Pasan los años y el “cuento del tío” siempre encuentra la forma de renovarse. Lo que muchos años atrás empezaba con un llamado a un número de línea para alertar sobre un secuestro, ahora ya sea con las redes sociales o aplicaciones como WhatsApp es muy común. Además, el argumento de los estafadores siempre va en línea con la inestabilidad económica del país.
Objetivo: abuelos
En los últimos meses se multiplicaron las estafas telefónicas a personas mayores en el interior bonaerense. En Azul, por ejemplo, una jubilada de 76 años entregó 40.000 dólares, a un hombre que se hizo pasar por el gerente de un banco.
Otro caso se dio en Bragado, con una estafa de 400 dólares a una abuela de 82 años, y uno en Chivilcoy, luego de que una mujer fuera engañada por hombre que se hizo pasar por un hijo. La señora cayó en la trampa del falso hijo, juntó sus ahorros que significaron una suma 29.000 pesos y 400 dólares, y esperó a un amigo del hijo para hacer la entrega del dinero.
Algo similar pasó en General Madariaga cuando una jubilada de 81 años también engañada por un joven que se hizo pasar por su nieto. La mujer juntó 2.700 dólares y se los dio al presunto amigo de su nieto que pasó por la vivienda. Y también en Miramar: en este caso la estafa llegó a 40.000 dólares, es decir, unos 11 millones de pesos.
¿Cómo se ejecuta?. Básicamente es a partir de un llamado telefónico a una persona mayor de otra que se hace pasar por un familiar. Algunas veces es al azar aunque muchas otras hay una inteligencia previa y los delincuentes saben a dónde apuntar. En general se busca convencer a la víctima sobre que el Gobierno va a tomar una medida con los dólares, o bien que los billetes deben cambiarse porque Estados Unidos ya no aceptará los de “cara chica”. Una vez logrado el objetivo, el supuesto familiar le dice al abuelo que como no puede pasar por su casa, lo hará un amigo de él o directamente alguien del banco.
Cuidado: alquileres
Otra estafa bastante común en el interior y que no pasa de moda es a partir del alquiler de viviendas. En medio de un mercado donde no hay una oferta muy amplia, muchos inquilinos caen en engaños y pierden su dinero.
¿Cómo se inicia todo? Mucha gente busca en redes sociales, principalmente Facebook, viviendas para alquilar. Hay grupos dedicados a eso en cada ciudad. Al encontrar una casa que le interesa, se pone en contacto con el supuesto propietario, quien le envía fotos y las condiciones. Sin embargo, con la excusa que tiene muchos interesados, se le suele pedir un anticipo para iniciar el papeleo necesario.
Este tipo de casos se registraron en diferentes ciudades del interior bonaerense, y en La Plata, por ejemplo, se denunció que hubo una serie de estafas que empezaron desde algunas cárceles.
Atención: WhatsApp
A través de la popular aplicación WhatsApp hay un sinfín de estafas. Es muy común caer en la tentación de los sorteos, donde los ciberdelincuentes utilizan la herramienta para enviar mensajes masivos invitando a participar la posibilidad de ganar viajes, celulares, autos 0 km., etc. Envían un link en el que, para participar, tienes que abrir un enlace y rellenar un formulario. Si no, te derivan a una descarga de malware o bien obtienen información personal y privada a la que nadie debería tener acceso.
Otra estafa común es la de un familiar o amigo en problemas. Aunque puede ser fácil de reconocer, la circunstancia y la necesidad de tener que actuar rápido es lo que nos hace caer. En primer lugar, una persona conocida escribe desde el celular de un desconocido, alegando que ha perdido su teléfono y necesita que le mandes dinero a través de un enlace incluido en el cuerpo del mensaje. De nuevo, en esta segunda parte se lleva a cabo el delito de robo de datos personales y/o bancarios.
Sin embargo, la estafa anterior se ha perfeccionado. La excusa puede ser el turno para agendarse para la nueva dosis de la vacuna, y el mensaje pedirá un código para confirmarlo que le llegará por SMS. Del otro lado le solicitarán que se lo pase. Acto seguido, el estafador habrá intentado registrar su número de celular en su propio WhatsApp con el código de seguridad que usted le acaba de pasar. ¿Qué pasó? Usted acaba de perder su WhatsApp. Ahora ellos pueden hacerse pasar por usted y con alguna excusa como “tengo que pagar algo y no me alcanza el límite de transferencia diario” le pedirán a sus contactos que le transfieran dinero.
También suele pasar que el estafador se contacte con alguien que está vendiendo un producto en las redes sociales. Una vez que arreglan la compra, el delincuente simula haber hecho la transferencia del dinero al vendedor pero accidentalmente haber enviado un monto mucho mayor al del precio acordado. Sin embargo, la realidad es que el estafador nunca hizo la transferencia. Puede que envié captura de pantalla de una transferencia falsa, y al reclamar el dinero extra, el vendedor cae en el engaño y termina entregando un dinero que nunca recibió. (DIB)