Este lunes, Aderid publicó en sus redes la fotografía de una de las hamacas del centro que apareció rota. Y la pregunta siempre es ¿por qué?
Si fue un accidente, los adultos que acompañan a sus hijos o adolescentes que ya tienen edad para hacerse cargo de algunas responsabilidades, podrían avisar e incluso, hasta ofrecer ayuda para repararla.
Pero si fue rota adrede, da mucha tristeza pensar lo que pueda estar atravesando un chico o un joven que rompe sin motivo. Contra qué se desquita. Qué siente. Qué le pasa. Qué es lo que no estamos viendo y qué es lo que no estamos haciendo.
Mientras tanto, un objeto que es de explícito uso terapéutico se estropea e impide el normal desenvolvimiento de una terapia en otra persona, quizá de la misma edad, que también la necesita.
La terapista ocupacionacional de Aderid, Micaela Busso, escribió que «las hamacas de Aderid son públicas y son muchos los chicos que disfrutan de ellas», por eso les pidió a los adultos a cargo que «expliquen a sus hijos que esas hamacas son descansos entre terapia y terapia, reguladoras de muchas crisis, motivación y premio por superar los desafíos de esas terapias, recreación para familiares pequeños que esperan al niño luego de largas jornadas en terapia, entre otras cosas.»
Además, señaló que no se debería romper «ningún juego de uso público, pero me parece importante explicar lo que significan esas hamacas de Aderid para muchas personas.»
La hamaca hemos usado de niños (y no tanto), no solo es una forma divertida de juego, sino que hoy se coloca, incluso dentro de las habitaciones, porque tiene un poder terapéutico único para los más chicos y también para los más grandes.
El movimiento rítmico y suave de la hamaca proporciona una sensación de calma y relajación. Quienes experimentan ansiedad y tienen dificultad para regular sus emociones, esta sensación de seguridad y tranquilidad, puede ser realmente transformadora.
La mágica y suave oscilación de la hamaca ayuda a calmar el sistema nervioso, reducir el estrés y la sobreestimulación sensorial y crear un ambiente más tranquilo y propicio para la relajación, a tal punto que muchos las recomiendan para complementar espacios de meditación.
La sensación de estar suspendido suavemente en el aire y mecido con suavidad, tiene un efecto de calma y bienestar, similar al efecto que tiene mecer a un bebé en brazos.
Romper algo de todos no beneficia a nadie pero perjudica a muchos. Sería positivo que quedara claro para que no haya una próxima vez.