Con la elección finalizada y los resultados a la vista, el histórico dirigente de General Villegas logró su sexto mandato para dirigir por los próximos cuatro años la administración municipal, tras lograr un triunfo categórico ante las tres fuerzas restantes, a las que prácticamente dobló en votos.
Después de su salida del municipio en 2013 para asumir como diputado nacional, dejó inconcluso su quinto mandato. En 2019 intentó pelear la interna de Juntos con Eduardo Campana, después de un acuerdo de última hora de Miguel Ángel Pichetto.
Esperó hasta 2023 y volvió a la interna, esta vez con tres precandidatos, a los que superó ampliamente, logrando además constituirse en el candidato más votado de todas las fuerzas políticas en las PASO.
Con César Julián como aliado después de bajar su candidatura para octubre y un acuerdo tácito con el radicalismo y el PRO representado por Romina Domínguez y Daniel Colombo, Gilberto Alegre recuperó el municipio, con el sello de Juntos por el Cambio.
Asimismo, Alegre le otorgó a Juntos por el Cambio uno de los ocho distritos de la Cuarta Sección, junto con Florentino Ameghino (Nahuel Mittelbach), General Arenales (Érica Revilla), General Viamonte (Franco Flexas), Junín (Pablo Petrecca), Lincoln (Salvador Serenal), Nueve de Julio (María José Gentile) y Trenque Lauquen (Francisco Recoulat).
Sol Fernández (Unión por la Patria) sumó poco más de 1000 votos (3681 / 4478) respecto de las PASO y Agustín Bilotta (Villegas Avanza) algo más de 2000 votos en cuanto a las primarias (2672 / 4723).
Pese al esfuerzo y al trabajo del equipo de Acción Vecinal Villegas, Mariana Lucero no consiguió que Christian Di Giorgi llegara al Concejo, porque logró sumar menos de 100 sufragios respecto de las PASO (839 / 929).
Seguramente cada espacio hará su propio análisis de la situación ante la decisión de los villeguenses de priorizar la gestión local, con la propuesta de hacer memoria sobre el crecimiento del partido a lo largo de los gobiernos de Gilberto Alegre, quien volvió a mencionar que formará un gobierno de unidad, por lo cual se esperan varias y largas reuniones de negociaciones y consensos con algunas de las líneas que perdieron la interna pero aportaron los votos para ganar la elección.
Ciertamente hubo votos aportados desde el radicalismo y el PRO, además de los que llegaron desde el espacio de César Julián y Verónica Zalloco. Esto se trasluce en el número conseguido, que es prácticamente el mismo que lograron las cuatro listas de la coalición Juntos en las PASO de agosto.
En cuanto los números ya fueron irreversibles, dirigentes de otros espacios se acercaron hasta el local partidario a saludar al intendente electo. Entre ellos, el equipo de Acción Vecinal, Romina Domínguez y Daniel Colombo y ex concejales de su gestión como Daniel Chiesa.
La caravana del triunfo se hizo notar y la alegría recorrió gran parte de la ciudad, con un paso muy simbólico por el frente de la municipalidad. Es para destacar también cuando la fila de autos pasó frente al comité de la UCR, varios militantes acompañaron el paso con aplausos y Juan José Tomaselli se acercó a saludar.
Con la llegada de la lluvia se estableció otro punto de coincidencia con el primer triunfo de Gilberto Alegre en 1995, además de la perseverancia: aquel día del mes de mayo también fue una jornada signada por el agua.
«Hace diez años que me fui del municipio y todavía sigo vigente, cuando ya todos creían que estaba fuera de la política», afirmó sobre un escenario improvisado frente al local partidario sobre la Avenida Chassaing, sobre el que lo acompañaron su equipo de trabajo y toda su familia.
En la edición N° 160 del martes 16 de mayo de 1995 de ACTUALIDAD, se publicaba como editorial:
La política también tiene que ver con el trabajo
El peronismo ganó las elecciones municipales del domingo. Alegre electo Intendente, se presentaba por tercera vez como candidato al cargo. Y más allá de lo que el destino o su capacidad de conducción le deparen como futuro de gestión municipal, vale rescatar de este hecho una lección que supera lo político.
El peronismo y en particular Alegre como referente con tenacidad y constancia superaron serias derrotas electorales en Villegas. Superaron también cierta concepción exitista que no sólo se da en la politica- que supone que las cosas se obtienen ya o no se logran. Como contrapartida de esto el domingo se demostró que la politica, como todas las actividades humanas es un construir constantemente. Con paciencia, con idas y venidas, con éxitos y fracasos que exige plantearse metas y tener vocación de trabajo para obtenerlas. Que de las derrotas se vuelve si se sabe adonde se quiere llegar y si encara una actividad como vocación y no como una coyuntura.
Si analizamos la evolución electoral de Gilberto Alegre vemos que en 1983 obtuvo el 41,4% de los votos; en 1987 el 42,9% en ambos casos como candidato a intendente, ya como candidato a senador en 1989 el porcentaje fue del 44,6% y en 1993 llegó al 53,9%. Para este domingo obtener el 53,38% de apoyo de los votantes de General Villegas. Un camino local de crecimiento que no estuvo atado a ningún fenómeno nacional.
Ahora, por supuesto quedan por delante los mayores desafíos: reflejar en actos de gobierno, en una gestión municipal este categórico apoyo que obviamente supera al voto peronista tradicional y además responder a la demanda de cambio que los ciudadanos de General Villegas expresaron el domingo al concurrir a votar masivamente.
Comienza un nuevo ciclo, en otro río, siendo una persona diferente, ojalá persiga el objetivo de «ordenar Villegas» por el bien de todos los villeguenses. Será un enorme desafío.
