El etiquetado frontal de alimentos ya es ley, luego de que quedara aprobado por la Cámara de Diputados tras varias horas de intenso debate.
El proyecto obliga a los productores de alimentos envasados a incluir un esquema de etiquetado frontal con octógonos negros que adviertan sobre los excesos en materia de azúcares, sodio, calorías y de grasas saturadas y totales.
Había obtenido media sanción del Senado hace un año; y hace unos días se aprobó con 200 votos positivos frente a 22 negativos y 16 abstenciones.
En términos generales, el proyecto de ley propone regular el etiquetado de los alimentos envasados al incorporar un esquema de rotulado que advierta cuando un determinado producto tenga exceso de nutrientes críticos en cinco categorías: grasas totales, grasas saturadas, sodio, azúcares y/o calorías. Para definir el umbral por sobre el cual se considera que un producto tiene nutrientes “en exceso”, la ley tomó como referencia el perfil de nutrientes diagramado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que establece parámetros de consumo y alimentación.
Según esta iniciativa, las bebidas y los alimentos procesados deberán llevar octógonos negros de al menos un 5% del tamaño de la cara principal del envase cuando su composición supere un umbral mínimo en cada uno de estos componentes. Es decir, puede llevar uno o más sellos negros.
El objetivo es que el consumidor reconozca una advertencia sobre las características del producto. Chile (2016), Uruguay (2018), Perú (2019) y México (2020) son los países de la región con esquemas de advertencia similares al que se propone localmente.
En el marco de la aprobación de la ley, ACTUALIDAD dialogó con la Licenciada en Nutrición, Valeria Pennacino, quien se mostró a favor de la nueva medida -que no se verá en las góndolas de manera inmediata-, pero reconoció que además hace falta educación nutricional.
«Costó, pero se aprobó. Veremos cómo sigue el tema de ahora en adelante, porque hay que reglamentarla y hay un plazo de dos años para generar los cambios en los envases, que deberán tener los octógonos que indiquen grasas totales, grasas saturadas, sodio, azúcares y/o calorías. A su vez, no pueden ir slogans que resalten las propiedades del alimento, ni tampoco caricaturas o dibujos. Eso ya no va a poder figurar», expresó Pennacino.
Una ley que ha traído buenos resultados en otros países. ¿La expectativa es que en Argentina, a partir de esto, elijamos comer mejor?
En realidad es para que el consumidor tenga información de lo que está comprando. Pero creo que también tiene que ir acompañado de educación nutricional, porque hoy en día no sabemos qué ingredientes tienen los alimentos. Una encuesta realizada en México, Chile, Uruguay, que ya tienen este sistema, arrojó que no había disminuido el consumo de las bebidas gaseosas, alfajores y galletitas, que es lo que más se consume, porque el consumidor ya viene sabiendo que es alto en azúcares, no es algo nuevo. En tanto, se vieron afectadas empresas de más bajos recursos, pero también las de alta gama, porque si se ven varios octógonos en el paquete la gente elige no comprar. Está todo en estudio. La realidad es que salen estos temas y leyes, pero la obesidad sigue aumentando y las cifras son alarmantes a nivel mundial. Entonces, tiene que ir de la mano con educación nutricional. De hecho, en las escuelas no van a poder vender productos que tengan más de un octógono.
Con estos cambios, si las empresas ven una baja en la venta de sus productos, ¿es probable que también modifiquen la elaboración de los alimentos?
Lo que decía la encuesta es que probablemente dejen de producirlos directamente, porque si es mucho lo que hay que cambiar y no beneficia, creo que empezarán a evaluar si les conviene hacer tantos cambios, porque algunos productos van a tener los cuatro octógonos.
Aprobada la ley, se vendrá la reglamentación y hay un plazo para verlo en las góndolas.
Tienen un plazo de hasta dos años para empezar a hacer las modificaciones. Tal vez en las empresas más grandes se vea antes, pero hay que pensar que en algunos casos hay productos envasados que vencen en 2022 o 2023. Pero en lo que elaboren nuevo, tendrán que hacerlo teniendo en cuenta esta ley, con los octógonos en el frente.
¿Cuál es la ventaja de contar con esta ley?
Desde mi punto de vista, la visualización rápida y más fácil, porque leer la información nutricional a veces es muy difícil. La letra es muy chiquita y en un color que cuesta leer. Pero creo que no es la solución, sino que hace falta mucha más educación, sobre todo en las escuelas, para que aprendan desde chicos.
El objetivo fundamental es cuidar nuestra salud…
Sí. La idea de los octógonos no es prohibir y que la gente no consuma; sí que sepa qué es lo que está consumiendo; y que si elige menos de esos alimentos va a tener una mejor salud, una mejor calidad de vida.
Hacías referencia a la educación nutricional. ¿Hay alguna actividad prevista en General Villegas en ese sentido?
Este año fue raro a nivel educativo, así que no se han dado muchas charlas en las escuelas. Sí dimos hace poco una de nutrición y deporte; y estamos armando para el año que viene jornadas lindas en este sentido. En lo más próximo, el 14 de noviembre es el Día Internacional de la Diabetes y estamos organizando, junto con otros profesionales de la salud, alguna charla o taller. Todavía no lo tenemos bien definido. La realidad es que hay mucha obesidad y diabetes; me ha pasado de tener pacientes post Covid con este diagnóstico. Son patologías silenciosas que van haciendo su trabajo y hay que cuidarse.
Calor y alimentación
Las altas temperaturas de hace unos días hicieron pensar, entre otras cosas, en cómo alimentarse sin atentar contra nuestra salud.
«Hay que comer fresco, liviano e hidratarse mucho. Tuvimos días muy calurosos y la hidratación es fundamental, sobre todo en los chiquitos y en la gente mayor. Quien no esté acostumbrado a hacer actividad física con altas temperaturas que las evite, o que siempre tenga su botella de agua, para evitar cualquier complicación», recomendó Pennacino.