Natalia Ariño es economista de FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina), una institución sin fines de lucro que elabora, difunde y gestiona proyectos de políticas públicas. Los estudios de FADA apuntan a impulsar el desarrollo de nuestro país para mejorar la vida de las personas. En el marco del cierre de las exportaciones de carne vacuna adoptado por el gobierno nacional con la idea de bajar el precio de este alimento básico en el plato de los argentinos, desde la columna «La Voz del Campo» consultamos a una especialista para saber cómo está compuesto el precio de la carne y para analizar si esta medida logrará ese objetivo o si, por el contrario, generará una suba y otros impactos negativos.
P: ¿Esta medida que tomó el gobierno de cerrar las exportaciones impacta verdaderamente en el precio de la carne que consumimos los argentinos?
Natalia Ariño: La semana pasada nos despertamos con que se suspendían las exportaciones de carne vacuna. Recordemos que Argentina exporta cerca de 900.000 toneladas de carne vacuna que en el 2020 significó el ingreso de más de 3.000 millones de dólares, dólares que nos hacen falta y que necesitamos para hacer frente a las demandas y obligaciones que tenemos como país. De esas 900.000 toneladas que se exportan solamente quedaron habilitadas las exportaciones que van con destino a la cuota Hilton, la cuota 481 y la que va a Estados Unidos. Eso representa el 8% de las exportaciones. El resto se volcaría en el mercado interno que aproximadamente por mes serían unas 70.000 toneladas. Eso implica una sobreoferta de carne en el mercado interno. Cuando hay una sobreoferta de un producto lo que tiende a suceder es que se estabilice o baje. Pero eso es en el corto plazo, en el momento. Esta medida en el largo plazo no va a tener efecto sobre el precio de la carne. Ya tenemos la experiencia de lo que sucedió con la misma medida en el 2006: se cerraron temporariamente por 180 días las exportaciones y luego se intervino el mercado por 9 años. ¿Qué se vio y qué se piensa que puede suceder en base a la experiencia? En el corto plazo se va a estabilizar el precio y va a bajar por esta sobreoferta de carne en el mercado interno, pero hay consecuencias que van llevar a que baje la producción de carne, como sucedió en el lapso de 2006-2015. De hecho entre 2006-2011 la producción de carne bajó un 20% en Argentina y hubo pérdidas de empleos en frigoríficos. Hay que pensar que la cadena vacuna crea más de 400.000 empleos y alrededor de 100.000 empleos están relacionados a lo que es el circuito de exportación. Ahí va desde la cría, el feedlot o engorde, frigoríficos y todo lo que es el circuito de exportación, aduana y todos los trabajos directos e indirectos que están relacionados a eso. Entre 2006 y 2015 se perdieron muchos puestos de trabajo que se estima que fueron unos 15.000 empleos directos y unos 50.000 indirectos. Por supuesto que también repercute en las exportaciones. El año pasado se alcanzó el récord en las exportaciones con un poco más de 900.000 toneladas, lo cual posicionó a la Argentina como el 5° exportador a nivel mundial.
Si vemos este período 2006-2012 se observa que el precio no bajó, sino que subió. En 2006 el kilo de asado estaba en 2.70 dólares y en 2012 en 8 dólares. Actualmente el kilo de asado está en casi 7 dólares. Lo tomamos en dólares para poder compararlo a través del tiempo. En principio la sobreoferta bajaría el precio, pero en el mediano y largo plazo se verían otros problemas que vienen con el cierre de exportaciones, que son: la caída de la producción, de las exportaciones, del empleo y también de la inversión.
P: Al productor le insume un determinado costo producir esa carne: tiempo, insumos, materia prima. ¿Pero el precio lo pone directamente el productor o hay otras cuestiones que inflan ese precio, como son los impuestos?
NA: Cuando vemos los costos de producción, cuando vemos los impuestos que se cobran a lo largo de toda la cadena y cuando vemos el resultado económico que tiene cada una de ellas tenemos que la cría representa el 30% del precio del kilo de carne. La cría requiere 2 años para tener listo el ternero y que pase a la siguiente etapa que es el engorde, pensando en un animal que va a mercado interno. A eso se le suma un 27% que es la participación del feedlot, el frigorífico un 6%, la carnicería un 9% y el 28% restante son los impuestos, impuestos que se acumulan a lo largo de toda la cadena y que son impuestos nacionales, provinciales y municipales. El Estado y los impuestos representan, en el precio de la carne, más que el feedlot y casi como la etapa de la cría considerando que la cría requiere todo ese tiempo para tener listo el ternero y que siempre se afrontan ciertos riesgos. Esas son las inconsistencias que se ven cuando se analizan los precios: por un kilo de carne estamos pagando alrededor de 150 pesos de impuestos, dependiendo el valor de la carne.
P: ¿En FADA que analizan o prevén que pueda llegar a pasar? ¿Va a finalizar el cierre de exportaciones en 30 días o se va a extender? ¿Puede generar los mismos impactos negativos que sucedieron desde el 2006 en adelante? ¿Se pueden perder mercados?
NA: Hay incertidumbre sobre si esta medida va a regir solamente por 30 días o si se va a extender. Hay cierto temor de que se extienda más. Creo que el cierre total de las exportaciones como ahora no se va a mantener, sino que va a ir a una cuotificación. Creo que va a haber ciertas cuotas para poder exportar y que esto va a dar un piso de precio hacia adentro de la cadena, hacia la hacienda. Si se vuelca toda la carne acá y la medida se mantiene en el tiempo, entonces la hacienda va a empezar a perder valor. Creo que va a tender hacia una cuotificación de las exportaciones, es decir que se va a poder exportar con cupos o cierta cantidad de toneladas para que eso le de cierta previsibilidad de precio al que cría el animal, al que lo engorda y a los siguientes eslabones de la cadena.
"El problema de fondo es la inflación"
«En la economía argentina el precio de la carne no es el único problema o el único precio que viene aumentando sin parar. Aumenta el pan, la leche, el combustible y todos los servicios. El problema de fondo es la inflación que tenemos en la economía y no el precio de determinados productos. Es un error que se crea que por cerrar las exportaciones de carne se va a solucionar el problema de inflación que tenemos en la Argentina. Cerrar las exportaciones va a impactar en el corto plazo en el precio de la carne, pero van a seguir aumentando todo el resto de los precios. El carnicero va a tener cada vez más costos, porque va a tener alquileres más altos, servicios más altos, va a tener que pagar cada vez más sueldos. Y lo mismo pasa en todos los eslabones de la cadena: al criador, al feedlot, al frigorífico. Por eso es que la medida va a impactar en el corto plazo, pero va a tener consecuencias negativas en el mediano y largo plazo», concluyó la economista.