OVACIÓN se da todos los gustos. En esta oportunidad entrevistamos a un grande del periodismo deportivo y fana de Ferro: Miguel Simón.
Miguel Simón es periodista deportivo y relator. Su voz, junto con la de Enrique «Quique» Wolff son un sello distintivo de las transmisiones de fútbol de ligas europeas y partidos de la Champions.
Actualmente es un periodista consagrado y una de las caras reconocidas del canal de deportes ESPN. Pero no siempre fue así, en sus inicios era simplemente un hincha y socio «activo» -según sus propias palabras- de Ferro Carril Oeste. Miguel vivió la mejor época del «Verdolaga»: la de principios de la década del 80, con Timoteo Griguol como DT, y con un plantel plagado de grandes futbolistas, tales como Márcico, Cúper, Garré, Saccardi, Cañete y muchos otros.
«Recuerdo un partido contra Racing, que llegaba puntero. Racing ganaba 4 a 1 y terminó perdiendo 5 a 4. Yo vivía cerca del club y era un socio activo. Con el tiempo pasé a ser un hincha que va a la cancha. Trato de seguir haciéndolo… antes, cuando el público estaba permitido», le contó a OVACIÓN.
«Timoteo armó una maquinaria muy aceitada. En ese momento su propuesta no fue muy aceptada. Yo creo que hoy Ferrocarril Oeste sería fútbol champagne. En aquel momento se lo ponía en la antípoda de Independiente, que desarrollaba un fútbol muy fluido y vistoso, pero lo querían contraponer. Ferro era un equipo que proponía, que era innovador, un equipo que lanzaba los laterales permanentemente en ataque, que tenía un volante por derecha que era Carlos Arregui que surcaba la cancha con mucho talento, con un 5 que respaldaba a la defensa, un mediocampista por izquierda que era Cañete y que era muy virtuoso. Ni hablar de un mago como Márcico, que hoy sería lo que hace Firmino en el Liverpool: ese 9 capaz de meterse al área y convertir con la sabiduría de un centro atacante con oficio y de salir a jugar, gambetear y generar supremacía numérica a partir del desequilibrio individual. Para mí el Beto Márcico fue uno de los mejores jugadores que yo tuve la chance de ver en la cancha. Lo que hizo Márcico en Ferro hoy lo hubiese llevado a un equipo de Europa», agregó Miguel.
¿Por qué eligió el periodismo deportivo?
«Mi tío tiene que ver con esto. Él me involucro en Ferro. Mi tío era muy fanático de escuchar radio, estaba siempre leyendo el diario y me transmitió esa pasión por el deporte y la comunicación, a partir de ser un oyente radial y un gran lector. Eso me fue acercando al periodismo. El periodismo deportivo combinaba mis dos pasiones: el ancho mundo del deporte (no solo fútbol) y también el tema de la comunicación. A los 14 años ya lo tenía identificado. En aquel momento no había un boom de la carrera, no era tan habitual que alguien estudie periodismo deportivo. Entraban muy pocos», recordó.
Fútbol, rugby, tenis, Miguel Simón es un apasionado del periodismo y de los deportes. «Esto no deja de ser un oficio y hay que encararlo con mucha pasión. El que tiene pasión tiene más chances no solo de perdurar en el medio, sino de mantenerse y abrir puertas. Uno tiene que cumplir la triple P: pasión, preparación y paciencia hasta que surja la oportunidad. A mí se me fue dando. Trato de ser realista en cada objetivo que me propongo, pero desde que empecé a trabajar siempre me propuse disfrutar de lo que me gusta hacer», destacó.
«Lo positivo de esta profesión es que aprendés diariamente. Cada día sos un poco mejor porque es inevitable cruzarse con el conocimiento. En esta profesión el conocimiento te alimenta diariamente», agregó.
¿Fútbol europeo o fútbol sudamericano?
«Es difícil de comparar porque se juega en otras condiciones, en otras sociedades, con otro presupuesto. Si tenés más presupuesto, mejores condiciones y jugadores con mejor preparación física, intelectual y técnica, seguro que el espectáculo va a ser mejor. No creo que haya que copiar lo que pasa en Europa, pero sí tratar de adecuarlo a nuestra realidad lo máximo posible. Siempre se puede rescatar algo para iniciar el camino y para tratar de ser mejores. Hoy los que marcan el rumbo están en Europa. Es innegable. Y no solo por una cuestión económica, sino también por una cuestión estadística. Hay que fijarse en los últimos mundiales quiénes ocuparon el podio: salvo la llegada de Argentina a la final del mundial de Brasil, después los europeos son los que dominan. Ni hablar del mundial de clubes: el dominio de los europeos ha sido abrumador y no solo en resultados, sino en las diferencias que marcan en la cancha», reflexionó.
¿Cómo te impactó la muerte de Maradona?
«Sentí como si se hubiese ido un amigo cercano porque Maradona formó parte de todos nosotros. Desde que tengo recuerdos de fútbol, Diego forma parte de las conversaciones con mis amigos. Es una persona que estaba en nuestra vida diaria y lo sigue estando. Diego nos hizo hablar de todo: de cuestiones legales, de política, de ética, de filosofía, de medicina. Formaba parte de nuestra conversación diaria. Él estaba sentado en cualquier mesa de los argentinos, pero no solamente por el Mundial del 86 y esa alegría, estaba cotidianamente en la mesa de los argentinos porque nos hacía hablar de todo. Sentí la sensación que se había muerto una persona cercana, un amigo cercano, más allá de que no era amigo de Diego», finalizó.