La cardióloga Alejandra Avalos dialogó con Actualidad y explicó la importancia de esta encuesta que la Sociedad Argentina de Cardiología está aplicando en todo el país. La misma ya se aplicó a nivel regional, aunque en esta oportunidad está ampliada y contiene otro enfoque. La idea es conocer los factores de riesgo convencionales y no convencionales con un único objetivo: prevenir enfermedades cardiovasculares en la mujer.
Se está realizando a nivel nacional una encuesta de percepción, conocimiento y conducta para la prevención de enfermedades cardiovasculares en la mujer. La misma es similar a la que se aplicó en nuestra región en febrero -en el marco del Mes de la Mujer-, aunque con algunas novedades como por ejemplo los factores de riesgo no convencionales, ligados al sexo y al género.
Alejandra Avalos, cardióloga de nuestra ciudad y miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología, está trabajando en esta encuesta. «Es importante que las mujeres participen y la completen. No es igual a la que distribuimos de manera regional. Es importante que podamos conocer nuestros números y saber dónde estamos parados. Esta encuesta tiene que ver con los factores de riesgo cardiovasculares en la mujer», comenzó diciendo Ávalos.
«Nosotros trabajamos con la Sociedad Argentina de Cardiología. Somos el Distrito Oeste. Con la directora del distrito de Junín armamos esta encuesta distrital que tuvo mucha repercusión y nos permitió saber dónde estábamos posicionadas con respecto a los números. Es una encuesta de percepción, conocimiento y conducta. Nos permitió conocer qué sabíamos de nuestros factores de riesgo, qué conductas tomábamos para poder modificarlos y qué conocimientos teníamos con respecto a cuál era la principal causa de muerte de la mujer. Los resultados no fueron una sorpresa: nos hablan del gran trabajo de difusión que necesitamos. Hay ausencia de información, desinformación y falta de registro por parte de la mujer», añadió.
La cardióloga remarcó que en esta oportunidad se hace hincapié en los factores de riesgo no convencionales. «Siempre hablamos de los factores de riesgo convencionales: presión, tabaquismo, colesterol, diabetes, sedentarismo y antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular. Pero a nivel nacional nos proponen mejorar y ampliar la encuesta. Por eso esta encuesta habla no solamente de los factores de riesgo convencionales, sino de los no convencionales, ligados al sexo y al género. Es una mirada necesaria porque incorpora todos los aspectos psicosociales, los laborales, la sobrecarga de roles en la pandemia, la equidad laboral, la exposición a ambientes hostiles, la violencia de género e incluso habla de patologías gineco-obstétricas que no son detectadas y buscadas en la mujer y que aumentan el riesgo cardiovascular», detalló la profesional de la salud.
Diario Actualidad: ¿Cómo afectó la pandemia a la mujer?
Alejandra Avalos: La sobrecarga de roles de la mujer en la pandemia generó gran impacto en los aspectos psicosociales. Eso llevó a mayor consumo de alcohol, a aumentar el sedentarismo, a relegar su espacio y su tiempo, a tener trastornos de sueño. Claramente tuvo un impacto en el sistema cardiovascular de la mujer, no solamente porque se dio un aumento del peso y del sedentarismo sino porque los factores de riesgo convencionales también se vieron modificados.
Durante la pandemia la mujer tuvo que salir a ponerle más el cuerpo, ocuparse de sus adultos mayores. No porque el hombre no lo haga, pero culturalmente hay roles que tienen más demanda en las mujeres, como el cuidado de los adultos mayores, el cuidado de los chicos, ocuparse de las tareas escolares, de las casas, de sus trabajos. El tiempo le fue robado al mundo físico de la mujer.
DA: El año pasado hubo pocos controles ¿Qué impacto generó eso?
AA: El año pasado sentí que hubo una parálisis en el control: ginecológicos, endocrinológicos, clínicos, todos en general. La gente tenía miedo de exponerse innecesariamente a la posibilidad de contagiarse. Se produjeron dos situaciones que permitieron que se flexibilizara esa situación: el tiempo hace que toda esa sensación de pánico inicial fuera mermando; y segundo el tener más población vacunada. Al estar vacunada, la gente se sintió más protegida y eso hizo que retomaran los controles cardiovasculares en el 2021. El impacto del 2020 se puede medir en triglicéridos altos, aumento de las presiones arteriales, cambios en el azúcar en sangre, aumento del perímetro de cintura. Todas estas cuestiones se vieron cuando empezamos a controlar. Claramente el miedo a la enfermedad y la enfermedad tuvieron un impacto cardiovascular.
Por eso cuando hablamos de llevar un estilo de vida más saludable no nos referimos solamente a la actividad física, la hidratación, la alimentación saludable y el control de los números (azúcar, colesterol, presión), sino que hacemos mención a crear pensamientos saludables, trabajar sobre nuestro mundo emocional, no enroscarnos, tratar de tener un sueño lo mas saludable posible. Tiene que ver con un mundo interno y con cómo percibimos el mundo. Eso es un trabajo de introspección que tenemos que hacer todos. No puedo cambiar el mundo, pero puedo trabajar sobre mi percepción de él y cómo lo internalizo. Ese es el trabajo más interesante y más difícil que tenemos por delante.
