padres, hermanos y muchas novias que hoy son esposas. No fue fácil volver. Derrotados, humillados… sentíamos que no habíamos estado a la altura de las circunstancias hasta que, pasado el tiempo y desde otras perspectiva, me di cuenta que la misión no solamente era imposible sino utópica. Pensar una guerra contra la OTAN era una fantasía que solo se le pueden ocurrir a mentes mesiánicas que únicamente perseguían permanecer en el poder, sin importar el precio en vidas que había que pagar. Porque la causa era, es y será genuina.

Para quienes hemos participado y hemos entrado en combate, poder contar lo que nos ha sucedido es una circunstancia para celebrar. No solo por haber sobrevivido, sino por haber vuelto sin heridas de combate, como es mi caso. Son muchos los muertos y los heridos que volvieron de Malvinas. Es nuestra obligación recordarlos, reivindicarlos y tratar de que esas muertes no hayan sido en vano. Tengo la sensación de que mucho nos debe la historia. ¿Cómo es posible que el único ex combatiente muerto de Villegas (Fabián Siri) tenga solo el nombre de una cortada y se hagan homenajes ampulosos a gente que ha hecho mucho menos? Porque recordemos que Siri dio su vida cumpliendo el deber cívico de defender la Patria y sin que le pagaran un sueldo. Por Fabián Siri y en su memoria a todos los que ofrendaron su vida por defender nuestra Bandera, les pido que tengamos un momento de reflexión para recordarlos y agradecerles por lo que han hecho por todos nosotros: por los argentinos que volvimos y por los que aquí se quedaron».

Rubén Leyton: «La guerra es una mochila que cargás y que con los años pesa muchísimo»

«Participé en la operación Rosario el 2 de Abril del 82. Estaba embarcado en el Cabo San Antonio, un buque de desembarco tanque. Yo fui radio operador, participamos del rescate del Alférez Sobral, donde pudimos rescatar a Ricardo Celaye.

La cabeza muchas veces es traicionera y te lleva a lugares oscuros de tu vida. Lo que me pasó en la guerra es difícil de explicar. Es una mochila que cargás y que con los años pesa muchísimo. A medida que vas envejeciendo te ponés más frágil, te quebrás. Esa marca la vamos a llevar para siempre.

Con respecto a lo sentimental, soy orgulloso de haber sido parte de la recuperación de Malvinas. Haber participado me llenó de orgullo. Nosotros juramos sobre la Bandera y juramos dar la vida por defender nuestro Pabellón Argentino. Hay cosas que me ponen triste, que es que con el tiempo las fechas puntuales van desapareciendo: desaparecen nuestros héroes, San Martín, Belgrano, desaparece el día de la Escarapela. Muy pocas personas ponen una banderita. ¿Por qué se ponen tantas banderas cuando juega la selección y no el 25 de mayo o el 2 de abril? No entiendo por qué actuamos así, por qué no lo sentimos y no lo llevamos tan adentro.

Esta mochila es pesada y me cuesta llevarla, pero la voy a llevar hasta la tumba»

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