Jornada clave y casi definitoria en el 11 de mayo, entre dos equipos de buenas campañas, pero con intenciones distintas. Finalmente, el triunfo se lo llevó la «Academia» por la mínima, gracias al gol de Nicolás Gamarra en el complemento.
El comienzo fue frenético, donde Bunge apostó y abusó de los envíos largos para sus atacantes, mientras que Atlético buscó lastimar por medio de la conexión entre Freites y Roigé, vital a lo largo del campeonato.
Traverso provocó la primera aproximación para la visita, con un remate lejano que contuvo sin complicaciones Torres.
Sergio el «Zapa» Nievas le tiró su experiencia encima a Roigé, ya que el charlonense lo empujó dentro del área y Cuello, el árbitro del partido, marcó penal para el dueño de casa. No hubo muchos reclamos de los jugadores visitantes, ya que la falta fue clara.
Cuomo, el encargado de la ejecución; el número 10 fue lentamente hacia el balón con pasos cortos, esperando que se moviera San Miguel, pero el arquero lo esperó hasta último momento y adivinó la intención del mediocampista, por lo que se estiró hacia su palo izquierdo y salvó a la «Academia».
Una de las polémicas fue a los 17′, cuando Roigé cayó en el área acusando un empujón, pero Cuello dio continuidad a la jugada, pese al reclamo de toda la visita.
En la propia jugada, 30 segundos más tarde, el propio Roigé desequilibró por la derecha y metió un centro preciso y exacto para el solitario Gamarra, que conectó de cabeza por arriba del travesaño, pese a encontrarse en una posición inmejorable de remate.
Chávez, una de las piezas claves en ofensiva para el local, probó con un disparo que se encontró con la solidez y seguridad de San Miguel.
Un encuentro más que apasionante en Bunge, con dos equipos ambiciosos y agresivos. La clave de la visita fue la zona derecha, mientras que Bunge creció con la aparición de sus mediocampistas. El frío en el ambiente no se sentía en un partido que, por cuestiones insólitas, no tenía emociones.
Juan Martínez, recostado por la izquierda, colocó un centro venenoso al área que encontró una pirueta sensacional de Roigé y, cuando ya se alistaba para festejar, Torres se recuperó y metió el manotazo para mandarla al tiro de esquina. Una jugada excelente de todos sus partícipes, tras hacer lo que la acción pedía; Martínez, Roigé y Torres.
Pero Atlético daba indicios de superioridad en este tramo. Joaquín Inda avanzó en ataque hasta llegar al área, cuando Gómez se lo llevó puesto tras la embestida del mediocampista, que cayó; penal para Atlético. Otra decisión inobjetable de Cuello, pese a las protestas repetitivas.
Quien tomó la pelota fue Nicolás Gamarra, un delantero con el gol en las venas. Se lo vio apurado y eso fue reflejado en la ejecución, ya que le pegó fuerte, al medio y por arriba del travesaño, ante la sorpresa de todos los presentes en el estadio.
Martínez encontró a una defensa local mal parada, pero su remate final fue débil y sin una dirección precisa, por lo que Torres contuvo facilmente.
Chávez, el delantero ex Bunge, contó con las últimas dos oportunidades del local en la etapa inicial, ambas fabricadas individualmente; primero con un remate a colocar que se fue bien pegado al palo izquierdo, y luego con un disparo aún más lejano que buscó ángulo izquierdo, pero se fue cerca.
Un primer tiempo de locos y que tuvo de todo; polémicas, dos penales malogrados, incontables situaciones y, como de costumbre, el folclórico duelo en las tribunas.
En lo futbolístico, Atlético fue mejor colectivamente, pero Bunge desequilibró mucho con sus individualidades. Ambos hicieron méritos para ponerse en ventaja, pero ese aspecto provocó que el empate sea el resultado más justo, en una parte que tuvo como figuras a los arqueros.
Apenas a los 40 segundos del complemento, Nievas se perdió el gol tras conectar de primera un centro atrás, pero su remate se fue algo lejos. La tónica del encuentro parecía ser la misma que en los primeros 45′.
Hasta que a los 6 minutos, Roigé se metió en el área por la izquierda y sacó un remate que parecía accesible para Torres, que brindó un rebote letal para Gamarra, quien sólo debió empujarla para adelantar a la «Academia».
Bunge no se resignó ni mucho menos y salió a buscar el partido en zonas altas del campo, mientras que Atlético se tranquilizó, jugó más relajado y supo serenarse.
A los 17 minutos, Enzo Peralta metió un manotazo contra Freites y vio la expulsión inmediata, ante un Cuello muy cerca de la jugada. Una jugada innecesaria que pagó caro el local, en un pasaje trascendental.
A partir de ello, hubo momentos de confusión en Bunge, que no logró lastimar a su rival, un equipo ordenado y con todo bajo control.
Traverso avisó con un tiro libre desde la izquierda, la pelota bajó de golpe y se encontró con el guantazo derecho de Torres.
Chávez se generó el espacio, creó una buena acción personal y remató con su derecha, pero fueron solo suspiros en el 11 de mayo, ya que la pelota se fue desviada.
Panadeiro cometió una infracción contra Nolasco que ameritó amarilla, la segunda para el defensor visitante, que se fue expulsado en 34 minutos.
Roigé encontró a una defensa local comprometida, habilitó al ingresado Veliz, quien no pudo en el mano a mano con Torres, gracias a una respuesta rápida y a puro reflejo del arquero.
A partir de la expulsión, Bunge se entonó y equilibró el encuentro, con varios ataques por la derecha y frescura debido a los ingresos ofensivos. Atlético no era el mismo y se replegó.
En la última del encuentro, corriendo los tres minutos de adición, Nolasco se perdió el empate ante una salida rápida y eficaz de San Miguel, haciéndose aún más gigante y ganándose ser la figura indiscutida del encuentro. Todos se tomaron la cabeza en la cancha, los locales por la oportunidad de oro desaprovechada y los visitantes por haberse salvado de semejante chance.
Los últimos minutos se jugaron en Bunge, pero también en Piedritas. Los ojos en el 11 de mayo, pero el oído en el Anyulín Penacino. La parcialidad visitante, muy expectante de recibir la información de un posible empate de Atlético Ameghino, lo cual le brindaba la consagración a la «Academia».
Sin embargo, fue final en Bunge y triunfo del «León», que no pudo asegurar el título por la victoria de Santa Rita.
Un triunfo más que importante de un equipo ordenado y peligroso. Bunge hizo un gran primer tiempo, pero en el complemento, con incidencias claves como el gol y la expulsión, se le hizo muy cuesta arriba y pudo lastimar poco.
Ningún terreno ajeno es sencillo, y el 11 de mayo no es la excepción. Por eso, es muy meritoria la victoria de Atlético, sacándose de encima a un rival complejo y en una cancha con varias dificultades para jugar.
Está a un paso, a un punto de la gloria, a un empate del objetivo. Se viene el rival más difícil que puede enfrentar, llega un equipo acostumbrado a estos desafíos. No obstante, Atlético demostró estar a la altura y sus jugadores, en conjunto con los hinchas, tienen hambre de campeón. Llegó la hora de la verdad.
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Santino Andreoli
Fútbol Club Bunge 0
Ariel Torres, Marcelo Arozarena, Ariel Gómez, Enzo Peralta, Federico Bruno, Facundo Ruiz, Juan Chávez, Sergio Nievas, Sebastián Nolasco, Leandro Cuomo y Facundo Waiman. DT: Ariel Geréz.
Suplentes: Esteban Gómez, Eric Smith, Joaquín Prola, Mauro Roigé, Jonás Reyes, Joaquín Fervari y Valentín Fervari.
Cambios: Mauro Roigé por Sergio Nievas y Jonás Reyes por Ariel Gómez.
Expulsado: Enzo Peralta.
Atlético Villegas 1 (Nicolás Gamarra)
Manuel San Miguel, Rodrigo Chávez, Juan Bazán, Guido Panadeiro, Joaquín Inda, Felipe Martínez, Juan Martínez, Eloy Roigé, Nicolás Gamarra, Rodrigo Freites y Juan Traverso. DT: Alejandro Russo.
Suplentes: Leonel Devoto, Pedro Figueroa, Tomás Labarta, Ramiro Díaz, Santiago Veliz, Kevin Leguizamón y Federico Delgado.
Cambios: Tomás Labarta por Eloy Roigé, Santiago Veliz por Juan Martínez, Kevin Leguizamón por Nicolás Gamarra y Federico Delgado por Rodrigo Freites.
Expulsado: Guido Panadeiro.
Árbitro: Andrés Cuello