Un nuevo relato de «GPS, villeguenses por el mundo», y otra demostración de que la edad es sólo un número.
El protagonista de esta emisión fue Martín «Tincho» Willich, un joven soñador y amante del deporte en tierras brasileñas, quien habló de todo junto a Esteban Mutuberría.
Primeros pasos
La posibilidad de emigrar y vivir en Brasil (por su música) surgió cuando estaba estudiando Educación Física. Entonces comenzó a investigar sobre la oportunidad de trabajar como guardavidas en las playas del sur, en el estado de Santa Catarina.
«Ser guardavidas fue la puerta para emigrar, porque la temporada de verano ya estaba terminando. Pero mi idea era trabajar durante un año y establecerme económicamente», aclaró.
Asimismo, contó que su decisión «fue de un mes para el otro», porque estaba muy relacionado con La Botera Kayac Club y entendió que necesitaba buscar cambios en su vida: «Organicé algunas cuestiones y no dudé en probar suerte para conocer una nueva cultura».
También, dijo que comunicarle la decisión a sus seres queridos fue sencillo: «En ese sentido soy muy relajado, tenía la certeza de que me iba a ir, por lo que al momento de contarles esta decisión todos estaban muy contentos, me motivaron mucho». Ese último «empujón» de familiares y amigos fue lo que confirmó su iniciativa.
Tras realizar un balance de estos cuatro meses en el exterior, Martín indicó que nunca se arrepintió de su decisión ni vivió un momento parecido: «Uno siempre extraña la ciudad, la familia, los amigos, los lugares donde ha trabajado, pero nunca tuve el sentimiento de querer volver definitivamente, solo de vacaciones».
Arribo a Brasil y problemas
Finalmente, partió rumbo a Brasil el 10 de enero, con destino a Balneario Camboriú y posterior viaje a Bombinhas. Eso era lo previsto; sin embargo, una vez en la terminal se dio cuenta de que su teléfono no se encontraba con batería, por lo que se hizo muy difícil poder comunicarse con los brasileños, de quienes se sorprendió por su forma cerrada de ser y la dificultad para encontrar vínculos cercanos. Con todos estos aspectos y casi sin reales, en la primera noche tuvo que dormir en la terminal de Camboriú.
Las buenas noticias llegaron al día siguiente, porque un uber llegó a la terminal y, tras acordar un precio justo con el chofer, pudo trasladarse a la ciudad de Bombinhas, lugar donde vive en la actualidad.
Las complicaciones se acumularon después, ya que se le hizo difícil conseguir estadía en Brasil, un país que «está lleno de argentinos».
Vida laboral
Su enfoque laboral estuvo en su pasión, la escuela de surf. Pero además ha trabajado en un tenedor libre, en barcos y, actualmente, se encuentra haciendo colocaciones de piedras naturales en Camboriú.
Su deseo inmediato es hacer el curso de guardavidas y luego emigrar hacia Europa, específicamente a Portugal, ya que el país luso tiene convenio con la compañía en la que trabaja.
Planes para el futuro
Martín tiene como próximo objetivo instalarse en Brasil, pero en otra ciudad, todavía no definida. «Le tengo muchas ganas a Río de Janeiro, pero también estoy tirando líneas por Buzios y Trinidad. Voy a ir a lo que salga y me convenga», manifestó.
Su idea es seguir haciendo lo que ama, «enseñar y transmitir cosas relacionadas con el cuerpo». Para eso, tiene pensado hacer el curso de guardavidas.
También, aclaró que su deseo es explorar el mundo y nutrirse de muchas culturas, aún entendiendo que no siempre va a poder trabajar de lo que le gusta.
Además, tiene pensado llegar de vacaciones a Argentina en el largo plazo, aunque actualmente quiere seguir viajando por el exterior.
Sin embargo, aclaró que en un futuro lejano y «con otra cabeza» anhela volver a vivir en General Villegas. «Uno siempre planifica y después la vida te lleva a diferentes lugares, pero hoy pienso que me gustaría echar raíces en Villegas una vez recorrido el mundo», señaló.
¿Cómo es Brasil?
El sitio donde está radicado es Bombinhas, una península que pertenece al estado de Santa Catarina, tiene 20.000 habitantes y cuenta con 25 playas. «Es un lugar muy turístico, de hecho tuve la suerte de estar con muchos villeguenses que vienen a estas playas», comentó.
Más allá de su residencia en Bombinhas, todos los fines de semana viaja a Camboriú, lugar en donde trabaja.
Previo a estos cuatro meses de aventura, Martín no conocía Brasil: «Es un país que rompió todos los esquemas, no es nada parecido a lo que podía imaginar».
El villeguense afirmó que el idioma portugués es un idioma muy complejo de entender, comprender y comunicar, sobre todo porque a los nativos de Brasil no les agrada que se hable español y lo demuestran. «Igualmente pensé que el idioma iba a complicarme mucho más», reconoció.
Lo que más sorprendió a Martín de Brasil fue la naturaleza, con la que ha conectado mucho y valora en gran manera. Una diferencia notoria con Argentina es que el día arranca y termina más temprano.
Y más allá de su deseo de comer un asado con vinos argentinos, el joven aclaró que se está llevando bien con la gastronomía brasileña.
¿Qué es lo que más extraña de Argentina y General Villegas?
Al hablar de «su ciudad» dijo que la extraña mucho, como el parque, las calles, y los cielos de Villegas: «Es un lugar que amo y me produce una sensación hermosa, a la gente la llevo siempre en el corazón», dijo. Además, mencionó que se siente muy orgulloso por el crecimiento deportivo.
Como era de esperarse, lo que más echa de menos de la cultura argentina es el asado: «Es una comida que se come mucho acá, pero la carne es otra cosa y lo hacen distinto. Como asador me defiendo bastante bien», comentó. También destacó al vino argentino, ya que no es una bebida muy típica de Brasil, a diferencia de la cerveza y la caipirinha.
¿Cómo ven a los argentinos en Brasil?
Según Martín, en tierras brasileñas se quiere mucho a los argentinos. «Ellos destacan mucho la forma en que vivimos, creo que no existe esa rivalidad más allá de lo deportivo. También creo que el argentino viene mucho a Brasil y eso influye positivamente en su economía; en el sur hay 70% de turistas argentinos.»
Por otra parte, más allá del «folclore» futbolero entre ambos países, contó que en Brasil aman a Lionel Messi. «Me ha pasado de encontrarme con surfistas que me pedían que les dé clases con una tabla de Lionel con la Copa del Mundo».
Y sobre la obtención del campeonato mundial en Qatar, Martín comentó cómo lleva el día a día en tierras brasileñas: «Soy Gardel acá, pero no hay mucho que decirles a ellos, porque tienen 5», dijo entre risas.
Anécdota
El único recuerdo que se le vino a la cabeza sucedió con sus amigos brasileños: «Me invitaron a un boliche en Camboriú y yo me preparé para eso, con ropa muy elegante acorde a la ocasión. Sin embargo, cuando llegamos, era un lugar donde se jugaba al Bowling. La pasamos espectacular, pero a las doce de la noche cada uno estaba en su casa. Yo me imaginaba una fiesta común donde se baila, pero el concepto de boliche no era el mismo para ellos».