Joaquín Valdez contó en primer apersona cómo fue el vuelco que protagonizó junto a su padre en la ruta 188, a la altura de Ameghino.
Los tripulantes del utilitario -un Peugeot Partner- volvían desde La Plata hacia General Villegas cuando se produjo el siniestro. A pesar de la violencia del impacto -y de que el vehículo en el que circulaban quedó completamente destruido- ambos resultaron ilesos.
«La sacamos re barata, fue un verdadero milagro. Se nos cruza un animal que no pudimos identificar porque pasó muy rápido y muy cerquita de la camioneta. Mi viejo, al intentar esquivarlo, pierde el control de la camioneta. Golpeamos contra el guardarraíl y empezamos a girar con la camioneta. Dimos entre 4 y 6 vueltas mínimo. Veníamos con el cinturón de seguridad y los airbags saltaron. Lo primero que hice fue agarrar a mi viejo con un solo brazo, taparle el cuello y la cabeza para que no se golpee. Tenía mucho miedo. Se rompió toda la camioneta y nosotros resultamos ilesos. Terminamos con las ruedas hacia arriba y nosotros de cabeza. Muy nerviosos los dos. Me pude desatar y lo desaté a mi papá. Lo abracé, le dijo que estábamos vivos y que la habíamos sacada re barata. Rompimos el vidrio de una patada y tuvimos que salir de cabeza. Gracias a Dios justo pasaba una familia de Ameghino que venia de Bunge y nos socorrió», relató Valdez.
«En ningún momento perdimos el conocimiento. Fue un shock y mucho nerviosismo. No tuvimos ni un rasguño. Uno ve la camioneta y piensa que a la gente que iba le pasó lo peor. Creo que fue un milagro. No nos hicimos ni un rasguño. Mirábamos la camioneta y decíamos ‘¡De la que nos salvamos!’. Porque la verdad que nos salvamos. Volvimos a nacer», cerró.
