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viernes, septiembre 19, 2025
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Ferenc Kriwitzki, el alemán que ya es familia en General Villegas

«El sentimiento puede más que la razón», sería la frase ideal para la quinta emisión de «GPS, villeguenses por el mundo». El protagonista fue Ferenc Kriwitzki, que nació en Alemania, pero tiene «parte de su corazón» en General Villegas.

El joven de 33 años sigue viviendo en el país teutón, pero en su regreso a General Villegas pasó por los estudios de ACTUALIDAD para hablar de todo: su historia personal, su vida laboral y el amor que nació con el territorio villeguense.

Su llegada a General Villegas

Ferenc llegó a la ciudad en agosto del 2006 por medio de un intercambio de Rotary, que lo mantuvo 11 meses. Antes de llegar a la facultad, estudió en la Escuela EES N°7 «El Nacional». 

En la secundaria en El Nacional.

Posteriormente siguió la carrera de Ingeniería Geotécnica, pero «necesitaba más experiencia». Es por eso que continuó con Ingeniería en Petróleo, la cual terminó después de seis años. 

La última tarea era la famosa Tesis: «Justo en ese momento había un muchacho que tenía problemas con una obra en Alemania, me ofreció hacerme cargo y se me dio la posibilidad de terminar la tesis y comenzar a trabajar. Me gusta mucho lo que hago, ya ni siquiera por trabajo, sino por hobby».

Estadía actual

Ferenc vive en Erfurt, de aproximadamente 215.000 habitantes. «En esa ciudad nací, me crié y después fui a la facultad». Y agregó: «Es un lugar grande, somos la capital del estado de Turingia. Está ubicada en el centro de Alemania y me queda bien para cada viaje que tenga que hacer por el país».

Erfurt, la ciudad donde nació, creció y todavía vive.

En relación a lo laboral, trabaja para una empresa estadounidense y realiza perforaciones horizontales dirigidas, por lo que viaja constantemente por Alemania y a países como Austria y Suiza. 

«Hacemos líneas de gas y de agua», señaló. También comentó que su día se basa en trabajar desde su casa o viajar. 

En su trabajo en Alemania, haciendo estudios de los fluidos de una perforación dirigida horizontal en la obra.

Planes para el futuro

Por ahora, el joven solo piensa en su trabajo y formar una familia dentro de algunos años. «Cada vez nos ponemos más grandes y después ya es tarde», expresó. 

Asimismo, aseguró que su prioridad es «aprovechar la vida, porque es un regalo que tenemos y quiero levantarme todos los días con salud». También manifestó que su deseo es «disfrutar cada momento y darme los gustos». 

Visita a General Villegas

La pandemia imposibilitó un viaje que el alemán deseaba realizar a Villegas, pero cuando pasó el agobio del Covid-19 no dudo y partió rumbo al país. 

«Parte de mi corazón es villeguense», dijo en su séptimo viaje a la ciudad. «Me siento como en casa e hice muchos amigos, lo siento mi segundo hogar», declaró.  

En General Villegas

Algo que destaca de la ciudad es su tranquilidad: «No me gustan las ciudades grandes donde hay mucho ruido, demasiado tengo con mi trabajo».

También, explicó que el tiempo nunca es suficiente para visitar a amigos y seres queridos. «Me encanta venir, disfruto mucho la pileta y el asado», indicó. 

Una cuestión que le llamó la atención con respecto a su último viaje es el cambio oficial del dólar y euro con el peso: «Fue algo rotundo, antes iba al banco, retiraba dinero para manejarme en Villegas y listo. Ahora eso es muy complicado, es algo que nunca vi en el mundo».

¿Cómo vivió la pandemia? 

Ferenc comentó que nunca tuvo Covid-19. Más allá de que gran parte de su familia se contagió, «lo pudieron sobrellevar de la mejor manera». 

La pandemia en Alemania «no fue tan grave como pareció» y su razón fue la llegada rápida de la vacuna. «Tengo entendido que en Argentina y Villegas hubo mayores complicaciones y varios conocidos me lo han confirmado», detalló. Y contó que tuvo personas cercanas que han fallecido en la ciudad. 

¿Diferencias entre Argentina y Alemania?

Lo que más le gusta de Argentina a Ferenc es la gente, porque «hay una forma distinta de vivir, de disfrutar». Además sostuvo que «a pesar de las peleas, discusiones y problemas lógicos, el argentino sabe celebrar en las difíciles». 

La diferencia existe porque «los alemanes pensamos mucho en lo que puede pasar y eso nos impide gozar los momentos, pero los argentinos aprovechan lo que tienen y viven mejor su vida».

Con sus hermanos villeguenses en Alemania, cuando recién volvió del año de intercambio. De izquierda a derecha: Juan Nieves, Gabriel Pacifici, Ferenc y Mariano Rey.

Por otra parte, el joven desmintió el «mito» que existe con respecto a la tendencia de la frialdad con la que viven socialmente los alemanes. «Lo que sucede es que un alemán necesita más tiempo para abrirse con una persona. Los argentinos son diferentes, logran formar amistades mucho más rápido y con mayor pasión», explicó. 

En relación a lo cultural, Ferenc no duda: Alemania tiene una de las mejores culturas de Europa y el Mundo. «Es un país mítico por su historia en la segunda guerra mundial y las divisiones que sufrió», opinó. 

Además bromeó y dijo entre risas: «La gran diferencia es que los argentinos son campeones del mundo». Ante esto aprovechó para referirse al paso de Alemania por el Mundial de Qatar: «Quedamos afuera muy rápido, así que inmediatamente me cambié la camiseta. Los jugadores alemanes estuvieron más preocupados por dedicarse a la política que por jugar al fútbol».

¿Qué es la inflación en Alemania?

En Alemania no se recibe mucha información de la economía de Argentina, contó. «Se sabe que la inflación es muy alta y parecida a la de Venezuela hace algunos años, el porcentaje no es normal en el mundo», verbalizó. 

Luego mencionó que la inflación en Alemania va de 2% a 3%, aunque actualmente, debido a la guerra de Ucrania con Rusia, ese porcentaje subió en gran medida. «De todas formas, nada se compara al 95% de Argentina, lo cual para los alemanes es muy complejo de entender», aclaró. 

Anécdotas en General Villegas

Ferenc contó que en su arribo a General Villegas iba todas las mañanas a la Escuela EES N°7. Su casa se encontraba en la calle Pueyrredón, por lo que cruzaba la Plaza Principal y seguía su camino por la calle Rivadavia. «Con el paso del tiempo me dijeron que iba en contramano, pero yo no entendía qué era eso. La policía me llamaba la atención constantemente, pero no comprendía muy bien el español y continuaba con lo mío, sin saber que lo que hacía era ilícito», recordó. 

Por último, confesó que aún sigue teniendo complicaciones con el Español: «A veces digo cosas que no son así o me preguntan algo y respondo diferente».