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martes, noviembre 12, 2024

Crisis en Sri Lanka (III): Agroquímicos… sí o no, esa es la cuestión | Por Martín Videla Dorna

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Hace unos días se conoció la noticia, que en el estado de Sri Lanka, por una decisión del poder ejecutivo de ese país, se prohibió en forma total el uso de agroquímicos, con la finalidad de empezar a producir en forma natural, sin el uso de productos de síntesis química, solo permitiendo la aplicación de productos naturales, como el compost, para fertilizar.

El resultado fue un desastre productivo y económico, que aceleró la caída del gobierno de ese país que vive una crisis económica, energética, alimentaria y social sin precedentes.

La principal producción agrícola de Sri Lanka, es el arroz, seguida por el cacao y el caucho. El primero, además es el principal alimento de la mayoría de la población de ese país.

Como consecuencia de la prohibición del uso de agroquímicos, la producción de arroz cayó al 50%, y dejaron de exportar cacao y caucho.

Los productores entraron en serios problemas económicos, y el gobierno se encontró obligado a importar arroz, para evitar una hambruna generalizada, cosa que nunca había ocurrido antes.

Éste caso merece una especial atención para no caer en el mismo error con políticas pseudoproductivas llevadas adelante sin los análisis profundos de cada caso en especial.

Hoy hay grupos en el mundo, y en nuestro país, pidiendo el cese total del uso de agroquímicos en la agricultura. Nadie niega que tendría que ser un camino a recorrer, lo antes posible. La mayor disminución posible del uso de dichos productos, en la producción agropecuaria, es el camino a recorrer, para lo cual  hay muchos profesionales y científicos trabajando, con la finalidad de lograr fitosanitarios y fertilizantes, biodegradables, de poca persistencia, específicos y que produzcan el menor impacto ambiental posible.

Pero, alternativas como la agricultura agroecológica, la producción orgánica en gran escala, y otras propuestas que se presentan como de bajo impacto ambiental, no están totalmente desarrolladas, y llevará un tiempo todavía disponer de dichas tecnologías.

Todo productor agropecuario que se precie quiere producir, con el menor costo posible, con el máximo rinde posible, y con el menos impacto ambiental posible. Es su medio de vida, su casa, su futuro, no lo quiere destruir, ni perder su capital familiar.

No cabe duda que producir productos sanos, sin contaminantes, con rendimientos lógicos, con  posibilidad de ser mantenidos en el tiempo y teniendo como premisa siempre reducir el  impacto ambiental a los valores más bajos posibles, es la meta.

Pero con medidas como las tomadas en Sri Lanka, sin un estudio previo de los resultados de un cambio tan importante en la forma de producir, no son el camino a seguir ni a copiar.

Hace un mes la OCDE, es decir la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, una organización Internacional de 60 años y cuya misión es diseñar políticas que tiendan a mejorar la calidad de vida de los países, publicó un informe donde advierte que de 54 naciones evaluadas, los 7 países del mundo que menor emisión de gases de efecto invernadero derivadas de la producción agropecuaria, son Australia, Kazajstán, Sudáfrica, Rusia, Chile, Canadá y Argentina. El estudio concluye que dicho resultado se debe a la menor utilización de agroquímicos, principalmente fertilizantes de síntesis, utilizados por esos países por unidad de superficie en relación a las naciones industrializadas.

*Martín Videla Dorna es ingeniero agrónomo y como tal integrante del círculo local de esta especialidad. Es fuente de consulta sobre producción y medio ambiente de distintos sectores  de la comunidad.

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