Gino Nonino tiene 13 años y por segunda vez va a participar de la Final de los Juegos Bonaerenses en Mar del Plata con sus trabajos realizados en metal y madera.
A los 3 años empezó a trabajar en cartón y después cambió a la madera «y ahí estuve bastante tiempo», dice con una seguridad tajante.
«A los 10 años me compré mi primera soldadora y arranqué a soldar en mi propio taller donde tengo todas las herramientas que fui comprando con la plata que ahorraba», nos cuenta.
Su gran propósito es crear con material reciclado y afirma que «son cosas que no cuestan nada, pero las convierto en algo que vale bastante.»
Tres años después de su primer soldadura, se considera «un escultor» que trabaja con metal y madera. Así nacen figuras humanas con formas maravillosas en distintas situaciones como pescando, corriendo, jugando al tenis, jugando al golf, nadando en un plato de tallarines que realiza con tornillos de ferrocarril, cuyas cabezas parecen sombreritos.
Una de las cosas que lo enojó fue que al llegar a la final, uno de los jurados que vio el trabajo que había presentado (una cancha de fútbol con los jugadores) le preguntó por qué les había puesto sombreros a los futbolistas, pero «lo que no sabían eran que estaba trabajando con material reciclado y que eran tornillos de ferrocarril.»
El casi adolescente concurre a la Escuela Técnica de General Villegas y eso lo mantiene «muy, muy ocupado», pero «los días que tengo más libres o los sábados paso al menos tres horas en el taller.»
En ese taller que armó en el espacio de su tío Pablo Taraborelli trabaja sin pensar demasiado en qué. No hay una idea previa. «Arranco sin saber qué hacer y después voy viendo y las ideas surgen solas.»
Llegó al programa CUIDARTE MÁS, que conduzco por FM VILLEGAS, acompañado de su mamá, que se quedó en un costado del estudio para dejar que su hijo fuera el único protagonista, cargando la obra que llevará a los Juegos Bonaerenses de este año.
Es el mapa de la provincia de Buenos Aires realizado en un entretejido de alambres soldados y el partido de General Villegas, muy destacado, hecho en un metal plano. Nos explica que «Villegas es una chapa con una moneda de cinco centavos pulida.»
La obra de Gino tiene un nombre muy particular: «El corazón del país» y además, la escultura tiene un sistema giratorio que hizo con un motor de microondas.
«Le pedí a mi tío, porque él tiene muchas de esas cosas, un motor de un microondas y entonces, gira para un lado y cuando volvés a encenderlo, gira para el otro», confiesa casi como en un secreto a voces.
Este niño de 13 años que se pasa horas creando esculturas de madera y metal en su taller, tiene metas claras. Cuando sea grande «quiero ser ingeniero mecánico o ingeniero naval» y al artista mantenerlo «como un hobby.»
Mientras su mamá sonríe muy cerca, preguntamos qué hace con las obras que termina. «Si me piden algo, vendo; pero si no, yo hago y después si es alguien muy amigo mío o un familiar, se las regalo.»
Cuando hicieron girar la escultura, contaron que ya hay alguien que la quiere comprar y la realidad es que este «Corazón del país» merece estar en un lugar destacado.
La obra está hecha con alambre dulce, y están soldados todos los partidos de la provincia «y arriba tiene como más lío porque es Capital Federal con todo el Gran Buenos Aires» y a General Villegas le otorgó identidad y referencia, como diciendo «yo soy de acá».
Esta pasión le llega a Gino de sus abuelos y bisabuelos. Señala que «uno de mis bisabuelos fue carpintero y otro albañil, pero mi abuelo me enseñó muchas de las cosas que hice, mi tío me enseñó a usar el torno y mi papá siempre estuvo ayudándome en lo que hacía.»
Sostiene con picardía que la mamá se aprovecha un poco de sus dotes de artesano y artista porque «como es maestra jardinera, quiere que le haga muchas cosas para el jardín.»
Además de estudiar y crecer, Gino dice que le gusta mucho el deporte y que aunque su principal sueño es ser ingeniero mecánico, «también practico taekwondo y me gustaría ser campeón del mundo en algún momento, si se puede.»
Según él, la disciplina que aprendió con el taekwondo, lo ayuda a organizarse en todo lo que hace. «Desde muy chico me enseñaron a respetar a los compañeros, a no rendirme, a respetar el material, a cuidar el medio ambiente», por eso utiliza materiales reciclados, cosas que para alguien son basura y para él son insumos.
«Uso cosas que encuentro tiradas o están en el taller, voy revisando los lugares donde para otros no hay nada pero para mí hay metal y me sirve para soldar o aunque sea para practicar la soldadura. Cuando era muy chico iba con un canasto a lo de mi tío Orden y juntaba maderitas sobrantes. Con eso empecé a hacer muñequitos», relata.
Como le gusta fabricar juguetes, hace unos días le terminó un caballito de madera a un primo. «Es como un pata pata para que camine. Eso fue lo último que hice», sostiene.
En pocos días, viajará a Mar del Plata para la final de los Bonaerenses de este año, que tendrán lugar entre el 15 y el 20 de septiembre, adelantados este año por las elecciones generales.
Acompañado por su papá esperará el veredicto del jurado, aunque asegura que si no gana, no pasa nada porque «el objetivo era llegar a Mar del Plata, si gano o no, es elección del jurado y de qué es lo que quieren.»
En su cuenta de Instagram se pueden encontrar con los tornillos de ferrocarril convertidos en montones de cosas, pero además hay flores realizadas con turbinas, aviones y camiones.
Se imagina en un futuro haciendo una «gran escultura para poner en Villegas» y creo que lo va a lograr, porque este jovencito de 13 años aprendió más que nada, que no hay que rendirse jamás, que todo es prueba y error, hasta cuando te ganás una pequeña quemadura.
«Esta es la gente del futuro y este presente tan, tan duro es el material con que edificaremos un mañana total», cantaba Miguel Cantilo en 1981. Parece que las cosas nunca fueron fáciles, pero siempre hay esperanza en lo que viene.
*Celina Fabregues es periodista. Conduce Cuidarte Más por FM Villegas, los sábados de 9,30 a 12 horas, programa que se repite a las 19 del mismo día.