El villeguense Alessandro Tamburi es ingeniero en Recursos Naturales y Medio Ambiente y estuvo en el programa CUIDARTE MÁS, conducido por Celina Fábregues en FM VILLEGAS, que se emite todos los sábados de 9.30 a 12 horas, para dialogar sobre el calentamiento global y específicamente sobre el enorme agujero de ozono que se ubica sobre el sur de Argentina y Chile.
Según informó el Servicio Meteorológico Nacional un agujero gigante en la capa de ozono se ubicó sobre el sur de Argentina y Chile, sería el más extenso desde 2015.
El “agujero de ozono” es el adelgazamiento de la capa de ozono que se produce sobre la Antártida entre la primavera y el verano. Al reducirse la protección por la capa de ozono, se aumenta el riesgo de daños para las personas ante la exposición a los rayos ultravioletas del Sol. Por eso, se necesita usar sombrero, anteojos de sol adecuados y protector solar.
De acuerdo con el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS) de la Unión Europea, el agujero de ozono antártico de 2023 ha tenido un comienzo temprano y alcanzó rápidamente un área de más de 16 millones de kilómetros a partir del 29 de agosto.
Alessandro sostiene que «el mundo es nuestra casa común, la casa que compartimos todos los seres humanos y sin ella no hay humanidad. El mundo es el continente de la humanidad.»
El joven que es además un apasionado en la materia que lo ocupa, señala que «es importante entender que en todos lados hay sistemas, siempre hay algo que está en su lugar para funcionar como corresponde.»
Nosotros somos organismos, un sistema orgánico y muchas veces «sufrimos fallas en el motor por falta de salud» y en este caso, «hablamos de la salud del planeta y cuando se empiezan a tocarle cositas al sistema, pasa como con un vehículo y empiezan los problemas.»
Con esta metáfora, Alessandro explica lo que está pasando con el clima, que es «un sistema globalmente interconectado. Tenemos climas regionales, climas locales que en cierto modo se comportan de una forma local o regional, pero que siempre están bajo el mandamiento del clima global, que es la sumatoria de las partes a ese nivel.»
A veces se piensa que como Argentina es un país «que no está tan industrializado y no ha manipulado al mundo como otros países, tal el caso de China, Estados Unidos o Rusia, que inclusive, han involucrado armas atómicas; lo cierto es que hoy los países más subdesarrollados son los que más padecen, por falta de preparación, las consecuencias del cambio climático», sostiene el ingeniero.
Ante esta realidad, «la visión que se afronta a escala internaciona tiene que ver con la contribución de cada parte según su nivel de responsabilidad estimado en el cambio climático», señala.
En el caso de Argentina, se contribuye con son tierras productivas y mejorando la sustentabilidad, regidos siempre por propuestas planteadas en el contexto internacional en base a los protocolos y los convenios que se firman en torno del medio ambiente, pero «a veces son muy optimistas respecto a las medidas que realmente se ejecutan en el mundo», advierte.
Entre esas acciones, Tamburi habla de «medidas de prevención para disminuir la incidencia de inundaciones, sequías, tormentas fuertes» y señala la sucesión de extremos. «De golpe se desborda el caudal en el río Paraná pero a los cuatro o cinco años estamos con sequías y no pasa una gota de agua.»
Además de los extremos, hace hincapié en la periodicidad, «porque ahora son más frecuentes que antes y denotan un cambio climático local y también lo podemos decir a escala global.»
Si ponemos en contexto el agujero en la capa de ozono, que durante pandemia había mejorado, el problema se agudiza cuando se acerca el verano, «porque los rayos ultravioletas del sol inciden más directamente en el hemisferio sur y el agujero de la capa de ozono, normalmente se ubica en la Antártida, pero se puede abarcar estacionalmente y abarcar parte del sur de Argentina y Chile», señala en relación al informe del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus de la UE.
En referencia a estas radiaciones, el ingeniero en recursos naturales y medio ambiente explica que «llegan a la superficie de la tierra,», lo que hace necesario utilizar diferentes protecciones, tanto oculares como para la piel, porque «es un tipo de de radiación que puede que no afecte en lo inmediato, pero deja secuelas a futuro, porque afecta a los genes, al ADN.»
Comprobado entonces que este agujero, que es el mayor tamaño registrado desde 2015, va a incidir mayormente en nuestro país.
Los científicos creen que esto puede deberse a las erupciones de diciembre de 2021 y enero de 2022 de un volcán en Tonga (Oceanía) que hizo una gran erupción emanando muchas cantidades de vapor de agua que, en el caso de ese tipo de erupciones que son muy calientes, hacen que ascienda a la estratósfera y genere nubes que puede afectar la disponibilidad de ozono. «Eso es lo que se cree que incidió para que sea más grande de lo normal», señala.
Por otro lado, Tamburi señaló que hay que tener en cuenta que «nos estamos recuperando del mal uso que hicimos de los aerosoles durante décadas.»
Qué es el ozono
Alessandro explica que el ozono es una molécula compuesta por tres átomos de oxígeno, un átomo más que el oxígeno en forma de gas que respiramos.
Se usa para desinfectar en diferentes ambientes a nivel no superficie del suelo. Se aplica mucho en la industria de los alimentos porque mata bacterias «y tiene una propiedad, que es capaz de absorber y filtrar las radiaciones que vienen del sol directamente. Es como un protector solar natural en la atmósfera», sostiene.
En cuanto a los clorofluorocarbonos presentes durante mucho tiempo en los aerosoles, «cuando los átomos de cloro se liberan en altura, son catalizadores de la destrucción del ozono. Esto significa que un átomo de cloro puede destruir miles de moléculas de ozono.»
«Todo eso que inyectamos sigue trabajando hoy y se espera que, a pesar de que va a perdurar no largo tiempo, se llegue a una mejora en los próximos 50 años», que para nosotros es mucho, pero para el mundo es nada.
«El cambio climático es una realidad», asegura Alessandro Tamburi y agrega que «implica muchas cosas más que los gases efecto invernadero y la capa de ozono. Tiene que ver con el uso de la tierra, la desaparición de los bosques nativos y todo provoca un impacto.»
«Donde hay árboles, la insolación que llega al suelo es menor; la desecación de ese suelo va a ser menor, va a tener más humedad, más materia orgánica porque naturalmente la va a ir acumulando a lo largo de las temporadas anuales y eso va a ir enriqueciendo al suelo», indicó.
Esta cubierta forestal permanente se encuentra ubicada sobre el suelo todo el año y va haciendo su aportes de carbono que va fijando de la atmósfera. Cada árbol es una maquinita de fijar carbono.
Ese CO2 del que todos hablan, que calienta al mundo y que también emitimos con motores a combustibles fósiles, lo va fijando nuevamente. Es el mismo proceso que durante millones de años estuvo dejando en el suelo, enterrado a mucho a mucha profundidad lo que hoy es el petróleo.
«No solamente estamos sacando el petróleo de abajo para volver a inyectarlo a la atmósfera, sino que también estamos sacando lo que lo vuelve a situar donde debería estar para mantener el equilibrio en la atmósfera», explicó.
El mundo era mucho más caliente en un principio y todos estos procesos lo fueron haciendo más apto para la vida, pero ¿qué pasa si tocamos algo que durante millones de años no se tocó?
Por ejemplo, asegura Alessandro, se prevé que las temperaturas en los próximos 100 años sean mayores que en los últimos 5 millones de años.
«Hoy el clima es poco predecible y lo notarán en los pronósticos, que dicen que va a llover y no llueve y esto tiene que ver con la alta variabilidad,que también es un cambio climático. Cada vez vamos predecir con más error y lo peligroso es que para predecir se usa una serie de datos de los últimos 30 años y si hubieron cambios reales en los últimos cinco años, no los estamos teniendo en cuenta», sostuvo.
Esto, llevado a un contexto de producción impacta muy fuerte. El pronóstico dice que este año se activa El Niño nuevamente, se siembra y las lluvias no aparecen. Hay un sistema internacional donde todos estos datos se almacenan, se procesan para decidir políticas globales.
«Si el cambio climático fuera realmente un mito como algunos plantean, no estaríamos reunidos desde el año 1972 pensando qué vamos a hacer», afirmó.
Parte del problema es la inercia económica y global, que impide hacer una transición a tecnologías más limpias, porque hay una cadena de valor agregado en la industria de petróleo. «Es muy difícil que habiendo tantos intereses económicos, se de rienda suelta al avance de otras tecnologías, porque afectaría la escala global del trabajo», indica.
Del año 2016 hacia la actualidad, la energía solar y la eólica ha disminuido notablemente su precio, por un mejoramiento tecnológico y un menor costo de producción en la industria. Producir un par solar cuesta mucho menos hoy que lo que costaba hace 15 años.
«Teniendo las posibilidades de la energía geotérmica, solar y eólica, seguimos dependiendo de la quema de combustibles fósiles», lamenta Alessandro.
Dejar de lado la quema de combustibles fósiles implica estallar el núcleo del sistema económico mundial.
Hace falta un cambio, pero es necesario asumir una responsabilidad ante la realidad del mundo y del que no depende nuestra vida, porque en la historia del planeta somos un destello, sino con una visión más certera de la humanidad.
«Hay que ir de la mano de la producción porque genera social bien económico para la sociedad. Vivimos en el mundo donde el incremento del PBI es casi todo y hay que acompañarlo de políticas que nos permitan reponer esa riqueza para la generación que sigue, que podamos seguir creciendo y produciendo con mejores formas de hacerlo», opina Alessandro.
El joven profesional entiende que «la gente está capaz preocupada por llegar a fin de mes y uno le viene a hablar de medio ambiente, pero es importante que tomemos conciencia de la importancia del bienestar que nos genera un ambiente sano, que además es un derecho avalado por la Constitución (aunque en muchos casos no se cumpla).»
«Tenemos que imponer nuestra opinión en materia de política ambiental. Creo que son cosas que hay que imponer y a veces olvidamos lo importante que es nuestra nuestra voz, para poner el tema en la agenda y que quienes toman decisiones sepan que los estamos mirando», sugirió.
Debemos tender hacia la sustentabilidad, tomar pequeñas acciones, porque como asegura Alessandro Tamburi, ingeniero en Recursos Naturales y Medio Ambiente y joven villeguense, «el medio ambiente es el arte de ver lo invisible.»
*Celina Fabregues es periodista. Conduce Cuidarte Más por FM Villegas, los sábados de 9,30 a 12 horas, programa que se repite a las 19 del mismo día.