El cirujano plástico Federico Fidalgo es oriundo de Pehuajó, pero se fue a estudiar medicina a Buenos Aires a los 18 años y desde 2020, a raíz de la pandemia, está radicado en Florentino Ameghino.
El especialista, que se suma al staff de Centro Médico Villegas, dialogó en el programa CUIDARTE MÁS, conducido por Celina Fabregues, que se emite todos los sábados de 9.30 a 12 horas por FM VILLEGAS, sobre la cirugía plástica y la mala praxis que desencadenó la muerte de la actriz Silvina Luna.
El alcance de la Cirugía Plástica
La cirugía plástica es muy amplia y abarca la reparadora, reconstructiva y estética. Las dos primeras contienen a la cirugía máxilo facial, microcirugía cirugía de colgajos, cirugía reconstructiva (como labio leporino y paladar hendido), microtia (malformaciones auriculares), malformaciones en las manos y pies; malformaciones cráneo faciales y torácicas; reconstrucción mamaria, tumores de piel y reconstrucción de la piel y secuela de quemaduras, entre otras patologías.
«Es muy amplio lo que abarca la cirugía plástica, además de la estética», señaló el especialista, quien indicó que «la reparadora es lo más lindo de la cirugía plástica.
Fidalgo hizo la residencia en el Hospital Eva Perón de San Martín (ex Castex) y contó que «en mi residencia hicimos operativos de cirugía solidaria en todo el país. Viajamos por todas las provincias del norte, más que nada cirugías reparadoras de labio leporino y paladar hendido, secuelas de quemaduras, reconstrucciones mamarias, todo ese tipo de cosas que son endémicas en esa zona por el tema de la altura y las condiciones socioeconómicas.»
Silvina Luna, una muerte anunciada
El médico no escapa a la general de los casos. La pregunta sobre qué opina del caso de Silvina Luna, víctima de una mala praxis por cirugía estética que terminó costándole la salud y la vida, es periódica en su consultorio.
«Es un tema de conversación en el consultorio porque lógicamente, los pacientes tienen muchas dudas, tienen mucha incertidumbre», sostuvo y añadió que «lo que le pasó a Silvina Luna y a otros muchos pacientes más es una desgracia.»
Según el Dr. Fidalgo, Aníbal Lotocki, un médico conocido popularmente como el cirujano de los famosos, que cuenta con varias denuncias de mala praxis en su haber, «no sería cirujano plástico y eso es un tema, porque someterse a un procedimiento quirúrgico con alguien que no tiene la certificación, la preparación y aval es peligroso.»
A Silvina Luna, según explicó, se le inyectó un polímero, un metil metacrilato, que si bien es una sustancia aprobada por ANMAT para usar en pequeñas dosis en el rostro, por ejemplo, para surcos nasogenianos o arruguitas, que no genera grandes complicaciones.
Sin embargo, «mucho volumen puede generar inmenso daño, como sucedió a Silvina», que provocó no solo la lesión de los riñones por la cual necesitaba un transplante, sino que la cirugía de la autopsia reveló que «había otras sustancias también. No solo metacrilato sino que tenía restos de silicona líquida» que de ninguna manera está aprobado por ANMAT.
«Está estudiado el daño que provoca la silicona líquida, que es algo que se utilizaba en los ’80, los ’90 y genera la migración, la inflamación, granulomas a nivel local y sistémico también», enfatizó.
Lo paradójico es que pese a los casos que se hacen públicos, con varias personas que denunciaron la mala praxis por el impacto que las intervenciones tuvieron en su salud, el médico no solo no dejó de atender sino que aumentó el número de pacientes.
Para el Dr. Fidalgo, «es algo que no se entiende, porque luego del episodio años atrás, el doctor tuvo aumento de consultas y siguió operando.»
«Como paciente, cuando se va a someter a una cirugía estética o a cualquier tipo de cirugía, pero más que nada estética, debe ser consciente, investigar un poco, ver si ese cirujano está certificado, si es especialista, si forma parte de una sociedad científica como la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires o la Sociedad de Cirugía Plástica Argentina. Se puede comunicar con el Colegio de Médicos del distrito y puede preguntar si el cirujano es especialista.»
Esa precaución sobre quién es realmente el médico, va a otorgar la seguridad de que «el cirujano está capacitado para tratar las complicaciones si las hubiera o que tenga idoneidad para hacerlo», señaló.
Generalmente desde la estética, los pacientes van a consulta «para ver qué se pueden hacer y uno lo asesora de acuerdo a lo que uno sabe que puede solucionar para dejarlo más joven o más bello y proponer algún tratamiento» para mejorar algún aspecto que no lo conforma.
Sin embargo, señaló que «de ahí a que decida o acepte ponerse un producto que no es adecuado, es otra cosa. En el consultorio siempre tienen que estar las marcas y los productos a la vista y debe comunicar al paciente lo que se le pone.»
Añadió a esto que «generalmente lo que se coloca en el consultorio son productos que al corto o mediano plazo se reabsorben. Si bien son sintéticos, el cuerpo los asimila y se reabsorben, que es lo ideal. En el caso de Silvina Luna, el metil metacrilato es una sustancia que es como un plástico, es un acrílico que se endurece y no es reabsorbible.»
Fidalgo especificó que «la única forma de sacar el metacrilato es en forma quirúrgica y aun así es muy difícil de quitar, porque se integra tanto a los tejidos que no se ve. Se puede tocar, pero no se ve.»
También existen los pacientes que llegan al consultorio a pedir la nariz de, el mentón de o los glúteos de. La pregunta es ¿el especialista frena al paciente o cumple con todos sus requerimientos?
Sobre esta cuestión, el Dr. Fidalgo señaló que es una situación «bastante frecuente. A veces al paciente le gustan los resultados y quiere más. Generalmente, con algunas cosas como por ejemplo los labios. Quieren más y más volumen y uno le dice: hasta acá llegamos, porque llaman la atención no por lo bueno sino por lo exuberante y antinatural.»
«Lo ideal -remarcó- es que se trate de mantener o devolver las proporciones que con el tiempo se van perdiendo Esa es la idea de la cirugía estética, devolver la naturalidad, la juventud o a lo sumo resaltar un aspecto para que quede más bello, sobre todo cuando pasan los años con algunas arruguitas traicioneras que no todos pueden aceptar.»
Su arribo a Villegas
«Estoy muy contento de trabajar en Villegas, hacía tiempo que quería empezar pero no se había dado la oportunidad. Ahora comenzamos con este proyecto y por fin vamos a recibir consultas de pacientes», finalizó diciendo el médico.