Luego de recibir la visita de efectivos de la Policía Comunal que le solicitaron que cierre el gimnasio Gymnos por incumplir lo establecido por el decreto nacional y provincial, el profesor de educación física Mauro López se mostró muy molesto. No con los agentes ni con la gente que lo denunció, sino por la falta de comunicación entre las autoridades municipales y las autoridades policiales.
En ese sentido, López escribió el siguiente comunicado en sus redes sociales: «A todos los socios de Gymnos les comunicamos que nada ha pasado, no nos clausuraron, no nos multaron, no nos labraron acta, ni nada que se le parezca. Por segunda vez en menos de una semana fuimos visitados por efectivos policiales quienes, con toda la predisposición y respeto, nos pidieron que cerráramos el lugar porque no está permitido hacer actividad física al aire libre en espacios privados. Cabe aclarar que estuvimos abiertos con el protocolo correspondiente ya constatado por la Secretaría de Comercio. Entonces, si la máxima autoridad de ese área, Marina Justo, dice sí y Policía dice no… ¿Qué hacemos? ¿A quién respondemos? ¿Quién nos respalda ? Desde el minuto uno tenemos todo en regla (habilitación, AFIP, ARBA, protocolo, título correspondiente a la actividad entre otras cosas). Demás está decir que siempre acatamos todas las modificaciones correspondientes a nuestra labor. Si la secretaria de Comercio y el comisario no hablan el mismo idioma no nos tiren a la hoguera por sus ineptitudes. Si se puede laburar, se labura; y si hay que cerrar, se cierra. Pero sean claros a la hora de comunicar, porque no estamos hablando de enviar un cohete a Plutón, es solo hablar entre ustedes y comunicar qué se puede y qué no».
Consultado por Actualidad, Mauro manifestó que la situación de los dueños de los gimnasios es muy delicada ya que «no sabemos a quién hacerle caso. Hay algo que está fallando y nosotros quedamos en el medio. El accionar de la policía es el que corresponde, porque si nos regimos por el decreto nacional y provincial los gimnasios no pueden trabajar, pero tampoco muchos comercios. Entonces pónganse de acuerdo a la hora de comunicar, a la hora de sacar un buen comunicado que no se preste a confusión, para que podamos hacer lo que la ley indica. Así no pasarían estas cosas».
Este miércoles Gymnos no abrió sus puertas. «Cerramos porque no sabemos qué van a decidir. Desde que arrancó la pandemia siempre nos alineamos a lo que se decía, tanto si había que cerrar como si había que trabajar afuera. Pero hoy nos dicen A y nos cierran por B. Es un tema comunicativo que no puede pasar entre las máximas autoridades. Quedamos como los malos de la película o como si estuviésemos en infracción, y la verdad que no es así», remarcó López.
El profesor volvió a insistir que es necesario que las autoridades «hablen el mismo idioma» para dejar en claro qué se puede hacer y qué no. Esto es un ejemplo más de un problema que fue una constante durante toda la pandemia: los comunicados ambiguos, la incertidumbre, las declaraciones que oscurecen más que lo que aclaran.