…”nació cuando la Anahí fue condenada a morir, tras participar en un cruento combate entre su tribu guaraní y el ejército invasor. Hasta allí, la niña cantaba feliz en la selva, con una voz dulcísima, tanto, que se decía que los pájaros callaban para escucharla” …
Paseamos por la Plaza Principal, por algunos terrenos baldíos, por la plazoleta frente al barrio Los Fortines, sobre calle Fasciolo, entramos a la Escuela Primaria Nº45 y lo vemos reluciente en el fondo de su huerta: es el ceibo o seibo, la planta que tiene las flores color carmesí: La criollísima Flor Nacional, que tantas veces, cada 22 de noviembre, dibujamos en nuestros cuadernos escolares.
Ese color rojo como la cresta del gallo de la flor del ceibo, está, también presente en el color del gorro frigio del Escudo Nacional… pero…
¿Cómo surgió que el ceibo sea nuestra Flor Nacional?
Fue declarada Flor Nacional Argentina por Decreto del Poder Ejecutivo de la Nación Nº 138474/42 (23 de diciembre de 1942). Y pronto a cumplir el 80 aniversario de ese acontecimiento, revisamos la historia (esa historia que siempre es noticia) para conocer cómo fue su elección:
… “Para designar a la flor nacional, en 1943, el Ministerio de Agricultura designó una comisión especial que propuso al ceibo como flor nacional por iniciativa del ingeniero y Director de Paseos y Jardines de La Plata, Alberto V. Oitaven2 (autor del libro El ceibo, flor nacional argentina, en 1943).
Entre otros considerandos, el decreto 138974 (del 23 de diciembre de 1942, publicado el 25 de enero de 1943) resalta como motivos de la elección:1
- Que la flor del ceibo ha merecido la preferencia de gran número de habitantes de distintas zonas del país, en las diversas encuestas populares promovidas por órganos del periodismo y entidades culturales y científicas.
 - Que estas circunstancias han determinado el conocimiento de la flor del ceibo en casi todos los países de Europa y América, donde ya figura, en virtud de dichos antecedentes, como representante floral de la República Argentina.
 - Que la flor del ceibo, cuya difusión abarca extensas zonas del país, ha sido evocada en leyendas aborígenes y cantada por poetas, sirviendo también de motivo para trozos musicales que han enriquecido nuestro folklore, con expresiones artísticas de hondo arraigo popular y típicamente autóctonas.
 - Que el color del ceibo figura entre los que ostenta nuestro escudo, expresión de argentinidad y emblema de nuestra patria.
 - Que además de poseer el árbol del ceibo, por su madera, aplicaciones industriales, su extraordinaria resistencia al medio y su fácil multiplicación han contribuido a la formación geológica del delta mesopotámico, orgullo del país y admiración del mundo.
 - Que diversas instituciones oficiales, civiles y militares, han establecido la plantación del ceibo al pie del mástil que sustenta nuestra bandera, asignándole así un carácter simbólico y tradicionalista.
 - Que por otra parte no existe en la República una flor que encierre características botánicas, fitogeográficas, artísticas o históricas que hayan merecido la unanimidad de las opiniones para asignarle jerarquía de flor nacional, por lo que las predilecciones, como se ha puesto de manifiesto en las encuestas y concursos llevados a cabo.
 - Que además no existe la posibilidad de que una determinada planta abarque sin solución de continuidad toda la extensión del país por la diversidad de sus condiciones climáticas y ecológicas. (Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones).
 
Pero en esto que nos parece tan simple, como elegir una flor nacional, nada fue sencillo, en ese tiempo y a lo lejos, también hubo discusiones y fraudes…” en la historia no hay nuevo bajo el sol”
Según consignan distintas fuentes, entre ellas el Gobierno de la Ciudad, todo empezó en 1910 cuando, en el contexto de la celebración del Centenario, se designó una comisión de biólogos y naturalistas, para que eligieran a la flor nacional. Después de deliberar durante cuatro años, esos notables se expidieron a favor de la pasionaria o flor de mburucuyá; pero el gobierno no legitimó la decisión.
De acuerdo con las mismas fuentes, en 1928 la Revista de la industria lechera y ganadera organizó un concurso para elegir a la flor nacional que “simbolice el alma criolla argentina”.
Se registraron unos ocho mil votos, que dieron el primer puesto a la magnolia, con aproximadamente el 52% de los sufragios, seguida por el ceibo con el 20%; la estrella federal, con 10% y la pasionaria, o flor de mburucuyá con 4%; pero el gobierno no legitimó la decisión.
Sin embargo, el jurado incurrió en la insólita arbitrariedad de impugnar y descalificar a la ganadora después de la elección y del escrutinio, aduciendo que la magnolia no era autóctona, puesto que, en efecto, es oriunda de América del Norte. El jurado decidió entonces que el ceibo, que había obtenido menos de la mitad de los votos reunidos por la magnolia, debía ser proclamado flor nacional; sin embargo, el gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear hizo caso omiso de la propuesta.
A su vez, el diario La Razón organizó dos años después un nuevo concurso con el mismo objeto. En esta oportunidad, participaron más de veinte mil personas y el ceibo se impuso ampliamente por sobre los contendientes más próximos, el lapacho y el jacarandá.
El diario expresó su beneplácito “porque la flor elegida es también criolla, silvestre, porque luce su corola roja en medio de los bosques naturales y proyecta sus pétalos como gotas de sangre sobre las aguas de los ríos y arroyos de la patria”.
Las fuentes consignan que, en 1941, a instancias del entonces director de Paseos y Jardines de La Plata, el vicepresidente en ejercicio de la Presidencia Ramón S. Castillo, convocó a nueve notables para que eligieran a la flor nacional. Un año después, la comisión emitió un dictamen en el que constaba que el ceibo había cosechado cinco sufragios, la pasionaria dos, y el jacarandá y el ramo de flores provinciales, un voto cada uno.
En consecuencia, el 2 de diciembre de 1942, el Presidente Castillo, firmó el decreto 138.974, en virtud del cual se declaró flor nacional argentina a la del ceibo.
Las anécdotas que nos dejan la historia
Durante la primera presidencia del General Juan Domingo Perón (1.946 y el 4 de junio de 1952) con el propósito de contener el proceso inflacionario iniciado a fines de la década del 40, se creó una línea de productos baratos de industria nacional, destinados al consumo masivo, que se denominó “flor de ceibo”. Como eran productos de menor calidad, rápidamente el ingenio popular aplicó esa expresión, en forma despectiva, a distintas cosas y también a personas. Se destacaron en este sentido los “maestros flor de ceibo”, como quedaron señalados los miles de individuos que, a pesar de carecer del título correspondiente, recibieron certificados de habilitación para el ejercicio de la docencia.
Más allá de connotaciones y opiniones políticas, como cada 22 de noviembre celebramos El Día de la Flor Nacional: el ceibo, también llamado seíbo o bucaré, y conocido en la región de América del Sur como “árbol del coral”, perteneciente a la familia del poroto, es de tronco bajo y copa amplia y da una flor rojiza científicamente denominada Erythrina cristagalli (“roja cresta de gallo”).
Como es sabia la madre Naturaleza también se me ocurre pensar que, si bien la madera del ceibo es blanda (para la industria de la madera pesada) es, en cambio, utilizada para fabricar artículos livianos como instrumentos musicales. Y… ¡Oh casualidad!… El 22 de noviembre es también “El día de la Música” … ¿Es quizás el invisible hilo rojo de la historia que une, lo que parece que la lógica no puede?
Fuentes:
*La Rayuela — 1 diciembre, 2017
* Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones)
* Wikipedia, la enciclopedia libre https://es.wikipedia.org › wiki › Flor nacional de Argentina.
(*) Laura Mónica Saisán es villeguense, profesora de Enseñanza Primaria y Especialista en Investigaciones Educativas. Apasionada lectora de historia, tanto de nuestra región como de la construcción de la Argentina como nación libre e independiente, ha realizado capacitaciones y cursos para acrecentar sus conocimientos en el área.



                                    