El biólogo villeguense Ignacio «Kini» Roesler fue nominado por su trabajo de conservación del macá tobiano -un ave cuyo hábitat natural es la Patagonia austral y que está en peligro de extinción- a los Whitley Awards de este año, otorgados por Whitley Fund for Nature (WFN), una organización benéfica del Reino Unido.
El premio, al que se suele denominarse los “Oscar verdes”, se entrega cada año y ofrece reconocimiento, formación y subvenciones para apoyar el trabajo de los líderes en conservación de la naturaleza en todo el Sur Global.
Roesler fue nominado, entre otras 15 personas, por su trabajo con el Programa Patagonia para la conservación del macá tobiano, un ave endémica de la Patagonia austral cuya población se redujo un 85% en los últimos 25 años y podría extinguirse en la próxima década.
Actualidad entrevistó al biólogo villeguense, que se fue de nuestra ciudad para estudiar y posteriormente se radicó en la Patagonia, más específicamente en Bariloche. «Kini» tiene un doctorado en la UBA y es investigador del CONICET.
«Santa Cruz es probablemente la provincia con los paisajes más impresionantes de la Argentina: los glaciares, el Monte Fitz Roy y lugares desconocidos como las mesetas de altura donde habita el macá tobiano. Son lugares realmente alucinantes, lugares donde no hay gente alrededor. El pueblo más cercano está a 150 o 200 kilómetros. Tiene la misma densidad poblacional que Siberia, a ese extremo. Es realmente impresionante. Eso me atrapó. Hay lugares donde no llega el humano. Es tierra inhóspita. Podés estar días sin cruzarte un humano o un camino. Ahí tenemos la estación biológica que es de la ONG Aves Argentinas y es una base de operaciones en donde nos movemos en estas tierras tan remotas», le contó a Actualidad.
En cuanto al macá tobiano, el biólogo sostuvo que se trata de «un ave muy carismática, un ave acuática que a simple vista perece un pato pero que no lo es. Sus parientes más cercanos serían los flamencos. Es muy llamativo porque tienen un despliegue o comportamiento social que son bailes o danzas. Varias especies tienen este comportamiento y eso atrae la atención de muchos investigadores en el mundo».
Esta ave fue descubierta en 1974 y, desde ese momento hasta ahora, la especie entró en peligro de extinción. Se estima que podrían desaparecer en la próxima década. «Quedan 750 individuos. es todo lo que hay de macá tobiano en todo el mundo y la población se estaba reduciendo muy rápido. Desde que empezamos a trabajar lo que hicimos fue intentar bajar esta reducción e intentar hacer crecer la población. Es un trabajo difícil de desarrollar porque el desafío principal es el ambiente, las distancias, el clima. Cualquier día normal podés tener 80 o 90 kilómetros de viento, temperaturas bajo cero en pleno verano, nieve en enero. Es un clima complicado y eso hace que sea más difícil hacer cualquier cosa. No soy solamente yo en el proyecto, somos 24 personas: investigadores del CONICET, becarios doctorales del CONICET, estudiantes de posdoctorado, un montón de técnicos profesionales, es un equipo de gente muy grande el que trabaja», detalló.
¿Qué es lo que provoca la extinción del macá tobiano?
«Cuando lo descubrieron, el mayor especialista en macá tobiano de esa época dijo que al vivir en un lugar tan inhóspito era imposible que el humano hiciera algo para amenazarlo. Pero el humano tiene una capacidad que va más allá de los limites imaginables y hacemos daño en todos lados. El principal problema es el que nos atraviesa a todos: el cambio climático global. Ese es el principal factor de amenaza para el macá tobiano y para cualquier otra especie de la Patagonia, porque en esas latitudes se siente más el cambio climático. Además, el cambio climático genera reducción de hábitat, entonces los pocos individuos que hay se concentran en pocos lugares y ahí entran otras amenazas que son las especies invasoras, las especies que no corresponden a ese lugar y que fueron llevadas por el humano. Esas especies empiezan a encontrar recursos abundantes y fáciles de conseguir. Con el macá tobiano tenemos tres especies invasores: el visón americano que es como una especie de hurón que anda en el agua, la gaviota cocinera que se expandió al continente siguiendo los basureros humanos y la trucha arcoíris que se siembra para una cuestión de pesca deportiva o comercial. Esas especies afectan al macá tobiano. Eso combinado con el cambio climático global es un cóctel terrible y ha generado que la especie se reduzca casi en un 85% en 25 años. Está en un momento crítico», informó Roesler.
La importancia del Óscar Verde
«Es difícil llegar a esta nominación. En Argentina solamente tres proyectos llegaron a esta nominación. Estamos contentos. La nominación es a una sola persona, pero en realdad es para todo el equipo de trabajo. Todo el mérito es del grupo. Es algo que es buenísimo porque no solo es una caricia para la autoestima del grupo, sino que la ceremonia es muy visible a nivel internacional, es muy popular en el mundo. Para un proyecto de conservación esta visibilidad que nos da el Oscar Verde es muy importante. Ha salido en varios diarios de Argentina y el mundo. A nivel visibilidad del proyecto es buenísimo. Independientemente que ganemos o no, el hecho de estar nominados es algo muy importante», señaló el biólogo villeguense.
Claro que, de ganar, se podrían asegurar los fondos para continuar con el proyecto por uno o dos años más.
«Más allá de mi trabajo como biólogo, el 50 % de mi tiempo lo gasto en eso: en tratar de generar los fondos suficientes para que el equipo entero pueda seguir trabajando y conservando el macá tobiano. Al proteger al macá tobiano estamos protegiendo a todo el ecosistema de la Patagonia austral. Sería ideal ganarlo», concluyó «Kini».
La ceremonia virtual será el 12 de mayo. Se puede presenciar de manera gratuita (pide una donación, pero es algo voluntario) a través de la página: https://whitleyaward.org/2021/02/17/whitley-awards-2021/.