En «La Voz del Campo» dialogamos con Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), sobre la instauración de una nueva «Declaración Jurada de Operaciones de Exportaciones de Carne», una resolución que puso en estado de alerta a todo el sector agropecuario.
El gobierno publicó en el Boletín Oficial la puesta en marcha de una nueva «Declaración Jurada de Operaciones de Exportaciones de Carne». La medida -que recuerda mucho a los ROE- despertó la desconfianza en el sector agropecuario puesto que se teme que comiencen a implementarse restricciones, cupos y un direccionamiento discrecional de las exportaciones.
Es por eso que la Comisión de Enlace -conformada por las 4 entidades madre: CONINAGRO, CRA, FAA y SRA- emitió un comunicado titulado «El sector agropecuario en alerta».
Desde la columna «La Voz del Campo» dialogamos con Jorge Chemes -presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), entidad gremial a la que pertenece CARBAP y, por consiguiente, la Sociedad Rural del Partido de General Villegas- con el objetivo de que pinte cuál es el panorama en el sector agropecuario luego del anuncio de esta nueva «Declaración Jurada de Operaciones de Exportaciones de Carne».
«La situación para el sector agropecuario se complica con esta medida porque todo intervencionismo hace que se enrarezca el clima en los mercados. Y el enrarecimiento del clima genera desconfianza, desinversión y una lentificación en el proceso de exportación. Como resultante vamos a asistir a un escenario muy similar a lo que fue la época de los ROE. Si bien no es exactamente igual y tiene aristas diferentes, el intervencionismo lleva a que puedan exportar nada más que quienes el gobierno autoriza. Es nuestra preocupación porque sabemos que en el sector de producción los eslabones intermedios tienen algunas alternativas o herramientas para poder defenderse en estos procesos complicados que se presentan y el que realmente paga los platos rotos es el productor, porque es el último eslabón que no puede transferir estos cambios o problemáticas de precio y termina descapitalizándose y teniendo una caída muy abrupta en la rentabilidad», explicó Chemes.
¿Esta medida es solo para la carne o también para otros productos?
JC: Por lo que hemos leído en el boletín oficial no solo es para la carne, está también para los granos, para los productos lácteos y, obviamente, para muchas economías regionales. Con lo cual va a tener un amplio impacto en todo lo que es la producción agroindustrial.
¿La medida generó mayor enojo porque fue inconsulta?
JC: Mucho peor que inconsulta, fue contraria a lo que se había acordado. En las sucesivas reuniones que tuvimos con funcionarios y el presidente de la Nación se nos aclaró que no iban a tomar ningún tipo de estas medidas y que, de última, se iba a consultar para ver cómo podíamos evitar estas situaciones. No solo no se nos consultó sino que se hizo lo contrario. De ahí el hartazgo de nosotros como dirigentes y de los productores atrás nuestro. Se está tratando de acordar algo, pero no se cumple con lo acordado. En definitiva, el gobierno hace lo que quiere.
Y más allá del enojo por la medida... ¿Cómo es el clima en las bases? ¿Se puede hablar de medidas de fuerza?
JC: El clima es muy variado, hay productores que obviamente querrían salir a generar una medida de protesta o de fuerza, y otros no. Hay de todo. Lo que es una realidad es que no hay muchas alternativas cuando está agotada la instancia de diálogo o estamos en una situación donde el diálogo no funciona. Nos están llevando a que tengamos que salir con una medida de protesta. Ahora, hay que reconocer que el productor tiene una responsabilidad encima y que generar una medida de protesta en este momento no es fácil, porque estamos en medio de una pandemia donde el país está atravesando un escenario sumamente crítico. Pero el gobierno y la población tienen que entender que el productor no está aguantando esto desde hace tres días, esto hace muchos años que se viene soportando y que, alguna vez, el productor tiene que tener una respuesta, un incentivo y soluciones ante estas situaciones o problemas estructurales; porque estos problemas no son coyunturales, son estructurales. Siempre se generan las mismas soluciones que a lo único que apelan es al intervencionismo y a ver cómo se puede recaudar mayores recursos impositivos. Lo que se busca es que haya políticas donde se incentive la producción para abastecer bien a los mercados y no el intervencionismo para ponerle el pie encima al productor y que no pueda producir. Esa es la base de la cuestión. Si vamos a ir a una medida de protesta o no, lo decidirán los productores y nuestras bases. Sí queremos dejar claro que existe una responsabilidad en el productor y que el productor entiende que tal vez no sea hoy el momento adecuado.
¿Hay alguna instancia de diálogo para discutir esta determinación?
JC: Cuando se empezó a conocer el rumor de que esto podía surgir, inmediatamente pedimos una audiencia a los tres ministros: Basterra, Kulfas y Guzmán. La pedimos con carácter de urgencia porque todavía no se había publicado en el Boletín Oficial. Hoy no sé si tiene sentido esa reunión cuando el hecho está consumado, cuando ya se ha tomado una determinación y tenemos una reglamentación en funcionamiento.
¿Cuál prevén que puede ser el impacto y las consecuencias de esta medida?
JC: La situación puede ser muy similar a lo que ocurrió con la instalación de los ROE. Probablemente en lo inmediato tengamos un freno en el precio de la hacienda en pie y, por supuesto, se tendría que ver reflejado en las góndolas para el consumidor. Pero en la medida en que se empiece a retirar gente del negocio ganadero porque los números cambian totalmente y no va a haber margen de rentabilidad razonable vamos a tener una caída de stock, una caída del abastecimiento de carne y, obviamente, un incremento de precios. Como ocurrió con las resoluciones de los ROE. No creo que sea diferente ese escenario. Ojalá me equivoque y pueda haber alguna alternativa de solución, pero no le vemos otra salida.