Son los chicos de la «Promo ’21», que este año terminan sus estudios. «Nos duele profundamente que esta situación esté tan normalizada para muchos», sostienen en un escrito que hicieron público en las redes sociales y se viralizó.
«Como adolescentes no logramos comprender el por qué de algunas medidas», agregan en otro pasaje de la nota, teniendo en cuenta que Piedritas, junto con Banderaló y Coronel Charlone, son los únicos pueblos del distrito que continúan con clases virtuales.
El texto escrito por los alumnos dice, textualmente:
«A todos los que en este momento se están tomando un tiempo para leer esto, nosotros somos alumnos de la escuela secundaria de Piedritas con un solo y simple objetivo, mostrar cómo es la realidad de un estudiante frente a esta inviable situación en la que se encuentra la educación.
Nos duele profundamente que esta situación esté tan normalizada para muchos, siendo que nuestros sentimientos no se están teniendo en cuenta. Somos varios los que estamos cansados y fingimos una sonrisa en plena clase, cuando en realidad estamos completamente desmotivados, no encontrándole un sentido a los contenidos, perdiendo la relación de compañerismo con algunos, sintiendo que le estamos fallando a nuestras familias y profesores. A menudo la frustración es nuestro único sentimiento.
Por otro lado, sabemos que hay muchos compañeros que no pueden ingresar a un Zoom con la misma posibilidad de aprender, y nosotros les preguntamos ¿Qué hacemos con eso? ¿Qué le responden a una persona que quiere aprender pero no puede?. Ya no vemos las caras ni escuchamos las voces de tantos compañeros que crecieron junto a nosotros, lo poco que escuchamos sólo son quejas y frustración constante; la que parece no tener remedio.
Las escuelas siempre han intentado generar un espacio donde los alumnos además de aprender podamos expresar con ellos ciertos problemas, pero en este momento nos preguntamos dónde quedó eso, porque sinceramente no nos están permitiendo hacerlo. El impacto mental puede durar mucho más que el virus y cuando muchos se den cuenta quizás sea tarde.
A ustedes les pedimos que tomen conciencia y escuchen que esto también nos afecta física y mentalmente. No estamos aprendiendo, no estamos viviendo, lo único que hacemos es unirnos a una de las tantas clases para no perdernos una falta más y para cumplir con lo que cada persona espera que seamos, por más destruidos que estemos por dentro.
Esto sigue, pero nosotros no podemos avanzar, que el dilema no sea “abrir o cerrar”, necesitamos una escuela activa para asegurar oportunidades y resultados positivos de ahora y en adelante.
Como adolescentes no logramos comprender el por qué de algunas medidas que se escapan de nuestra lógica, siendo evidente que no están solucionando el verdadero problema, que es nuestro bienestar. Ya demasiado estamos resignando nuestra etapa de adolescencia como para que tampoco se nos tome verdaderamente en cuenta en lo educativo».
