La Escuela N° 27 «Almafuerte» y el JIRIMM N° 8 del Paraje Moores fueron reinaugurados este lunes. Las directoras del Primario, Karina Gianolio; y del Nivel Inicial, Rocío Guidi, dialogaron con Actualidad sobre este especial acontecimiento.
«Nosotras nos encargamos de la dirección, somos docentes, porteras, somo contención… Nuestra labor es amplia pero super agradecidas por el trabajo que tenemos», comentó Rocío.
A lo que Karina añadió que «el ámbito rural tiene la posibilidad de ser mucho más que la directora, sos ‘la seño’ y esto tiene un peso muy importante. En el ámbito rural sos considerada de otra manera, tu palabra vale más que en otros lugares y sos consultada para muchas cuestiones, hasta para la vida privada de las familias. Nosotros ese peso lo tenemos en la mochila con muchísima responsabilidad, porque sabemos que los niños del ámbito rural tienen como oportunidad la escuela».
«Ellos no tienen la posibilidad de ir a fútbol, de acercarse a la Casa de la Cultura, por ejemplo; entonces sabemos que lo que damos tiene que ser de calidad permanentemente. No se puede perder tiempo», agregó.
A lo que Rocío añadió que «nosotras somos al lado de las familias, contamos con su apoyo. Es una comunidad que exige un montón para la educación de sus hijos, que es un derecho, pero también dan. Siempre nos apoyan, siempre presentes, siempre para adelante».
Karina destacó el valor de la educación rural, «porque la mayoría de las familias no pertenecen a General Villegas, sino que vienen de otras provincias. Entonces es importante hacerlas parte, fortalecer la institución, darle a conocer la historia del lugar, de la provincia, del Partido de General Villegas. Generar esa pertenencia, porque hay gente de Santiago del Estero, de Corrientes; y sabemos que nuestra población es golondrina. Permanentemente estamos revalorizando nuestro lugar».
Este lunes se reinauguró el edificio de la institución. «Paraje Moores tiene niveles Primario e Inicial. El 2 de diciembre del año pasado comenzaron a hundirse los pisos, había sectores de 75 centímetros de profundidad, había que hacer un trabajo muy grande. Se avisó al Consejo Escolar y a nuestros inspectores, como corresponde. Era una gran obra la que había que hacer. Parecía que era un salón, pero cuando fueron levantando eran los baños, la galería, la cocina y seguían moviéndose los cimientos», detalló la directora de la Escuela 27.
Esto hizo que el 2 de marzo las clases comenzaran de manera bimodal, porque la obra había comenzado el 18 de febrero «e iba a ser de grandes dimensiones. Había que levantar todos los pisos de toda la institución. Hoy (por este lunes) reinauguramos el edificio. Y decimos reinauguramos y no reapertura, porque en ningún momento se dejó de enseñar y aprender. Estuvimos siempre presentes y en esto tenemos que agradecer el esfuerzo de familias y alumnos», agregó.
Videos, mensajes, videollamadas diarias, una vez a la semana ir al Paraje con la continuidad pedagógica impresa, «nos juntábamos en el lote enfrente de la institución y ahí mismo, en el campo de soja, comenzaron a nacer proyectos. Nunca dejamos de enseñar», comentó Karina.
Dos aulas de 6×6 metros pertenecen a la Escuela, hay un baño para docentes, otro para alumnos de primaria y uno de inicial, un hall de entrada y dos aulas de 4×4 metros del Jardín. Se cambiaron todos los pisos y se pintó tanto el interior como el exterior del edificio.
«Realmente quedó muy lindo. Se arreglaron las paredes y está preciosa. Tenemos una escuela nueva, pero principalmente segura para todos», expresó la directora.
Y valoró que haya un profesor de Educación Física que va al establecimiento educativo dos horas a la semana, al igual que las profesoras de Inglés y de Artística, que también estuvieron trabajando en esta situación excepcional. «Trabajamos muy bien», sostuvo Karina.
Rocío manifestó que estiman que las inundaciones a lo largo del tiempo tuvieron mucho que ver en el deterioro del edificio.
«También se pensó en hormigas, porque se encontró un hormiguero que databa de mucho tiempo. Pero creemos que fueron las inundaciones a lo largo de los años. De hecho, con la última inundación se perdió todo el monte que rodeaba la escuela. Los que van no lo pueden creer. Entonces estamos con una escuela que no tiene ningún tipo de protección. Y el edificio estuvo rodeado de agua durante muchos meses. Todo eso trae sus consecuencias», agregó Karina.
Como dato, Rocío añadió que «el establecimiento educativo tiene más de 70 años y sus cimientos eran de barro. Inevitablemente eso fue cediendo con las napas altas».
La escuela nació un 18 de septiembre de 1948 y el edificio original se creó en marzo de 1950. Luego tuvo una ampliación, hace unos 18 años atrás, con un nuevo salón. Pero tiene muchos años.
«Para nuestra institución lo que se logró ahora fue un cambio radical, de 180 grados. Estamos felices. Celebramos la presencialidad segura», expresó Karina.
Inspectores, consejeros escolares, inspectores, representantes del área de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires, ex alumnos y parte de la comunidad participaron del acto de reinauguración de este lunes.
