En la luminosa tarde del “11 de mayo”, Juventud dio la gran nota del domingo. Derrotó al “tambero” 2 a 1. Un triunfo épico e inolvidable que desató la locura de su gente.
Parecía que estaba todo a pedir del local, Fútbol Club Bunge llegaba invicto, definía en su cancha, con todo un pueblo alentándolo y con el empate le alcanzaba para lograr el preciado título.
Los dos equipos con mal de ausencias. Marcelo Arozarena y Jonás Reyes en el local, Santiago Cuenca y Emiliano Perujo en la visita. Parecía que las de mayor peso estaban en el conjunto de Pablo Mastruzzo.
Pero el fútbol es tan apasionante, tiene tantos matices, nos depara tantas sorpresas. El que llegaba de punto, se transformó en banca. Es cierto que las producciones a lo largo del año eran muy parecidas. En la tabla del torneo clausura solo un punto separaba a ambos equipos. Esa era la ventaja que tenía Bunge sobre su oponente.
En la tabla general se invertían las posiciones era Juventud el que superaba a su rival por la mínima diferencia.
A pesar de la paridad existente, el favorito era “El Tambero”, pero no se podía subestimar a Juventud, era un compromiso de mucho riesgo para los locales.
Lo presumíamos y de hecho Bunge increíblemente se quedó con las manos vacías y Juventud logró un torneo que quedó grabado en la retina de sus hinchas y seguramente será recordado por mucho tiempo.
Pintaba todo a pedir del local, iban apenas cuarenta segundos de juego y avisó Bunge con un remate de Cháves que encontró una buena respuesta de Cortina.
Un par de minutos después, un error de Gritta, dudó, no le entregó el balón a su arquero ni tampoco rechazó, permitió la avivada de Nolasco que habilitó a Cháves que con un potente disparo venció completamente al arquero, 1 a 0.
Juventud asimiló el duro impacto, rápidamente recompuso sus líneas y salió decididamente a buscar la igualdad. Tolosa era su mejor exponente, por intermedio del ex Atlanta empezó a inquietar. Llegó en un par de oportunidades con peligro de gol.
Por el lado del local, Prola y Ruíz Díaz empezaban a ser importantes en la contención. El partido se iba armando, se jugaba con mucha intensidad. No era para menos, había un título en juego.
El árbitro Jorge Suárez de Pehuajó de buena tarea, empezó a sacar amarillas para calmar a los más exaltados, demostrando autoridad, e intentando que el partido no se le vaya de las manos.
Por momentos el encuentro era de ida y vuelta, de cualquier manera y a pesar de ir ganando, Bunge no podía desplegar un buen juego porque el esfuerzo de Juventud se lo impedía.
Algún exceso verbal de Rubiños que estaba en el banco de suplentes hizo que el juez lo expulsara.
El tiro libre de Tolosa (encargado de todas las pelotas detenidas) rebotó en la barrera, había un gran partido de Soria, vital su despliegue en la mitad del terreno de juego.
Llegó el centro de Nolasco hacía atrás y Nievas que no pudo definir, dilapidando una gran chance para convertir.
Tuvo la igualdad la visita cuando el remate de Peralta se estrelló en el palo izquierdo del arquero Torres.
La última de la primera etapa fue para Bunge, el violento disparo de Cháves se fue apenas desviado.
En el complemento Juventud salió con una actitud digna de destacar, remató Carrizo, respondió bien el arquero Torres.
El cabezazo de Tolosa se fue desviado. A Bunge se lo veía inseguro, a pesar de la ventaja no era un equipo compacto, como que la responsabilidad de lograr el título en su cancha le pesaba.
Era un momento de inspiración la visita y de confusión en los locales, por eso no extrañó que Juventud llegara al empate, centro de Soria, la aparición de Maxi Díaz para rematar de derecha y la pelota tras vencer la resistencia del arquero, ingresó al arco casi pidiendo permiso, 1 a 1.
Oportuno rechazo de Prola frente a Carrizo. Fue sustituido una de los mejores de la cancha, Soria (estaba amonestado) nos sorprendió el cambio, ingresó Subiaga.
El técnico explicó luego que la variante fue porque el gran temperamento del mediocampista le podía jugar una mala pasada y podía dejar a su equipo en inferioridad numérica.
Salió Bunge del asedió de su rival, gran jugada de Cháves, el mas destacado de su equipo, cuando iba a rematar lo trabaron justo.
Gritta que tuvo una tarde para olvidar, tras una falta, estaba amonestado, vió la doble amarilla y roja.
A pesar que el conjunto de Aniceto Gerez tenía un hombre de más no le encontraba la vuelta al partido y era precisamente Juventud el que tenía las mejores chances.
El cabezazo de Tolosa se fue muy cerca y luego fue Nicolás Díaz el que sacó un “latigazo”, parecía era la segunda conquista visitante pero el balón se fue apenas desviado.
La igualdad consagraba campeón a Bunge, pero el local no estaba tranquilo, se lo veía incómodo en la cancha. Cuomo remató desde lejos, pero Cortina respondió con acierto.
Ahora era el turno de Cháves, pero nuevamente el arquero visitante ahogó el grito de gol local.
Introdujeron mas variantes los dos técnicos, corrían la agujas del reloj y Bunge empezaba a acariciar el campeonato, sus hinchas alentaban, el desenlace final estaba cerca.
De cualquier manera, Juventud daba pelea, quemaba sus últimos cartuchos el equipo de Banderaló. Remató Tolosa, una serie de rebotes en el área, el arquero Torres a los revolcones, Martínez que recién había ingresado arremetió sobre la humanidad del arquero local y el arbitró lo expulsó.
Aicarde, el villeguense que llegó a Juventud para hacer historia y que contagia temperamento, sacrificio, arengaba a sus compañeros, se fue a jugar de centrodelantero buscando el milagro.
Juventud estaba con 9 hombres, se jugaba tiempo suplementario, había adicionado siete minutos el juez Suarez. Estaba todo a pedir de Bunge.
Llegó el minuto 48, fatal para el local, córner, el cabezazo de Alexis Navarro, la pelota pegó en el palo, el rebote lo tomó Aicarde y con otro cabezazo infló la red, 2 a 1 y locura total en los jugadores e hinchas visitantes.
Había tiempo para más en la última del partido tras un centro a ras del piso, Chaves no pudo desviar la trayectoria de la pelota a la red.
Increíblemente Bunge perdió el campeonato en su cancha, cuando parecía que no se le podía escapar, pero el fútbol es así. Todos buscaban explicaciones de lo que había ocurrido, nadie encontraba la respuesta. “El Tambero” hizo todo bien, estaba invicto. Venía de un heroico empate en el “Raúl Malbrán” con un hombre menos frente a Atlético. Cuando tuvo que aprobar el examen final no pudo hacerlo.
Para destacar el comportamiento de los hinchas locales, a pesar del desencanto, la frustración y la tristeza cuando Juventud dio la vuelta olímpica, con mucha hidalguía aplaudieron su paso frente a ellos.
Lo de Juventud fue heroico, una auténtica y verdadera hazaña. Nunca tan vigente esa frase de Almafuerte, NO TE DES POR VENCIDO NI AUN VENCIDO.
Con 9 jugadores logró un triunfo memorable, de esos que se recuerdan eternamente. La fiesta que se desató en la cancha siguió mas tarde en el pueblo. Juventud logró un torneo muy festejando, se hizo fuerte en la adversidad y se metió de lleno en la pelea por el título mayor de la Liga de Fútbol de Gral.Villegas.
Román Gregorio Alustiza
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FC Bunge 1 (Juan Cháves)
Ariel Torres, Joaquín Prola, Gastón Álvarez, Enzo Peralta, Federico Bruno, Facundo Ruiz Díaz, Facundo Waiman, Sergio Nievas, Sebastián Nolasco, Juan Cháves y Leandro Cuomo. DT: Aniceto Gerez. Suplentes: Esteban Gómez, Mauro Roigé, Ariel Gómez, Julián Chiapello, Cristian Deregibus, Alejandro Caviglia y Valentín Cháves. Cambios: Cristian Deregibus por Facundo Waiman, Alejandro Caviglia por Sebastián Nolasco y Valentín Cháves por Sergio Nievas.
Juventud Unida 2 (Maximiliano Díaz y Enzo Aicarde)
Hebert Cortina, Luciano Gritta, Martín Orozco, Iván Díaz, Enzo Soria, Enzo Aicarde, Lautaro Peralta, Nicolás Díaz, Javier Carrizo, Manuel Tolosa y Maximiliano Díaz. DT: Pablo Mastruzzo. Suplentes: Juan Cuello, Martín López, Alexis Navarro, Sebastián Ocampos, Facundo Subiaga, Martín Rubiños y Juan Martínez. Cambios: Alexis Navarro por Iván Díaz, Facundo Subiaga por Enzo Soria y Juan Martínez por Martín Orozco. Expulsados: Luciano Gritta, Enzo Soria, Martín Rubiños y Juan Martínez.
Árbitro: Jorge Suárez.