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sábado, diciembre 14, 2024
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No hubo una Noche de los Lápices sino muchas / Escribe Alicia Laino *

16 de septiembre se ha instituido en el calendario escolar como el «Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios» mediante la Ley 10.671 -con modificaciones introducidas por la ley 12.030- en el año 1998.

El objetivo principal de dicha declaración es promover que en este día se reflexione en relación al tema «Democracia y DDHH».

Fui docente del área de Sociales durante 27 años, el inconveniente con el que me encontraba como docente era la reconstrucción del pasado reciente, sobre todo porque a mediados de los `80 aun no teníamos claro cómo hacerlo (ni bibliografía, ni la tecnología con la que contamos hoy)  y además porque más que parte de la historia ese pasado reciente era parte de mi memoria.

En 1986 se estrena la película “La Noche de los Lápices”, que reconstruía un hecho que había ocurrido en la ciudad de La Plata en septiembre de 1976,sobre los jóvenes que fueron secuestrados, en el operativo llamado La Noche de los Lápices, en la ciudad de La Plata, por el simple reclamo del boleto estudiantil.

Desde 1986 este relato se erigió en la memoria social como el caso más emblemático del terrorismo estatal frente a la victimización de los jóvenes estudiantes que inocentemente reclamaban un derecho adquirido. Era difícil desmitificar esa reconstrucción y explicar a los estudiantes que no fue sólo el reclamo por un derecho lo que generó el secuestro y desaparición de los chicos.

La Noche de los Lápices fue una investigación periodística, y por la forma en que fue narrada, instaló el “mito” del reclamo del medio boleto como única causa del secuestro, tortura y muerte de los jóvenes estudiantes; debemos aclarar que la Película La Noche de los Lápices no miente, simplemente cuenta sólo “una parte” de la verdad”.

Debemos preguntarnos, ¿cuál es la parte que falta en esta historia para que podamos construir una verdad histórica”?

Eliminando la dicotomía entre que es lo que “debemos” recordar como sociedad (el deber de la memoria) y lo que “podemos” recordar (el peligro de la memoria).

La memoria suele ser considerada como un proceso activo de elaboración y construcción simbólica de sentidos sobre el pasado (Jelin, 2000).

En otros términos, esta perspectiva tiende a considerar que es en función de los problemas y cuestiones que atañen a un sujeto y a una sociedad que se elaboran y construyen sentidos del pasado.

En el relato histórico sobre La Noche de los Lápices la militancia política de los jóvenes pasó a un segundo plano y el debate se centró en el reclamo del medio boleto, podemos entender, no justificar que, tanto Seoane, como Ruíz Núñez y Olivera (Director de la película y periodistas que investigaron el hecho) intentaron buscar, desde el género periodístico y del film, una historia donde la sociedad argentina, que se estaba asomando a la democracia, se animara no sólo a ver sino a opinar sobre ella.

No hubo una Noche de los Lápices sino muchas, y que no fueron seis los desaparecidos sino muchos más y sobrevivieron muchos otros. El desafío es cuestionarnos cómo hacemos, desde la Escuela, para formar jóvenes que puedan decir verdaderamente Nunca Más. Porque eso que los adultos llamamos el “pasado reciente” de nuestro país, suele ser para los chicos que hoy están en el Secundario algo bastante lejano, ajeno, difícil de comprender y, más aún, de vincular de un modo consciente y significativo con su propia vida.

En muchos casos, no se enseña desde la diversidad de ideas y puntos de vista. Ni siquiera se “adoctrina”, simplemente no se enseña.

A partir de la reforma del sistema electoral impulsada por el Kirchnerismo, donde se incorpora al padrón los jóvenes a partir de los 16 años, la política pudo dejar de ser un tema tabú para los docentes menos propensos a tocar el tema en el aula.

Los cursos más altos del secundario ya votan, por lo tanto, son alcanzados por los debates de la ciudadanía.

Lamentablemente hay escuelas en donde la omnipresencia de la militancia política incide en los enfoques que los docentes les brindan a sus estudiantes.

Por eso es necesario brindar las herramientas necesarias para entender y cuestionar ya que la libertad es la capacidad de elegir entre distintos puntos de vistas y ese si es un derecho. El verdadero derecho que le negaron a esos chicos de “la noche de los lápices”

La Noche de los Lápices quedó como un ícono muy fuerte en la impronta de los jóvenes; es una fecha para conmemorar a los cientos de chicos que fueron desaparecidos, torturados o que sufrieron cárcel o exilio; violaciones de los derechos por ilusiones propias de su edad y también para reivindicar todos los derechos que tenemos por vivir en democracia.

(*) Alicia Laino es abogada, docente y concejal por la Unión Cívica Radical – Juntos por el Cambio.