Roxana Reynoso es piedritense, desde hace mucho tiempo está radicada en General Villegas y forma parte del grupo Renacer, que viajó al Impenetrable Chaqueño.
Con inconvenientes, pudo volver a nuestra ciudad después de varias complicaciones que no estaban previstas; y que hicieron que otros referentes tuvieran que quedarse a miles de kilómetros de distancia, esperando poder regresar.
«Fue hermoso todo lo que pudimos hacer allá, pero el regreso es de una película de terror», expresó en diálogo con ACTUALIDAD, reconociendo que se sintió desbordada por la situación. Tanto que incluso hoy está analizando colaborar desde otro lugar, pero ya no volver a viajar al Impenetrable.
¿Qué fue lo que pasó?. Hubo un cambio en el camino de regreso desconociendo que en la zona habían llovido 285 milímetros y las calles de tierra se habían vuelto intransitables. «Allá no hay señal, mucho menos conexión a internet y no nos enteramos de nada de lo que pasa alrededor», dijo Roxana.
Y relató lo ocurrido. «Partimos el sábado, pero en lugar de salir por Pompeya lo hicimos por Miraflores. El camión iba adelante y cuando quisimos acordar estaba muy encajado, así que no hubo forma de sacarlo. Iban dos mayores y un menor, que quedaron allá, mientras el resto nos fuimos para ver si conseguíamos ayuda. No encontramos nada, seguimos camino y llegamos a Miraflores. Una vez ahí tuvimos que hacer noche porque era imposible volver, ya que tardamos nueve horas para hacer los 120 kilómetros. Y al otro día volvieron al lugar para intentar rescatarlos».
«Siete personas fueron las que no pudieron continuar viaje, el resto nos volvimos porque tenemos que trabajar. Fue muy complicado poder combinar los colectivos. Tomamos tres micros y en mi caso llego hasta Rufino, de ahí tengo que ver cómo llego a General Villegas. Fue muy complicado esta vez», agregó.
Lo insólito y hasta anecdótico es que «nuestro carro de apoyo quedó con todas nuestras pertenencias, así que lo único que teníamos era una mochila con casi nada. Llegamos a un hospedaje y ninguno tenía ropa, cuando habíamos llevado más de 480 bolsas con ropa para dar en el Impenetrable. Nos pusimos en contacto con un señor que tiene una Iglesia y nos trajeron una muda para cada uno», comentó Roxana.
La villeguense rescató «el trabajo que pude hacer con mis compañeros, pero todo lo que vino después fue para llorar, porque por ejemplo no teníamos dinero para costear el viaje de regreso en colectivo. Todos los gastos estaban cubiertos de la manera que lo habíamos organizado».
Fuera de lo previsto, «de Miraflores a Roque Saénz Peña el costo fue de 2 mil pesos, de ahí a Rosario 8.400 y desde allí hasta Rufino otros 8.400. Tuvimos que pedir plata prestada. Nuestro trabajo estuvo bien hecho, pero todo lo demás fueron complicaciones», dijo.
Tantas que Roxana reconoció haber colapsado emocionalmente en algún momento. Tal es así que por ahora está segura de no volver a viajar al Impenetrable. «Ya lo hablé con el coordinador y con mis compañeros. Sí voy a ayudar de alguna forma, pero viajar no. Muchos me dicen que lo digo ahora y que voy a volver a ir. No lo sé. Realmente esta situación me superó», manifestó por último.