Los villeguenses Benjamín Moneta y Alejo Cabezas son cofundadores del Barcelona Powerchair Football Club. Benja es además, presidente del club, el primero de Cataluña.
Conocí este deporte, el del fútbol en sillas de ruedas eléctricas gracias a Mauro García y también por él, supe que detrás de la fundación del primer club catalán había dos jóvenes de General Villegas.
Este es el plus de la entrevista de ese día en el programa de radio de los sábados a la mañana en FM Villegas, Cuidarte Más. Porque no se trata solo de una iniciativa valiosa, sino que fue desarrollada por chicos que se formaron en nuestros colegios, que fueron a nuestros clubes y que siguen perteneciendo a nuestra comunidad.

Los vimos crecer como se ven crecer a todos con el correr de los años y es muy valioso lo que logran, a veces sin estridencias, sin titulares y sin publicidad, pero verlos crecer es un gran regalo de la vida.
La entrevista, que dejó muchas expectativas, se realizó con Alejo presente en el estudio de la radio (siempre en Villegas en esta época del año por la realización del torneo el Gordo de Navidad) y telefónicamente con Benjamín, del otro lado del charco.
Ese día, además, nos rebalsaba la audiencia, porque atentos a la radio a las 11 horas en punto de Argentina y 15 horas en España, los jugadores y cuerpo técnico de Los Tritones de Barcelona, se reunieron en el club para escuchar la entrevista en vivo.

Mientras tanto, Mauricio García, voluntario en el club de powerchair fútbol Los Tigres de Pacheco, contaba en un mensaje que había jugadores escuchando en Buenos Aires y también que «se le explotaba el corazón de alegría», por la difusión de este deporte.
El powerchair es fútbol en sillas de ruedas eléctricas, un deporte que permite a personas que no pueden caminar, dejar de ser espectadores para pasar a ser protagonistas. Lo imposible se vuelve posible.
Benja Moneta se alió con la discapacidad desde muy chico, a partir del nacimiento de su hermano Andrés, quien según expresó “vivió el tiempo suficiente como para enseñarnos sobre inclusión.»
Eso, además de la necesaria y enorme resiliencia de las familias de chicos con discapacidad que se unieron para crear la maravillosa realidad que es hoy ADERID en General Villegas y de la que orgullosamente, así como sus padres, también formaron parte los míos.

En 2017 conoció la Fundación Powerchair Football Argentina y se unió como voluntario. «Encontré un deporte competitivo, igualitario e inclusivo», que además contaba historias de luchas, esfuerzos, emociones y libertad, detrás de cada gol.
Hacia fines de 2021 terminó un posgrado en la Universidad de Barcelona, enfocado en la creación de proyectos sociales y gestión de ONG que había iniciado virtualmente desde Argentina.
A poco menos de un año de estadía en España, el Barcelona Powerchair Football Club es una realidad.
La próxima visita de Benjamín a General Villegas en el mes de febrero, quizá sea la oportunidad para que uno de nuestros clubes incorpore esta disciplina. Al menos, confesó que trae esa intención en el bolsillo.
Unos segundos antes de comenzar la charla con Benjamín y Alejo, escuchamos el primer mensaje de Chari, una jugadora de 23 años en el que decía que «a la hora de jugar siento satisfacción y que mis sueños se han cumplido. Lo que más disfruto es que chuto a portería (golpe de balón al portero) e intento marcar gol» y agregó que como objetivo, quiere «ganar la liga y llegar lo más lejos posible.» Chari se despidió sonriendo y enviando saludos al Cholo (Simeone) a quien admira, porque es fanática del Atlético de Madrid.

Benjamín explicó que «es un deporte que va creciendo mucho en España. Hay nueve equipos pero cuatro equipos más se están formando. Estamos empezando a tomar una linda comunidad. Es una familia enorme e increíble que necesita más visibilidad.»
Asimismo, hizo mención a la importancia de que el deporte se haga eco en los clubes villeguenses, «porque es una disciplina que tranquilamente se podría implementar. Solamente se necesita una cancha de basquet para entrenar y para competir, que eso ya está.»
Incluso, se podría contar con la Fundación Powerchair de Argentina, que guiaría a los clubes. «Estoy seguro que un montón de gente disfrutaría este deporte porque te da vida», aseguró.

Dar vida. Tan importante tener eso en cuenta cuando se habla de integración, que es contar con las mismas posibilidades, con las mismas oportunidades, aunque adaptándose de diferentes maneras.
«Básicamente, es tener las herramientas correctas y estar en el escenario correcto y nada más», simplica el presidente del Barcelona Powerchair Football Club.
Para Benjamín, este proyecto, que tiene el plus de haberlo cofundado con un amigo del colegio, Alejo Cabezas, es hoy su prioridad porque «me da alegría, me da energía. Es un proyecto que, como te decía, da vida.»
Alejo contó que en el cuerpo técnico del club «hay mucho contenido argentino, personas que habían colaborado en un equipo de powerchair de nuestro país. Son dos, Diego y Blas y también está Flor, que es una argentina que ahora vive en Barcelona.»
Se suman también Mark y Diego, con quienes se contactaron a través de relaciones en España. «Es un muy lindo equipo», señaló Ale.

Los jugadores acompañan el proyecto y, según aseguraron «hay buena madera en el Powerchair Fútbol Club de Barcelona, con una mezcla de muchas pasiones» y añadió Alejo que «cuando los ves jugar, entendés por qué querés estar cerca del deporte. Es que pueden realmente sentirse deportistas. Es por lo que después trabajas. Es un generador de felicidad.»
Alejo Cabezas insiste en que «es una linda oportunidad para que todos los clubes se unan en un proyecto de equipo para la ciudad. No es fácil armarlo, pero por lo menos empezar dar los primeros pasos, visibilizar el deporte.»
Cómo se juega el powerchair
El powerchair es fútbol en silla de ruedas eléctricas. Esa es la condición, tiene que ser eléctrica. Pueden jugar a partir de los seis años y sin límite de edad. No importa el género porque los equipos son mixtos.
Las sillas se preparan con una defensa para golpear el balón, hacer pases y meter goles. En cuanto a las reglas, son las mismas del fútbol con algunas diferencias, para hacer que el deporte fluya mejor.
Son cuatro contra cuatro, dos arqueros y tres jugadores de campo titulares, más los suplentes.
Toda una fábrica de endorfinas que le cambia la vida a una persona con «esta posibilidad de practicar un deporte y la felicidad que genera porque dejan de ser espectadores y pasan a ser protagonistas. No tiene precio», apuntó Benjamín.

El chute
«Es maravilloso ver cómo cambian las caras de los jugadores cuando hacen un chute que se impacte, cómo apoyan las familias desde afuera. Los aplausos en los entrenamientos, hay de todo», dijo Ale.
Chutear es golpear a la pelota, como patear. Ese golpe se da con la la defensa que tiene la silla de ruedas y «es increíble ver cómo lo dominan. Hay que tener mucha habilidad también para moverse dentro de la la cancha de powerchair.
«Vuelvo a saber lo que es el cansancio después de un entrenamiento»
Para finalizar, lo hacemos de la misma manera que en la entrevista en la radio, con Bernard Guerra, uno de los jugadores. Toda su vida fue deportista y preparador físico, hasta que en 2017 le diagnosticaron una enfermedad que le impidió continuar haciendo lo que amaba.
Bernard expresó a través de un mensaje de audio que «no me he podido resistir de tirar unas palabras. Sobre todo a Benja, a todo el equipo técnico que son espectaculares, a todos los compañeros.»
Bernard finalizó diciendo que «gracias a ellos, me siento deportista después de seis años. Gracias a ellos, vuelvo a sentirme deportista y a saber lo que es el cansancio después de un entrenamiento. Y espero sentir pronto los nerviosismos de la competición. Un fuerte abrazo desde Barcelona y muchísimas gracias.»
Nunca es fácil, pero ya sabemos que nada es imposible. Como escribió el escritor y motivador Denis Waitley: «El entusiasmo es contagioso. Es difícil mantenerse neutral o indiferente en presencia de una persona de pensamiento positivo.»
Imaginemos a todo un equipo.

*Celina Fabregues es periodista. Conduce Cuidarte Más por FM Villegas, los sábados de 9,30 a 12 horas, programa que se repite a las 19 del mismo día.