Frida Panadeiro es una joven (tiene 26 años) familiera, trabajadora, amante del deporte (e hincha del Club Atlético Villegas), que disfruta de compartir tiempo con amigos. Hasta aquí nada diferente de otras tantas jóvenes de nuestra ciudad. Sin embargo, hay algo que hace que su historia sea particular y es su decisión de dejar todo eso de lado y embarcarse en un gran desafío: viajar a Estados Unidos para convertirse en «Au Pair» (que en francés significa «A la par»), a través de la empresa “Cultural Care”. Desde el 16 de octubre está viviendo en Wilmington, en el Estado de Carolina del Norte, y Actualidad dialogó con ella para conocer de cerca los pormenores de este camino que cada vez más jóvenes se animan a tomar.
¿En qué consiste el programa «Au Pair»? El programa au pair les da la oportunidad a jóvenes entre 18 y 26 años de vivir en EEUU por un período de 12 o 24 meses. Los au pairs viven con una familia anfitriona, asisten a clases en una escuela local y ayudan con las tareas relacionadas con los niños en la casa. A cambio tienen la oportunidad de sumergirse en una nueva cultura y un nuevo país, aprovechando la oportunidad para crecer.
Para quienes no conozcan a Frida es hija de Sandra Ravera y Daniel Panadeiro. Tiene cuatro hermanos: Guido, Joaquín, Yasmin y Josefina. «También tengo un sobrino de 7 años, Genaro, al que extraño mucho mucho. Y tengo 2 maravillosas abuelas; con Elsa hablo por WhatsApp seguido, incluso videollamadas, y a Beba la llamo una vez por semana para saludarla y ponernos al día también», le comentó a Actualidad
Diario Actualidad: ¿Cuál es tu profesión?
Frida Panadeiro: Soy profesora de Educación Inicial. Cuando terminé la secundaria me fui a vivir a Córdoba para estudiar el profesorado de Educación Física. Estuve allí dos años y regresé a General Villegas sin finalizar dicha carrera. En mi ciudad estudié 4 años en el ISFDyT N° 145 el Profesorado de Educación Inicial y me recibí el 10 de marzo de 2019, una semana antes que comenzara la pandemia, por lo que ese año no pude ejercer. En el año 2020 estuve trabajando con grupos reducidos de niños/as haciendo juegos y actividades enviadas por la docente de manera virtual y/o propias.
Al mismo tiempo, dentro de los protocolos correspondientes y con la situación cambiante día a día, asistía al gimnasio “Cultura Física Villegas”, donde trabajé desde el año 2018, con niños y niñas de 3 a 5 años de edad brindando clases de gimnasia artística, hasta una semana antes de irme. ¡Los extraño mucho!
Mi primera experiencia dentro de la sala como docente fue a principios de este año, en el Jardín María Inmaculada. Comencé en el mes de febrero con muchas expectativas. Se decidió en ese momento iniciar las clases con el grupo dividido en dos “burbujas”. Fue desafiante, interesante, divertido. No fue fácil, pero siempre tuve el apoyo de la institución. Fue una gran oportunidad que me ayudó a crecer y adquirir experiencia. En el mes de mayo decidí presentar la renuncia ya que se aproximaba, en un primer momento, la fecha de mi viaje.
DA: ¿Cuáles son las cosas que más te gustaban hacer en Villegas?
FP: Amo y disfruto de hacer vóley. Este año estuve jugando en el Club Atlético Villegas, mi club desde siempre. Pudimos comenzar a jugar la Liga Rufinense en el mes de septiembre. Yo pude asistir dos fechas. Obtuvimos muy buenos resultados y estamos punteras. No tengo dudas de que el equipo va a dejar todo en la última fecha. Les deseo toda la suerte y estaré siguiendo los partidos online.
También soy muy familiera. Disfruto mucho cuando nos juntamos todos. Los juegos de mesa, imitar películas, el karaoke, contar anécdotas, recordar momentos, los cumpleaños. Por eso fue un poco extraño para todos que decidiera tomar esta decisión. Iba a ser todo nuevo, el lugar, el idioma, la gente, la comida, la cultura. Pero siempre me apoyaron. Y lo siguen haciendo. Igual que mi amiga incondicional (Natalia), que estaba negada con que me fuera. Estuvimos juntas hasta el último segundo en el aeropuerto, igual que con toda mi familia.
DA: Bueno… ¿Y cómo fue que tomaste la decisión de hacer este viaje?
FP: Es algo que no lo tenía pensado, planeado, ni lo busqué. Un día mirando el inicio de Instagram, vi una foto de una mujer que había venido a Estados Unidos a estudiar. Solo por curiosidad, hice zoom a la foto para leer lo que decía su colgante. Era una página de internet, así que seguí curioseando y me encontré con una empresa que se llama “Cultural Care”. Ahí mismo leí un flyer que decía: «Convertite en Au Pair y viví, estudia y viaja en Estados Unidos por un año». Pensé: “¿Au Pair? ¿Qué significa eso?”. Abrí el traductor y en francés significa “A la par”. Descubrí que es un programa de intercambio cultural donde una familia te recibe por un año, compartiendo cultura, momentos, experiencias. Y está respaldado por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Las condiciones eran las siguientes:
– Tener entre 18 y 26 años (inclusive). Podes viajar hasta un día antes de cumplir los 27.
– Tener el secundario completo.
– Tener experiencia con niños/as (la agencia verifica esas referencias).
– Tener licencia de conducir.
– Tener inglés conversacional.
Este último punto me detuvo a pensar por un momento, ya que mi inglés es básico básico. Pero tampoco quería que fuera un impedimento, entonces comencé a tomar clases particulares.
Lo primero que tuve que hacer con la agencia fue una charla informativa, vía online dadas las circunstancias. Una vez que la hice, me dije: “Tengo que hacerlo, me encanta”. Me gustó la idea de trabajar y pasar tiempo con niños/as y a la vez tener la posibilidad de conocer otros lugares, otra cultura, otro idioma, otra gente, ahorrar, volverme más independiente, explorar, viajar, abrir la mente a nuevas cosas, caminos, aprendizajes.
Los primeros en enterarse fueron mis papás, les conté lo que había visto, la idea y cómo era todo. Luego en una cena todos juntos, cuando se podía solo reuniones familiares, les conté a mis hermanos, hermanas, cuñadas, cuñados. A mis amigas les tuve que contar online, no lo podían creer.
Tramité el pasaporte, ya que nunca había viajado fuera de Argentina, la licencia de conducir internacional y la visa, que es la J1 (visitantes de intercambio que participan en los programas para la promoción del intercambio cultural). Lo segundo que tuve que hacer fue una entrevista con la agencia. Constaba de dos partes, una parte personal y una parte en inglés. Aprobé la parte personal, pero no la de inglés. Después de tomar las clases y estando un poco más segura volví a realizar la parte en inglés y me fue bien.
A partir de eso fui completando un perfil online donde escribí una carta para mi futura familia anfitriona, respondí sobre gustos, intereses (películas, libros, deportes, lugares, vacaciones, etc.), experiencias personales y laborales, videos de presentación en inglés, fotos (familia, amigas y con niñas/os), edades de los niños como preferencia, cantidad, si mascotas sí o no, si padres separados sí o no, entre otros aspectos. Es un perfil extenso como resumen de mi vida al que las familias estadounidenses, también inscriptas en el programa, tienen acceso.
Si a alguna familia le interesaba mi perfil y creía que íbamos a ser un “buen partido” juntos, me enviaban una solicitud con un mensaje presentándose. Ahí yo podía ver y leer el perfil de ellos. Si los aceptaba, les agradecía y les proponía realizar una videollamada para hablar y conocernos. Se puede estar conectado con 3 familias al mismo tiempo como máximo. Hablé con familias de Maryland, Georgia, California, Atlanta, Chicago, Connecticut, New York, Carolina del Norte, entre otras. La verdad es que estaba sorprendida de la cantidad de solicitudes que me llegaban. Y ver la diversidad en cada familia fue algo muy bueno.
Después de varias videollamadas (todas en inglés) hice “match”, es decir, coincidí con una familia; en el mes de junio. Esa familia estaba conformada por 4 integrantes. Hablábamos todos los días por WhatsApp y los niños no veían la hora de que yo llegara. Estábamos muy encariñados.
Pero cuando tuve que sacar el turno para la visa conseguí para septiembre y no estaban dando los turnos de emergencia, es decir, no se podía adelantar. La familia no podía esperarme hasta esa fecha. Fue triste tener que cancelarlo, más que nada por los niños. Igual seguimos conectados y los voy a ir a visitar en cualquier momento.
Tuve que iniciar la búsqueda de familia nuevamente pero con mi turno para la visa ya programado y asegurado para septiembre. Volví a hacer match el 30 de agosto con otra familia. Mi actual familia anfitriona. Vivimos en el Estado de Carolina del Norte, y la ciudad es Wilmington. Ellos son 6 integrantes: Whitney (mamá), Alex (papá), Lucy (7 años), Amelia (5 años), Charlotte (10 meses) y Koda (perro). Son tres niñas tiernas, felices y adorables.
Llegué acá el sábado 16 de octubre. Despegue el viernes 15 desde Buenos Aires hacia Atlanta y allí tuve una escala para luego ir hacia Raleigh, capital de Carolina del Norte. Me estaba esperando mi familia anfitriona y me recibieron con carteles, remeras de Argentina y mucha alegría, fue muy emocionante. Luego viajamos en el auto a Wilmington dos horas. Cuando llegamos hicimos un recorrido por toda la casa (que yo conocía previamente por fotos y videos) y luego me mostraron dónde iba a vivir yo. En mi caso particular, ellos prepararon la “casa de la piscina” para recibir a su “Au Pair”. Es estilo departamento con una cocina chica y comedor, junto con la cama y el baño. Fue muy lindo cómo me recibieron, estaba muy contenta. Ellos también y las niñas ni hablar. Incluso colocaron portarretratos con fotos de mi familia. Son súper amorosos y están en todos los detalles.
DA: ¿Cómo es el programa?
FP: El programa dura dos años. El primer año es con una familia y luego puedo extender por 6, 9 o 12 meses más con la misma familia u otra, incluso de otro Estado. El primer año no se puede elegir Estado, el segundo sí. La agencia siempre recomienda elegir la familia por la conexión con ellos y no por la ubicación. Después de todo vas a convivir un año, por lo menos, con esa familia.
También debo cumplir con 6 créditos. Esto lo hago estudiando y realizando cursos de mi interés. Cada curso otorga créditos y voy sumando. La familia me tiene que proveer hasta USD500 para el estudio. Tengo 6 meses para elegir y hacerlos.
Por supuesto que todo esto tiene un costo cuando decidís inscribirte, pero es accesible y con un mes y medio de trabajo acá, se cubre. El precio incluye los vuelos, seguro médico y capacitación previa al viaje (vida acá, alimentación, conductas, primeros auxilios, RCP, etc.). Hay agencias que financian en programa. Y también es para hombres, lo que se llama “Bro Pairs”.
DA: ¿Cómo es tu vida allá?
FP: Sobre la vida acá… creo que todavía no caigo que estoy viviendo en otro país. Estoy en un sueño realmente. Estoy finalizando la tercera semana.
La cena es siempre a las 6 pm, lo que fue el mayor cambio. Puedo decidir si cenar con ellos, o más tarde, salir a cenar, cenar con una amiga o prepararme otra cosa incluso. Hasta ahora siempre cené con ellos, ya que es el único momento en que estamos todos juntos y me gusta. También hemos salido a cenar. El almuerzo siempre es rápido (sándwich o recalentado de la noche anterior), ya que ellos no están en casa. Y la merienda acá no existe, pero yo siempre después de cenar, como algo más alrededor de las 7 y 8 pm. Hago videollamadas con familiares y amigas/os, me baño, miro una serie y me voy a dormir entre 9.30 y 10.30 pm. A la mañana siguiente me despierto a las 7.30 am.
Whitney trabaja desde las 9 am hasta las 4 o 5 pm, y Alex desde las 8 am hasta las 5 pm. Las dos niñas más grandes asisten a la escuela desde las 8 am hasta las 3 o 4 pm, y luego tienen actividades como danza y gimnasia.
Mi trabajo es de lunes a viernes desde las 9 am hasta las 4 o 5 pm cuando Whitney termina de trabajar. No podemos trabajar más de 10 horas por día, ni más de 45 horas por semana, establecido por el programa. Y el salario es semanal. Yo particularmente cobro todos los viernes. Cada Au Pair cuenta con una coordinadora en su zona con la que nos reunimos una vez al mes o a quien puedo contactar, para hablar sobre: que me estén pagando en tiempo y forma, el trato con la familia, los días no laborables, si todo va bien en general.
Mi trabajo es exclusivamente con la bebé. La cambio, le doy de comer, salimos a pasear, jugamos y la estimulo. Siempre que tengo un ratito también juego con las otras dos niñas cuando llegan de la escuela, aunque no tenga la obligación.
Una vez que termino de trabajar, puedo utilizar mi tiempo libre como desee. En mi caso salgo a andar en bicicleta, en rollers, voy a caminar a algún parque, camino por la playa, voy a jugar beach vóley, me junto con amigas o simplemente paso el rato en casa.
Ellos me proveen un auto para usar en el trabajo y en mi tiempo libre, y un celular con una línea de acá junto con el plan familiar de ellos.
Los fines de semana también puedo aprovechar mi tiempo libre a gusto, e incluso puedo viajar. Ahora tenemos organizado un viaje para noviembre a Washington DC con otras Au Pairs también de Argentina, y una chica de España. A todas las conocí acá y viven cerca de mi casa. Otros planes son pasar año nuevo en New York, conocer Disney, esquiar en Colorado, asistir a ver algún partido de la NBA. Es muy emocionante.
DA: ¿Qué es lo que más extrañás de General Villegas?
FP: Lo que más extraño sin dudas es la familia, amigas/os, el vóley, comidas típicas de Argentina, como un rico y buen asado. Teníamos un grupo con una amiga y dos amigos que una o dos veces por semana (o más) nos juntábamos a comer. Tengo una amiga que cocina muy bien y rico. Claro que extraño compartir esos momentos también.
Extraño las fiestas, salir y bailar música latina. Acá bailan una música muy diferente a la que no estoy acostumbrada, pero de todos modos es divertido. Y hay boliches con música latina relativamente cerca.
Fue mi cumpleaños el 31 de octubre y fue completamente diferente, ya que también se celebra Halloween. Por la mañana, me esperaron con el desayuno, tarjetas y regalos. Por la tarde fuimos a un hermoso parque a caminar y pasar el rato. Y por la noche me prepararon una torta sorpresa típicamente argentina: chocotorta, que es mi favorita. Luego de la cena nos disfrazamos todos y recorrimos el barrio caminando en busca de golosinas, el famoso “truco o trato”. Fue muy divertido y lindo ver cómo todas las familias estaban disfrazadas, acompañando a sus hijos/as, jugando y riendo.
DA: Cuando se terminen los dos años… ¿Volvés?
FP: Por ahora estoy decidida a realizar los dos años del programa y aprovecharlo. Pero no sé qué haré cuando finalice. Posibilidades de quedarse hay, trabajando o estudiando. Pero hoy pienso en el hoy, en lo que voy conociendo, aprendiendo, explorando, disfrutando. Sé que también puede llegar a haber días malos, pero sé que tengo una increíble familia y amigas que siempre están conmigo.
Sé también de tres chicas de General Villegas que están comenzando con el proceso y me parece genial. Animo a cualquier persona que esté interesada en este programa y ofrezco mi ayuda ante cualquier duda, consulta o más información.
¡Saludos mi Villegas querido!



