El fin de semana pasado se realizó en el parque municipal, organizado por la Peña «La Guardería del Cuita», un Concurso de Asadores, previo al Día del Padre.
Participando del concurso de asadores y también ofreciendo el servicio en una cantina para recaudar fondos, la Escuela N° 39 de La Catalina dijo presente.
Según la directora de la Escuela rural, «la asociación cooperadora constituida por la gente de la zona de La Catalina, tiene mucha energía y muchas ganas de trabajar.»
«Cuando La peña del Cuita propuso estas jornada hace unos meses atrás, nosotros habíamos participado en el mes de marzo en el 1° concurso de mujeres asadoras con una de nuestras mamás y una amiga y realmente fue una noche preciosa y por eso allá estuvimos el domingo pasado», señaló.
En un día de mucho frío, «pero con muchas ganas, tuvimos dos papás que se propusieron. Hubo Basso con su hijo Fabi, que viene al jardincito,a la sala de cuatro; y Diego Ponce con Ernestina, que es alumna de la escuela de 6° año. Ambos se presentaron como papás asadores y como son excelentes, asadores, vendimos toda la carne, que gracias a la gente que donó, nos ayudó muchísimo para recaudar para la cooperadora.»
En el Paraje La Catalina funcionan la Escuela N° 39 y el JIRIM N° 12, jardín rural que está a cargo de la docente Lorena Lombardelli. Karina Gianolio, directora de la escuela, destacó que «las dos trabajamos juntas en lo pedagógico en lo institucional y por supuesto, porque ese es nuestro rol, ayudando y asesorando a la cooperadora, para que la institución esté más linda, más cálida y más confortable para para el aprendizaje y la enseñanza.»
Según explicó la docente, la meta a largo plazo es la adquisición de dos equipos frío calor (split), pero «cada vez que nos vamos acercando a uno, parece como las zanahorias que se corren más lejos» por la inflación.
Lo cierto es que tal como relató la directora en días de mucho frío como el lunes, «cuando cuando llegamos a la escuela, estaban el agua y el gas congelados. Tenemos calefactores a gas y una empresa que nos cumple bien, pero nos pasó que ayer estaba congelado y si hubiéramos tenido un split, hubiera sido más rápido.»
A raíz de esta situación surgió también la necesidad de la compra de una pava eléctrica. «Esas son las cosas que vamos aprendiendo sobre la marcha porque nos agarró desprevenidos este frío. La llegada del frío fue muy de repente con temperaturas bajo cero», expuso.
Pese a la necesidad que hoy representa contar con aire acondicionado en un lugar donde los chicos deben sentarse a aprender durante horas y sobre todo, porque no se trata de nivelar hacia abajo, sino hacia arriba, tanto la cooperadora como los docentes decidieron que por lo que inalcanzable que resulta hoy adquirir dos equipos frio-calor, «vamos a terminar haciendo la compra de ventiladores porque si bien es algo que nos gustaría, la realidad nos presenta otra cara», aseguró.
Sobre el dinero que les falta reunir, es el equivalente «a un equipo y un poquito más, porque han aumentado mucho el valor y realmente es muy difícil concretar la compra», estimó.
Gianolio señaló además que el año pasado, la Cooperadora trabajó muchísimo y se pudieron comprar «mobiliario, bibliotecas, alacena, bajo mesada y varias cosas que nos hacían falta. De a poquito vamos armándonos.»
En este momento se está llevando adelante una obra, que es «cambiar la puerta principal por una puerta antipático y, la que estaba en la parte principal la refaccionó el Consejo Escolar y se colocó en parte trasera. Vamos trabajando conjuntamente pero estas grandes cosas como son los splits parecen inalcanzables», indicó Gianolio.
La directora destacó el compromiso de la gente que participa en la cooperadora «y también de la gente que nos rodea. Muchos patrones de estancias nos han donado cosas para este evento aunque no han podido participar con la presencia, lo han hecho de otra manera. De la misma manera, los papás que, desde sus casas, colaboraron haciendo tortas o tortas fritas, que son las estrellas del domingo en La Catalina.»
Como una manera de continuar recaudando, la directora señaló que «tenemos pensado salir a vender torta fritas un domingo, por encargue y salir de delivery. No nos quedamos esperando. Pero por supuesto que si alguien nos quisiera acercar una donación, nosotros estaríamos totalmente felices.»
Karina Gianolio también hizo una reflexión sobre lo especial que es la educación rural porque «somos la única propuesta que tienen los chicos del ámbito rural. En el pueblo, los niños tienen la posibilidad de ir a un instituto de inglés, a un centro cultural, a una escuela de fútbol y otros deportes. Para los niños del campo, es muy difícil acceder a esto, porque están lejos, porque es necesario tener vehículo en primer lugar y luego tener plata para el combustible.»
Por eso «tomamos con mucha responsabilidad lo que es la enseñanza y la educación en el ámbito rural. Somos la única propuesta que estos niños tienen. Tenemos que darle lo mejor.»
En este momento, la escuela primaria tiene cuatro alumnos, aunque hasta hace 15 días atrás, eran siete, pero el trabajo golondrina hace que los números de la matrícula cambien constantemente. «A veces tenemos alegrías cuando llegan familias nuevas», sostuvo.
Por otro lado, el JIRIM cuenta con una matrícula de cinco alumnos y «una proyección muy linda porque tenemos muchos chiquititos menores de dos años en la comunidad y eso nos alienta a que estaa escuela y este jardín siempre se mantengan vivos», indicó.
La Escuela del Paraje La Catalina, por el lugar donde está ubicada, articular con escuelas secundarias de Banderaló, la nueva secundaria de Elordi y también las de General Villegas, porque «se les muestra a los niños y a la familia todo el abanico de posibilidades y las opciones para que ellos puedan elegir dónde van a continuar.»