General Villegas, junto a Hurlingham y Esteban Echeverría, es uno de los pocos partidos donde el Frente de Todos no presentará lista de unidad. A diferencia de los municipios del Conurbano bonaerense -donde las internas fueron promovidas por sus intendentes-, en General Villegas los «soldados locales» están apadrinados por pesos pesados de la política: Máximo Kirchner y Pedro Zurro apoyan a Sol Fernández, mientras que Sergio Massa y Alexis Guerrera están detrás de la lista de Horacio Pascual. Ambos espacios medirán fuerzas en General Villegas. Desde Capital Federal miran con expectativa lo que pueda suceder en nuestro distrito el próximo 12 de septiembre.
Durante el período que se denominó la «Guerra Fría» (desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la caída del muro de Berlín) las dos grandes potencias de ese momento (Estados Unidos y Unión Soviética) evitaban confrontarse de manera directa para no desencadenar un tercer conflicto bélico a escala global.
Así, sus batallas se trasladaron a otros escenarios, tales como la carrera por la conquista espacial, el conflicto diplomático por los misiles en Cuba y las guerras en campos de batalla de países remotos o del tercer mundo (como la Guerra de Corea, la Guerra de Vietnam o la Guerra de Afganistán, solamente para nombrar algunas).
Afortunadamente en nuestro país los conflictos hace tiempo que dejaron de dirimirse con la violencia. La política y las armas van por caminos separados. Y, sin embargo, Villegas se ha convertido en un escenario de «batalla electoral» donde dos potencias a nivel nacional (El kirchnerismo y el Frente Renovador) se enfrentarán y medirán fuerzas en terrenos alejados de las principales arenas políticas (la Nación y la Provincia).
Por el contrario, serán algunos municipios donde el Frente de Todos libre esta «guerra intestina», esta lucha de poder propia de los grandes frentes que contienen a muchas agrupaciones en su interior. Cada espacio político tiene sus intereses, ambiciones, líderes y candidatos predilectos. Pero no hay lugar para todos en una sola boleta. He aquí la piedra angular de cada uno de los conflictos que existieron, existen y existirán en la política argentina.
Hurlingham, Esteban Echeverría y General Villegas son los casos más visibles. No obstante, la situación de nuestro distrito es diferente a la de los otros dos. En esos municipios del Conurbano bonaerense gobierna el Frente de Todos y la presentación de dos listas dentro de ese espacio político responde a la decisión intempestiva de sendos intendentes: Juan «Juanchi» Zabaleta, jefe comunal de Hurlingham, armó su lista de concejales (de la que él mismo forma parte) al sentirse desplazado por La Cámpora en el armado de la lista; mientras que la situación de Esteban Echeverría es muy diferente, ya que su intendente Fernando Gray está enfrentado con Máximo Kirchner por la jefatura del PJ provincial.
¿Qué sucede en nuestro distrito? General Villegas es tierra gobernada por Juntos por el Cambio (ahora Juntos), es decir que la interna del Frente de Todos no responde a la decisión de un intendente enojado o molesto al sentirse desplazado. Aquí la batalla es netamente estratégica, es «la madre de todas las batallas» (tal fueron las palabras que un referente del Frente de Todos utilizó cuando fue consultado por Actualidad). Villegas es uno de los pocos lugares donde se le «plantaron» al espacio que lidera Máximo Kirchner.
Sin un jefe comunal peronista que imponga condiciones -es decir sin alguien que incline la balanza para uno u otro lado- el territorio villeguense parece ser propicio para medir fuerzas. Y detrás de esta batalla hay pesos pesados: diputados nacionales, un ministro de la Nación y referentes de la Cuarta. Todos movieron sus piezas en el tablero de batalla y así fue cómo llegó el 24 de julio con dos listas enfrentadas dentro del Frente de Todos: Sol Fernández vs Horacio Pascual.
Por el lado de Sol Fernández es innegable la injerencia y el poder ejercido por el diputado nacional, presidente del PJ bonaerense y líder de La Cámpora a nivel nacional, Máximo Kirchner. A nivel regional cuenta con el apoyo del férreo lugarteniente de Máximo en la Cuarta: el intendente de Pehuajó, Pablo Zurro.
Pero en la otra vereda también cuentan con avales de peso: Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y líder del Frente Renovador dio su aprobación a la lista de Pascual y, por consiguiente, a la inevitable interna. Pero eso no es todo. Fue el propio Alexis Guerrera -ni más ni menos que un ministro de la Nación y un dirigente de peso en la Cuarta- quien se comunicó con uno de los «socios» de Pascual y le dijo «Muchachos, denle para adelante».
Cabe aclarar que no hay ruptura en el Frente de Todos. Ni a nivel nacional, provincial o municipal. Nadie sacó los pies del plato. Pero el armado de listas dejó heridos. Esa es historia conocida y pasa cada vez que hay elecciones. La Cámpora se movió con astucia, acaparando lugares claves en todas las listas. Muchos los tildan de «implacables» a la hora de negociar. Algunos deciden pegar el portazo en búsqueda de espacios que les permitan mayor participación, otros se pliegan a su liderazgo y otros deciden enfrentarlos. Eso último es lo que pasó en Villegas.
Quizás el enfrentamiento no es de manera directa. Cabe aclarar que no hay una guerra declarada entre Alexis Guerrera y Máximo Kirchner. No es ese el escenario. Todos siguen siendo parte del Frente de Todos. Pero se acercan las elecciones y las distintas agrupaciones quieren medir fuerzas dentro del espacio, así como también potenciarse para colocar a los suyos dentro del gabinete presidencial (cuyo recambio u «oxigenación» sería, según dicen los medios nacionales, más temprano que tarde).
Y es así como dos facciones del Frente de Todos de General Villegas se disponen a enfrentarse para disputarse el poder y poner en el GPS las coordenadas del Palacio Municipal con miras a las elecciones del 2023. Los soldados locales cuentan con el apoyo de poderosos generales.
Parece increíble, pero en Buenos Aires ya se habla de General Villegas y los referentes del Frente de Todos miran de reojo lo que pasa aquí.
La fuente consultada lo resumió de la mejor manera: «Se va a poner picante».