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lunes, septiembre 8, 2025
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Fiestas clandestinas: Ayer el intendente, hoy el Presidente

Ver al jefe comunal de General Villegas, Eduardo Campana, en una peña con amigos en plena pandemia fue algo muy doloroso para todos los vecinos del distrito. Sin barbijo, sin respetar el distanciamiento y en plena segunda ola de la pandemia que se cobró más de 160 vidas villeguenses. La persona que debía dar el ejemplo, que tantas veces nos había pedido que nos cuidáramos y que respetemos los protocolos, estaba en una «clandes» con amigos. Parecía una burla (de pésimo gusto, por cierto) hacia toda la sociedad villeguense que tanto había sufrido.

Ahora otro de nuestros representantes está en el ojo de la tormenta por haber participado de una fiesta clandestina. Se trata ni más ni menos que del Presidente de la Nación, Alberto Fernández. Hace unos días atrás se hicieron públicas unas fotos donde se lo ve al primer mandatario nacional festejando el cumpleaños de su pareja, Fabiola Yáñez. La celebración fue en la Residencia de Olivos, el 14 de julio de 2020, mientras regía el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) en todo el país. En otras palabras, durante la etapa más estricta de la cuarentena.

Así como Actualidad se hizo eco de lo que ocurrió entonces con el intendente Campana; hoy, nobleza obliga, este doloroso episodio que tiene al Presidente de la Nación como protagonista no puede quedar de lado.

Alberto Fernández siempre se caracterizó por sus duras palabras hacia los anticuarentena y los que violaban las restricciones y protocolos. Supo compararlos con los terraplanistas y no dudó en tildarlos de «idiotas». Pues bien, nuevamente la persona que debía poner el ejemplo fue fotografiada haciendo todo lo que no había que hacer.

El famoso «haz lo que yo digo y no lo que yo hago».

Fernández violó todas las restricciones que sus propios decretos imponían: festejó un cumpleaños (en ese momento estaban prohibidas las reuniones sociales), con gente ajena a su núcleo convivencial, sin barbijo y sin respetar el distanciamiento social.

Además de Alberto Fernández y su pareja Fabiola Yáñez, también participaron del cumpleaños: Carolina Marafioti, Sofía Pacchi, Florencia Fernández Peruilh, Santiago Basavilbaso, Emanuel López, Fernando Consagra, Rocío Fernández Peruilh, Federico Abraham y Stefanía Domínguez.

El escándalo desató una gran polémica y las críticas arreciaron.

Pero más allá de lo que pueda decir la oposición -de hecho estamos en campaña y esto bien puede ser utilizado políticamente-, lo importante es cómo golpea lo sucedido en la ciudadanía. El vecino de a pie, ese que tuvo que dejar de trabajar, que se fundió o que no pudo despedir a un familiar fallecido, se siente como mínimo indignado ante la hipocresía de la clase dirigencial. El mensaje que se desprende de todo esto es que la clase política es una casta privilegiada, que no tiene la obligación de ceñirse a las mismas obligaciones que sí debe respetar el común de la gente.

Que la máxima autoridad nacional haya violado todas las normas que él mismo llamaba a respetar es lo que enerva a gran parte de los argentinos.

Alberto Fernández habló por primera vez de la fiesta en Olivos por el cumpleaños de su esposa y reconoció que fue para celebrar la ocasión: “El 14 de julio Fabiola convocó a una reunión, a un brindis, que no debió haberse hecho. Me doy cuenta que no debió haberse hecho y lamento que haya ocurrido”, expresó. «Lamento lo que ocurrió. No va a volver a ocurrir”, completó el jefe de Estado.