El fin de semana pasado se inauguró en el Museo Carlos Alonso, la muestra temporal del artista de Emilio V. Bunge, Walter Lovagnini, quien define su trabajo como un «abstracto completamente emocional.»
Invitado por el programa «Doblemente», que se emite los sábados por FM Villegas, de 8 a 9.30 horas, Lovagnini expresó que «expreso lo que siento a través de manchas que hago con diferentes técnicas, fundamentalmente con relieves. Me gusta mucho lo que es el enduido y todos los materiales que generen relieves sobre el bastidor.»
Además, añadió que «pinto con pinceles, con brochas, con maderas con lo que sea, no simplemente la pintura tradicional con pinceles» incluso sostuvo que «me gusta pintar sobre maderas que encuentro tiradas y darle vida a cosas que no tienen uso.»
Sobre lo que el artista plasma en cada una de sus obras, comentó que «en exposiciones que he hecho, donde han habido curadores y terapeutas sobre pinturas, me dicen que expreso el interior mío» y por eso «uso la gama de los naranjas, de los amarillos, todos colores muy vibrantes, muy arriba.»
Entre las devoluciones que le hicieron los curadores de sus obras en exposiciones, una de las cosas que han destacado es que tienen su propio sello, que es la identificación por el color.
Para el propio Walter, esos colores «me levantan el ánimo y de hecho, tengo en la casa mucho pintado en esos colores, aunque tengo que bajar también algo porque no vivo solo», dijo sonriendo.
Walter lleva pintando toda la vida. «Siempre me gustó pintar y tenía obras archivas en casa hasta que empezaron a decirme que había que exponer.»
Hasta que inició el camino de las exposisiones y las muestras de arte, tenía un tambo y hacía la típica vida de campo. Durante un largo tiempo, ambas cosas se dieron a la par, porque «una cosa es la realidad de lo que se vive y otra cosa es hacer lo que te gusta, lo que genera placer.»
Se puso a pensar seriamente que era posible dedicarse a pintar «cuando empecé a exponer y las pasiones (por decirlo de alguna manera), tuvieron buena aceptación en el mercado.»
La primera exposición se hizo en el Casino de un Hotel en Victoria, Entre Ríos, lugar al que volvió otras cinco veces con sus pinturas. Después siguieron San Francisco, en Córdoba; Córdoba Capital; Buenos Aires; Rosario y como correspondía, ya era hora una muestra de su trabajo en General Villegas, en nuestro templo del arte, que es el Museo Carlos Alonso.
Sobre la muestra temporal que puede visitarse de miércoles a domingo de 16 a 19 horas, el artista señaló que las quince obras expuestas giran en torno a «lo abstracto, figurativo y emocional.»
Para Walter, hubo una obra en particular, que abrió sus propias puertas a la posibilidad de sentirse un artista y que figura en un díptico que está expuesto. Sobre ese trabajo «me decían en los talleres ¿cómo vas a hacer algo en colores mostaza, turquesas y naranjas? Eso es imposible. Sin embargo, yo lo hice, me gustó y hasta me llamó el decano de una Universidad de España, para saber cómo lo había hecho, porque para ellos era imposible.»
«No me importa a quien le guste y quien no le guste, es lo que yo hago. Por eso no lo manejo de manera comercial, por ahora», agregó con una pizca de picardía.
Lovagnini resaltó la importancia del apoyo familiar, porque de otra forma sería imposible. «Para mí es normal levantarme a las cuatro y media o cinco de la mañana» a trabajar en su pasión, algo que le ha costado más de una llamada de atención de su compañera.
Hoy, con 51 años y a unos doce años de la primera muestra, dos hijos de 22 y 19 años, Estanislao y Octavio, sostuvo que «la familia se va complementando» con algunas cosas que se hacen en común.
Para aquellos que viven la vida con pasiones encajonadas o apiladas en un lugar de la casa, el artista bungense señaló que «no tengan miedo de hacer una mancha porque de última, con algo la podes cambiar. O no.»