Gloria Scolari es directora de Bibliotecas del Partido de General Villegas. Junto a Miriam Santiago y Marta Fábreguez forman parte del grupo «Cuentacuenteros»; y fueron quienes participaron de la 5° edición del Festival de Narradores de Historia «Cuentamares», que se llevó a cabo en Mar del Plata.
En diálogo con ACTUALIDAD, Scolari comentó la experiencia y adelantó en qué están pensando las narradoras locales, proyectando un próximo espectáculo para presentar a la comunidad.
Fue un encuentro y reencuentro de narradores, después de mucho tiempo sin actividad presencial…
Hasta último momento estaban expectantes, no sabían si se iba a hacer o no de manera presencial. Se resolvió que sí. La organizadora es Marcela Kogan, quien ha estado en General Villegas invitada por la Biblioteca Pública. Ahí fue donde nosotros la conocimos, empezamos a establecer contacto y dio en nuestra ciudad una capacitación que fue muy importante, en un momento en el que recién empezábamos con el tema de la narración. Seguimos en contacto y, de hecho, «Cuentacuenteros» ya participó en la anterior edición del Festival, que se hizo en 2019. Este año fuimos con Miriam y Marta a este encuentro al que van narradores de todo el país. Uno aprende muchísimo de sus pares, vas escuchando y compartiendo experiencias. Esta vez, los cuatro disertantes eran Liliana Cinetto, que también ha estado en Villegas. Ella es narradora y escritora. También estaba Roxana Pruzan, que es narradora, maestra de Inicial y trabaja con títeres; Marco Mosquera, un narrador colombiano; y José Luis Gallego, que trabaja mucho en cárceles, con una realidad totalmente distinta y la experiencia de llegar a través de la palabra a personas privadas de su libertad. Son realidades diferentes que, a nosotras, nos sirvieron muchísimo.
¿Cómo se vuelve de esa experiencia?
Todo el viaje de regreso fue hablando de lo que podíamos hacer. Con ganas de volver al ruedo con «Cuentacuenteros» y en cualquier momento nos reunimos para empezar a proyectar el próximo espectáculo, como hacemos todos los años. La pandemia ha sido terrible para todos. Nosotros seguimos en contacto desde la virtualidad, pero no es lo mismo. Tenemos esa necesidad de reencontrarnos, así que en los próximos días volveremos a estar juntas en UDEB. Todo esto que hemos aprendido y que trajimos lo vamos a compartir con nuestras compañeras; y lo volcaremos a un nuevo espectáculo que ya contaremos cuándo será y de qué se va a tratar.
Espectáculos que, además de la narración, incluye actuación.
Nosotras somos narradoras orales, entonces eso nos permite jugar un poco más con el tema de la escenografía, son condimentos que les vamos agregando. Y en cada una de estas capacitaciones que hacemos, vamos conociendo algo nuevo que podemos implementar y hace que estos espectáculos resulten lo mejor posible.
¿Es tan importante leer como escuchar una narración?; ¿las dos cosas son buenas?; o ¿una es más importante que la otra?
¿A quién no le gusta que le cuenten un cuento?. En el momento que vos te sentás a escuchar, te transportas a ese espacio que te están contando, vos lo ves; y después cada uno identifica al personaje a su manera. Pero adonde sí volvemos todos es a nuestra infancia. Creo que cada uno, en un momento de la narración, se va a cuando éramos chicos, nos cantaban una canción de cuna o nos contaban un cuento antes de dormir. Más allá de lo que uno le lea o le cuente a un chico, lo importante es ese vínculo entre el chico y el adulto, ese tiempo que el adulto dispone para el chico. El valor de la palabra, el vínculo que se genera para toda la vida. Todos los adultos nos tenemos que tenemos que tomar ese momentito de contacto -en 24 horas que tiene el día- para un encuentro con nuestros hijos, sobrinos, nietos, el niño que tengamos cerca, para regalarle ese ratito de magia que tiene la literatura.