Los chicos que concurren al Programa Envión se adhirieron al 25 de Mayo recorriendo las calles de la ciudad. Distribuyeron escarapelas pero, además, ofrecieron pastafloras elaboradas en el taller de panadería.
La coordinadora de Envión, Celeste Fábregues, le comentó a Actualidad que «este año sumamos la venta de pastafloras a un evento puntual que tenemos presente en esta fecha. Todos los años tenemos como actividad fija el reparto de escarapelas, para poder salir a la comunidad y entregar este obsequio simple, pero con mucha impronta de Envión, porque son hechas por los chicos».
La venta de lo elaborado fue un éxito «y eso nos pone felices. Además, el empaquetado llevaba una tarjeta donde contamos quiénes somos, qué es el programa para nosotros y los chicos; y una frase muy importante de lo que significa dentro de la Provincia: ‘Una hora más en Envión, es una hora menos en la calle’. Esto lo tenemos como bandera en nuestra institución», agregó.
Fábregues resaltó que «es mucha la gente que nos conoce y nos tiene en cuenta. Eso es muy lindo»; al tiempo que reconoció que seguramente también habrá quienes no los conocen, «pero nosotros estamos dispuestos a abrirles las puertas para que lo hagan».
La venta continúa, ya que «desde marzo nos propusimos hacerlo todos los meses y vamos a hacer lo posible para cumplir con eso. Vamos a ir haciendo distintas cosas, no sólo pastafloras. También tapas de empanadas por encargue, pancitos… la meta va a ir creciendo mes a mes», expresó la coordinadora.
La actividad les permite recaudar fondos y adquirir herramientas necesarias para el trabajo que se lleva a cabo en el lugar.
«Lo que estamos haciendo es poder equipar con las cosas que queremos tener en nuestro taller de panadería. Puntualmente en esta última venta nuestro objetivo era comprar una batidora y lo logramos, así que estamos muy agradecidos a la gente, porque sin ella no podríamos. Y en la venta anterior se dispuso la compra de balanzas y otros elementos que nos faltaban», comentó.
«Las ventas nos ayudan a seguir creciendo como institución y hacernos conocidos», expresó Fábregues; y en este sentido adelantó que, debido a la demanda que por otro lado tiene el taller de cerámica, próximamente también se venderán las producciones que se hagan en ese espacio.
«Siempre fue algo que nos marcó puntualmente y vamos a estar tomando pedidos, con anticipación. Ya lo vamos a estar contando a través de las redes sociales, para que nadie se quede sin su objeto de cerámica», sostuvo.
Envión está destinado a chicos de entre 12 y 21 años que se encuentran en situación de vulnerabilidad social, «con un número de concurrentes que se mantiene pese a la pandemia», dijo la coordinadora.
«La verdad es que tuvimos nuevos inscriptos que vienen solos, sin que nadie salga a buscarlos. Y eso habla muy bien del programa, del efecto contagio que tiene; eso nos pone muy contentos. Estamos sorprendidos porque la matrícula cada vez va desde más abajo. Antes teníamos un promedio de 15 a 21 años, pero ahora tenemos chicos que arrancan a los 12, a los que acompañamos hasta los 21», añadió.
Con el objetivo de la inclusión social, desarrollando y reaprendiendo normas de convivencia social, en una tarea en la que Fábregues está acompañada por el equipo técnico, «que es interdisciplinario, integrado por profesores de educación física, psicólogas, psicopedagogas, cocineras, talleristas y la gente que nos acompaña limpiando la institución. Tenemos un grupo de trabajo muy lindo y cada uno hace su aporte desde su lugar, sobre todo basado en el amor, que es lo que permite que el motor de Envión siga funcionando».